Elizabeth.
Corté la comunicación con Alex, no podía creer que me hubiese atrevido a llamarlo después de haberle dicho qué su propuesta no me interesaba para nada, pero me encontraba en una situación desesperada y era necesario tomar cartas en el asunto antes de qué las cosas se pusieran peor para mí, mi malvado padre ya había sacado a la abuela de casa, Y quién sabe lo que pretendía hacer conmigo, Cada vez que él amenazaba había que tener mucho cuidado, pues sus planes tenían la cualidad de ser letales para quien se viera afectado, y en este caso era yo, me atormentaba El no saber nada de la abuela, seguro estaría muy triste y desilusionada, Y como no estarlo si su propio hijo había sido capaz de semejante bajeza. Por fin me decidí a salir de mi habitación, me daba miedo hacerlo pero debía comportarme de manera normal antes de huir de ese lugar, mi padre no podría sospechar nada, ya que si lo hacía evitaría a toda costa mi partida, avancé sin hacer ruido, cuándo de pronto escuché la voz de mi padre hablando con alguien por teléfono.. —Necesito prepararla un poco más, sólo es cosa de convencerla, muy pronto la tendrá se lo aseguro, si me da un adelanto le prometo qué mi hija hará todo lo que usted le diga , Ya vio sus fotografías, y como pudo darse cuenta es muy hermosa, y será toda suya, sólo transfiérame un poco de la cantidad que acordamos y nuestro trato será un hecho. Dios mío, eso no podía estar pasando, mi propio padre me estaba vendiendo al mejor postor, sabía que era capaz de todo, pero llegar a esos extremos, jamás lo imaginé, regresé presa del pánico a mi habitación, debía actuar rápido, de otra manera se me acabarían las oportunidades para escapar. Estaba absorta en mis pensamientos cuándo de repente la puerta de mi habitación se abrió, era mi padre con su característico gesto de maldad en el rostro, me volví presa del pánico, mi corazón empezó a latir de una manera descomunal, sentía que se me iba a salir del pecho, pero aún así tomé las fuerzas para disimular para que no se diera cuenta de nada, él no podía saber que yo estaba enterada de sus macabros planes, era la única manera de salir bien librada de todo aquello. —Espero que ya estés más tranquila, Tu abuela estará bien, no tienes de qué preocuparte, ya es vieja y es mejor que esté en manos de gente que la pueda cuidar, tú eres joven y hermosa, y tienes un futuro prometedor, no te puedes echar esa carga encima hijita—dijo mi padre con un gesto retorcido en su rostro. No entendía como ese ser tan perverso y monstruoso pudiese ser mi padre, Y mucho menos comprendía cómo mamá siendo una persona tan maravillosa, pudo alguna vez sentir amor por esta abominación, quería salir corriendo, huir de ahí y no volver a verlo nunca, pero hubiese sido inútil ya que él lo hubiese evitado a toda costa, así que decidí hacer acopio de Las pocas fuerzas que me quedaban y tomé la decisión de seguirle la corriente. —quiero mucho a mi abuela papá, y en cuanto tenga un empleo me gustaría traerla de regreso, te prometo que no te molestará, Yo me haré cargo de ella y de todo lo que necesite, sólo dime, ¿dónde está?, Te lo suplico, quiero ir a visitarla por lo menos, saber si está bien. —Por ahora tú no tienes que preocuparte por eso, te prometo que si haces lo que te digo, muy pronto te diré dónde está y podrás ir a verla, pero sólo si me obedeces. Un terrible escalofrío recorrió mi cuerpo, tenía que apresurar los planes, no podía permanecer un minuto más en esa casa, me hallaba en peligro, y dentro de poco mi vida podría convertirse en un terrible infierno. —Claro papá, haré lo que tú me digas con tal de recuperar a mi abuela, el sonrió victorioso y me dejó sola. Cuándo la puerta de mi cuarto se cerró rompí en llanto, en tampoco tiempo la vida me estaba cambiando de una manera brutal, primero la muerte de mi madre, después lo que ese monstruo le había hecho a mi abuela, y ahora la próxima víctima sería yo al