Elizabeth.
El desayuno transcurrió con normalidad, Alex y yo teníamos muchas cosas en común, no cabe duda que las apariencias engañan, pues al verlo en la oficina, haciendo gala de su poder, proyectaba una imagen totalmente diferente a la que ahora estoy empezando a conocer. Había llegado el momento de hablar sobre los temas incómodos, pensaba contarle lo de mi abuelita, ya que necesitaba que el estuviese al tanto, para solicitarle de todo corazón su ayuda para encontrarla, no sabía cómo reaccionaría ante eso, pues casarse con alguien que tuviese que hacerse cargo de una persona mayor, no resultaba un panorama nada tentador para la mayoría de las personas, en cambio para mí, ella lo significaba todo, pues mi abue siempre estuvo conmigo y con mamá en los momentos más difíciles siendo nuestro consuelo y apoyo incondicional. había quedado de ver a Alex en la terraza un poco más tarde, comeríamos juntos y aprovecharíamos para tratar esos temas que tanto me preocupaban, no obstante, si lo que íbamos a hacer representaba la solución para ambos, entonces no dudaría en llevarlo acabo. Me encontraba absorta en mis pensamientos, cuando de repente vi a Alex descender por la escalera hasta llegar a la sala donde yo me encontraba, se había vestido con ropa casual, pero que le quedaba muy bien, definitivamente era guapo con lo que se pusiera, ese hombre nació para hacerse notar y para robar las miradas de todas las mujeres, no por nada lo llamaban el dios griego de los negocios, y como no, si parecía como una obra de arte, tan perfecto, tan increíblemente encantador. – ¿Estás lista?, Dijo Alex en un tono muy seductor que me sacó de mis pensamientos –. – todo lo lista que se puede estar para estos temas, le contesté un poco preocupada –. – No tenemos qué hablar de este tema si no quieres, puedo esperar el tiempo que necesites, lo importante es que te sientas bien, no sé por qué pero siento qué has pasado por muchas cosas difíciles, en la oficina te subestimé, como podrás darte cuenta siempre estado rodeado de mujeres frívolas que su única preocupación es el dinero y los lujos, y me cuesta mucho trabajo pensar que hay una mujer diferente, por eso cuando me rechazaste, no lo podía creer, fue cómo una puñalada a mi orgullo –. –Alex, quiero que sepas que esto es muy difícil para mí, cualquier mujer estaría feliz de casarse contigo por lo que representas, pero mi prioridad no es el dinero ni el estatus social, jamás me interesó nada de eso, todo lo que siempre he tenido me lo he ganado con mi propio esfuerzo, pero desde que murió Mamá, las cosas no han sido fáciles para mí, ella era nuestro sustento, nuestra fortaleza en todos los sentidos, y al perderla, todo eso se derrumbó dejándonos sumamente vulnerables –. – Te entiendo, perder a una madre es el peor golpe que podemos recibir en la vida –. – ¿Tu mamá aún vive? –. – No me gusta hablar de mí ni de mi familia, te pido que por favor nos limitemos a hablar sobre las condiciones del contrato y de este matrimonio qué ambos necesitamos contraer, no sé qué es lo que te mueve a ti para hacerlo, pero las mías son razones muy poderosas–. De cierta manera me había dolido lo que Alex dijo en ese momento, pero en el fondo sabía que tenía razón, él no tenía porque tener sentimientos hacia mí, era yo la que se estaba haciendo ilusiones en vano, pero el saber que estaba volviendo a comportarse como antes, me causaba pesar, me gustaba tenerlo en una atmósfera más agradable, tan agradable como el desayuno qué habíamos compartido, pero tal vez eso no volvería a ocurrir, no de la manera en que yo quería. Necesitaba sacudirme todos esos pensamientos de la cabeza antes de qué me volvieran loca, ahora debía concentrarme en el paso que estaba apunto de dar, todo sea por el bien de mi abuelita, sólo por ella valía la pena liberar las más terribles batallas, así que definitivamente el amor, estaba prohibido para mí. – si estás de acuerdo nos casaremos lo más pronto posible, tú recibirás una fuerte suma de dinero y tendrás todo lo que necesites, los lujos, las comodidades y todo cuanto desees mientras estés a mi lado como mi esposa,, cabe mencionar que no podrás decir absolutamente nada de nuestro acuerdo, será firmado en estricta confidencialidad, para el mundo seremos la mejor pareja de enamorados, además debo decir qué ninguno de los dos puede tener pareja mientras dure el acuerdo, ya que mi familia es muy asediada por los medios de comunicación, y no puedo