venderme con quien sabe quien, de sólo pensar lo que me harían me horrorizaba, Dios, definitivamente la única solución era casarme con Alex, por lo menos allí estaría tranquila y seguramente él podría ayudarme a encontrar a mi abuelita, su familia tiene todos los medios así que no creo que hubiese ningún inconveniente por esa parte, no me gustaba la idea de casarme por conveniencia, pero no era el dinero lo que yo buscaba, sino un refugio, la protección de alguien que pudiese ayudarme Y sacarme de aquella pesadilla en la que se estaba convirtiendo mi vida. Necesitaba armar un plan de escape, así que respiré profundo, le puse seguro a la puerta y comencé a guardar lo más indispensable en un pequeño bolso. Hasta ese momento todo marchaba de acuerdo al plan, había quedado de ver a Alex en la noche, pero había decidido no contarle nada, me daba mucha vergüenza que él supiera la clase de hombre que es mi padre, así que sólo pondría como condición para casarme con el lo de mi abuelita, seguro que él me preguntaría porque decidimos recluirla en un asilo de ancianos, entonces tendría que decirle que no teníamos los recursos para tratarla, que allí por lo menos contaría con sus medicinas y estaría bien alimentada, esa historia probablemente pudiese sonar convincente y no creo que él me hiciera más preguntas al respecto. Las horas pasaban y los pensamientos de horror no dejaban de rondar mi cabeza, saldría de esa casa que por mucho tiempo fue mi hogar, mi refugio, y ahora se estaba convirtiendo en el lugar más peligroso para mí, bajé A la cocina para preparar la cena, las cosas debían lucir en calma para que nada saliera mal, Mi papá era muy perspicaz Y cualquier gesto o movimiento de mi parte lo pondría en alerta, preparé su plato favorito, seguramente pensaría que estaba esmerándome con él para que me diera información sobre mi abuela, así que no sospecharía nada. Le puse a la comida unas gotas de las que mamá tomaba para dormir, son muy efectivas, así que el sueño terminaría por vencerlo y así yo podría salir de la casa sin problema. Me sentía muy nerviosa, todo aquello era como una bomba de tiempo, sabía de lo que podía ser capaz papá con tal de lograr sus obscuros propósitos, Y nada ni nadie lo detendría, si me descubría estaba perdida. Nos sentamos a la mesa y papá veía la comida con voracidad, al parecer tenía mucha hambre, siempre estuvo acostumbrado a que Mamá lo atendiera, él no movía ni un solo dedo, y aún cuando ella estaba enferma la manipulaba para qué hiciera lo qué deseaba, recuerdo con mucha tristeza como en sus últimos días le faltaban las fuerzas, y aún así, se esmeraba en atenciones para nosotros, yo le ayudaba en todo, no quería que se cansara, pero aún así ella seguía adelante, siempre anteponiendo el bienestar de los demás, incluso a costa de su propia salud, parpadeé para detener las lágrimas que amenazaban con salir a borbotones por Los recuerdos que estaba trayendo al presente, pero no, debía hacer uso de todo el temple que me quedaba para lograr liberarme de las garras de mi malévolo padre. Empezamos a comer, todo parecía transcurrir con normalidad, pero yo me sentía cada vez más nerviosa, las manos me temblaban, estaba sudando frío, sólo esperaba qué mi papá no se diera cuenta de lo que estaba pasando. —cariño, mañana te llevaré a conocer a un señor que está muy interesado en ti, debes comportarte muy bien con él, si eres buena y gentil, El asegurará nuestro futuro, sólo tienes que ser muy complaciente con el, dijo mi padre con un toque de somnolencia en su voz. Al parecer el somnífero que puse en su comida ya estaba haciendo efecto, y sólo debía esperar unos minutos para tomar mis cosas y escapar, no sabía lo que me esperaba allá afuera, pero seguramente sería mucho mejor que todo aquel horror que mi padre me había preparado.Elizabet. Las gotas para dormir estaban empezando a hacer efecto en mi padre, cada palabra que decía me causaba una