arriesgarme a un escándalo, debemos estar casados por lo menos 2 años, para que esto sea creíble, pero quisiera saber si ¿lo has pensado bien?, No quiero que te sientas presionada por lo que te sucedió –. – Como te dije antes Alex, esto me cuesta mucho trabajo, y si no me encontrara en la situación en la que estoy, jamás habría aceptado tu propuesta–. – ¿Supongo que necesitas el dinero y por eso aceptas casarte conmigo cierto?, lo pensaste mejor y estás dispuesta a hacer algo para salir de la vida que llevas –. – Yo lo único que necesito es recuperar a mi abuela, ella está internada en un asilo de ancianos y necesito saber dónde está, quiero que ella viva con nosotros, y que me ayudes a encontrarla–. – ¿Y cómo llegó a ese lugar? –. – Ahora soy yo quien te pide que por favor no hagas preguntas, sólo dime si estás de acuerdo con la condición que pongo, si es así, sigamos adelante, si no, Entonces no puedo aceptar–.Alex.Ahora entendía muchas cosas, Elizabeth no era una mujer sin escrúpulos como todas las mujeres a las que estaba acostumbrado a tratar, y aún cuando lo sospeché en un principio cuando rechazó mi propuesta de matrimonio, ahora lo estaba confirmando. Se casaría conmigo no por dinero, ni por los lujos, ni por la posición social que yo podía ofrecerle, sino para salvar a su abuela, eso me intrigaba en gran manera, ¿de quién estaba huyendo?, ¿Quién le había hecho tanto daño?, Ese día cuando acudió a mí en busca de ayuda, la vi tan vulnerable que desde ese momento surgió una necesidad imperiosa de querer ayudarla, y así lo haría, ella también estaba Ayudándome en gran medida, definitivamente ese acuerdo nos beneficiaría a ambos, los dos contraeríamos matrimonio por razones de peso. En cierta forma me alegraba no tener que casarme con una mujer fría y calculadora, una chica ambiciosa capaz de todo por dinero, era un alivio saber que compartiría esos dos años con una mujer con el corazón
Alex.No podía dejar de besarla, mi respiración se agitaba cada vez más, saborear el néctar de sus labios era sin duda la más deliciosa experiencia, incluso para mí, un hombre acostumbrado a estar con todo tipo de mujeres, pero ella era diferente, su inocencia y hermosura me cautivaba, ¿qué me estaba pasando?, ¿Por qué no podía resistirme a semejante tentación?. Nuestros labios parecían tener vida propia, y mis manos comenzaron a acariciarla, ella se aferraba a mí con fuerza y eso me causaba mayor excitación.– me vuelves loco, le dije con la voz entrecortada y buscando sus labios para volver a besarla –.– Alex esto no está bien contestó ella tratando de recomponerse –.La besaba en los labios, en el cuello, y acariciaba su espalda, Ella me abrazaba con fuerza como si no quisiera que la soltara.– ¿Quieres que me detenga? –.– Yo, murmuró ella con un hilo de voz, no debemos, tú y yo tenemos un acuerdo y esto que estamos haciendo no debe ser –.Con sus palabras la magia se rompió y m
Alex.Las palabras de Elizabeth se habían clavado como puñales en mi cabeza, no podía dejar de pensar en lo qué dijo sobre esa gran despedida con una persona especial, ¿tendría ella alguien más?, La sola idea me atormentaba, estaba envuelto en un ataque de celos incontrolable, yo le había dicho todo aquello sólo para hacer que se molestara, y para darle una pequeña lección por haber mencionado el acuerdo cuando nos estábamos besando, pero ahora pensar qué alguien más pudiese besarla, o tocarla, me enfurecía, me llenaba de rabia, no podía permitir que eso sucediera, ella era mía y de nadie más, pues aún cuando nuestro trato no incluía los sentimientos, estos estaban empezando a surgir de manera inevitable. Me fui a dormir, pero en realidad tuve algunos sueños recurrentes donde la veía con otro, lo cual me enloquecía y me hacía despertar sobresaltado, lo que estaba sintiendo por Elizabeth superaba Los planes, el acuerdo que habíamos hecho, no podía quitarme la de la mente, así que tendr
Alex.Cuándo la vi en la puerta de la casa de modas, no podía creer lo que tenía ante mis ojos, se trataba de la mujer más hermosa del universo, se veía tan radiante y espectacular vestida de esa manera, y aún cuando ella me gustaba en cualquiera de sus versiones, Elizabeth se lo merecía todo, esa transformación la ayudaría adquirir mayor seguridad en sí misma, a darse cuenta de todas sus capacidades, el diamante había retomado la belleza que siempre debió mostrar al mundo, y yo me sentía orgulloso de caminar de su mano, y mayor aún, que esa mujer tan maravillosa hubiese aceptado casarse conmigo, por las razones que sea, pero tendría la oportunidad de estar a su lado y disfrutar de su compañía, no importaba el tiempo que esto durara. Le extendí mi mano para bajar del coche, se veía muy nerviosa, también yo lo estaba pero estaba seguro de qué todo saldría muy bien, el plan estaba diseñado para no fallar, nada podía salir mal esa noche, sabía de lo que era capaz mi abuelo si descubría q