gran repugnancia y una creciente indignación, no daba crédito a lo que sus palabras revelaban, como era posible que pudiese vender a su propia hija sin importarle exponerla a quién sabe qué peligros, me llené de rabia y no pude soportarlo más, le di la espalda y me conduje hacia mi cuarto. Lo único qué deseaba era salir corriendo de aquella casa, abandonarlo para siempre y no volver a verlo jamás, pero debía ser prudente, esperar el momento propicio, ya que de otra manera el impediría mi salida y se daría cuenta de todo. Desde mi habitación escuchaba su voz que no paraba de repetir la misma cantaleta.-vivirás como una reina cielito, ese hombre pondrá el mundo a tus pies, tendrás todas las joyas y vestidos que jamás imaginaste, sólo tienes que cumplir sus deseos, se buena niña, yo sé lo que te digo, te conviene hijita, vociferaba mi padre con su asqueroso tono retorcido
ElizabethAlex se está comportando tan diferente conmigo, me llamó demasiado la atención su forma de proceder cuándo me dio en ese estado, jamás imaginé que fuera esa clase de chico, se veía tan arrogante y déspota cuando nos encontramos en la oficina, que no creí todo lo que estaba haciendo por mi . llegamos a su casa, era el día libre de los empleados así que debíamos arreglárnoslas solos, me condujo hasta una habitación que me pareció de ensueño con solo verla, era enorme y muy lujosa, tenía una cama del tamaño de mi antigua habitación, todo Lucía impecable, había un espejo muy bello, el piso cubierto de alfombras y unas persianas muy lindas.-aquí puedes quedarte Elizabeth, ¿porque supongo que puedo tutearte verdad?.-muchas gracias, sólo acerté a decir, No veo ningún problema en tutearnos, siempre y cuando haya respeto entre nosotros.-¿Acaso tengo cara de ser irrespetuoso? Contestó Alex esbozando una media sonrisa. Se veía muy guapo cuando sonreía, se le formaban dos pequeños ho
Elizabeth.El desayuno transcurrió con normalidad, Alex y yo teníamos muchas cosas en común, no cabe duda que las apariencias engañan, pues al verlo en la oficina, haciendo gala de su poder, proyectaba una imagen totalmente diferente a la que ahora estoy empezando a conocer. Había llegado el momento de hablar sobre los temas incómodos, pensaba contarle lo de mi abuelita, ya que necesitaba que el estuviese al tanto, para solicitarle de todo corazón su ayuda para encontrarla, no sabía cómo reaccionaría ante eso, pues casarse con alguien que tuviese que hacerse cargo de una persona mayor, no resultaba un panorama nada tentador para la mayoría de las personas, en cambio para mí, ella lo significaba todo, pues mi abue siempre estuvo conmigo y con mamá en los momentos más difíciles siendo nuestro consuelo y apoyo incondicional. había quedado de ver a Alex en la terraza un poco más tarde, comeríamos juntos y aprovecharíamos para tratar esos temas que tanto me preocupaban, no obstante, si lo
Alex.Ahora entendía muchas cosas, Elizabeth no era una mujer sin escrúpulos como todas las mujeres a las que estaba acostumbrado a tratar, y aún cuando lo sospeché en un principio cuando rechazó mi propuesta de matrimonio, ahora lo estaba confirmando. Se casaría conmigo no por dinero, ni por los lujos, ni por la posición social que yo podía ofrecerle, sino para salvar a su abuela, eso me intrigaba en gran manera, ¿de quién estaba huyendo?, ¿Quién le había hecho tanto daño?, Ese día cuando acudió a mí en busca de ayuda, la vi tan vulnerable que desde ese momento surgió una necesidad imperiosa de querer ayudarla, y así lo haría, ella también estaba Ayudándome en gran medida, definitivamente ese acuerdo nos beneficiaría a ambos, los dos contraeríamos matrimonio por razones de peso. En cierta forma me alegraba no tener que casarme con una mujer fría y calculadora, una chica ambiciosa capaz de todo por dinero, era un alivio saber que compartiría esos dos años con una mujer con el corazón
Alex.No podía dejar de besarla, mi respiración se agitaba cada vez más, saborear el néctar de sus labios era sin duda la más deliciosa experiencia, incluso para mí, un hombre acostumbrado a estar con todo tipo de mujeres, pero ella era diferente, su inocencia y hermosura me cautivaba, ¿qué me estaba pasando?, ¿Por qué no podía resistirme a semejante tentación?. Nuestros labios parecían tener vida propia, y mis manos comenzaron a acariciarla, ella se aferraba a mí con fuerza y eso me causaba mayor excitación.– me vuelves loco, le dije con la voz entrecortada y buscando sus labios para volver a besarla –.– Alex esto no está bien contestó ella tratando de recomponerse –.La besaba en los labios, en el cuello, y acariciaba su espalda, Ella me abrazaba con fuerza como si no quisiera que la soltara.– ¿Quieres que me detenga? –.– Yo, murmuró ella con un hilo de voz, no debemos, tú y yo tenemos un acuerdo y esto que estamos haciendo no debe ser –.Con sus palabras la magia se rompió y m
Alex.Las palabras de Elizabeth se habían clavado como puñales en mi cabeza, no podía dejar de pensar en lo qué dijo sobre esa gran despedida con una persona especial, ¿tendría ella alguien más?, La sola idea me atormentaba, estaba envuelto en un ataque de celos incontrolable, yo le había dicho todo aquello sólo para hacer que se molestara, y para darle una pequeña lección por haber mencionado el acuerdo cuando nos estábamos besando, pero ahora pensar qué alguien más pudiese besarla, o tocarla, me enfurecía, me llenaba de rabia, no podía permitir que eso sucediera, ella era mía y de nadie más, pues aún cuando nuestro trato no incluía los sentimientos, estos estaban empezando a surgir de manera inevitable. Me fui a dormir, pero en realidad tuve algunos sueños recurrentes donde la veía con otro, lo cual me enloquecía y me hacía despertar sobresaltado, lo que estaba sintiendo por Elizabeth superaba Los planes, el acuerdo que habíamos hecho, no podía quitarme la de la mente, así que tendr
Alex.Cuándo la vi en la puerta de la casa de modas, no podía creer lo que tenía ante mis ojos, se trataba de la mujer más hermosa del universo, se veía tan radiante y espectacular vestida de esa manera, y aún cuando ella me gustaba en cualquiera de sus versiones, Elizabeth se lo merecía todo, esa transformación la ayudaría adquirir mayor seguridad en sí misma, a darse cuenta de todas sus capacidades, el diamante había retomado la belleza que siempre debió mostrar al mundo, y yo me sentía orgulloso de caminar de su mano, y mayor aún, que esa mujer tan maravillosa hubiese aceptado casarse conmigo, por las razones que sea, pero tendría la oportunidad de estar a su lado y disfrutar de su compañía, no importaba el tiempo que esto durara. Le extendí mi mano para bajar del coche, se veía muy nerviosa, también yo lo estaba pero estaba seguro de qué todo saldría muy bien, el plan estaba diseñado para no fallar, nada podía salir mal esa noche, sabía de lo que era capaz mi abuelo si descubría q
Elizabeth.Aún no podía salir de mi asombro al escuchar las palabras que pronunció Alex para pedirme matrimonio, sonaba tan real lo que me decía que fue inevitable no emocionarme hasta las lágrimas, se le veía ilusionado, e incluso su abuelo que en un principio se mostró algo hostil con nuestra supuesta relación por no tratarse de una joven adinerada la que se convertiría en la esposa de su nieto, poco a poco fue cambiando su actitud hacia mí.- Anda niña, contesta ya, mira que nos tienes en ascuas, dijo el abuelo impaciente -.- - lo siento, lo que sucede es que estoy muy emocionada, le contesté apenada -.- - Sí, eso ya lo sabemos, pero lo que importa es la respuesta que darás, replicó Harold -.- Mi respuesta es sí, claro que quiero casarme contigo mi amor, como no lo haría, si eres el chico más maravilloso que he conocido, y ser tu compañera de vida sería lo más hermoso que podría pasarme -.- Alex me puso el anillo y besó mi mano, después se puso de pie y nos fundimos en un cálid