Elizabeth.Aún no podía salir de mi asombro al escuchar las palabras que pronunció Alex para pedirme matrimonio, sonaba tan real lo que me decía que fue inevitable no emocionarme hasta las lágrimas, se le veía ilusionado, e incluso su abuelo que en un principio se mostró algo hostil con nuestra supuesta relación por no tratarse de una joven adinerada la que se convertiría en la esposa de su nieto, poco a poco fue cambiando su actitud hacia mí.- Anda niña, contesta ya, mira que nos tienes en ascuas, dijo el abuelo impaciente -.- - lo siento, lo que sucede es que estoy muy emocionada, le contesté apenada -.- - Sí, eso ya lo sabemos, pero lo que importa es la respuesta que darás, replicó Harold -.- Mi respuesta es sí, claro que quiero casarme contigo mi amor, como no lo haría, si eres el chico más maravilloso que he conocido, y ser tu compañera de vida sería lo más hermoso que podría pasarme -.- Alex me puso el anillo y besó mi mano, después se puso de pie y nos fundimos en un cálid
Elizabeth.Casi no había podido dormir, pues en medio de la noche me despertaba pensando en la nueva cláusula qué Alex agregó al contrato, estaba dispuesto a hacer todo con tal de qué yo la aceptara, y en efecto, se me estaban cerrando las opciones, era aceptar contraer matrimonio con el respetando todas sus condiciones y recuperar a mi abuela, o bien no acceder y tal vez perderla para siempre. Yo no tenía los medios para poder encontrarla, seguramente mi padre la habría ocultado muy bien para que yo no pudiera dar con su paradero. No me quedaba más remedio que acceder a lo que Alex quería, y no es que esto fuese un sacrificio para mí, pues ese hombre me encantaba, pero el saber que tendríamos un contacto mucho más personal, más íntimo me ponía muy nerviosa, no sabía si iba a ser capaz de seguir adelante con aquello sin que los sentimientos salieran a relucir, pero debía intentarlo, mi abuela lo valía todo, estaría conmigo y ambas tendríamos la protección de los Turner. No me gustaba
Alex.Por poco me da un infarto al ver a semejante mujer casi desnuda, se había lastimado el tobillo y tuve que llevarla cargando hasta la casa, otra tentación más a la enorme lista que se hallaba frente a mí gracias a ella. Mi Elizabeth era una chica extraordinaria de la cual cualquier hombre podría enamorarse perdidamente, pero no quería que nadie se le acercara, eso sólo podía hacerlo yo, ella sería mi esposa, por las razones que fueran, pero sería mi esposa al fin y eso me tenía loco de la felicidad por más que intentara disimularlo, cuándo le coloqué hielo en el tobillo, pude sentir con mis manos el contacto con su piel, se sentía tan suave, tan tersa, uf era delicioso poder contemplarla así. Estábamos casi desnudos, pues acabábamos de salir de la piscina, y honestamente hice un esfuerzo sobrehumano para no lanzarme sobre ella y besarla con toda la pasión que tenía acumulada, pero no, era necesario guardar el autocontrol, pues Elizabeth nunca me perdonaría si hubiese intentado ir
Elizabeth.Me desperté con mucho ánimo, el pie ya casi no me dolía, además estaba muy feliz, los momentos tan maravillosos que Alex y yo vivimos aún seguían latentes en mis pensamientos.Él, abrió su corazón al contarme tan importantes sucesos de su vida, había confiado en mí y eso me causaba mucha felicidad, también yo le conté algunas cosas que a nadie le habría platicado, pero con él estaba empezando a surgir una conexión muy especial.Por lo menos ya no nos veíamos como una utilidad, sino que habíamos empezado a ser amigos, y eso era un gran inicio.Me disponía a levantarme, pero todavía sentía algo de dolor al apoyar el pie, así que debería tener mucho cuidado para no lastimarme.La puerta se abrió, y mis ojos se quedaron maravillados al ver a Alex vestido de etiqueta como la primera vez que nos vimos en su oficina, allí comenzó todo, el flechazo fue instantáneo, y a partir de ese momento ya no lo pude sacar de mis pensamientos.- ¿Cómo estás?, ¿te sientes mejor?, preguntó Alex -