Alex.Por poco me da un infarto al ver a semejante mujer casi desnuda, se había lastimado el tobillo y tuve que llevarla cargando hasta la casa, otra tentación más a la enorme lista que se hallaba frente a mí gracias a ella. Mi Elizabeth era una chica extraordinaria de la cual cualquier hombre podría enamorarse perdidamente, pero no quería que nadie se le acercara, eso sólo podía hacerlo yo, ella sería mi esposa, por las razones que fueran, pero sería mi esposa al fin y eso me tenía loco de la felicidad por más que intentara disimularlo, cuándo le coloqué hielo en el tobillo, pude sentir con mis manos el contacto con su piel, se sentía tan suave, tan tersa, uf era delicioso poder contemplarla así. Estábamos casi desnudos, pues acabábamos de salir de la piscina, y honestamente hice un esfuerzo sobrehumano para no lanzarme sobre ella y besarla con toda la pasión que tenía acumulada, pero no, era necesario guardar el autocontrol, pues Elizabeth nunca me perdonaría si hubiese intentado ir
Elizabeth.Me desperté con mucho ánimo, el pie ya casi no me dolía, además estaba muy feliz, los momentos tan maravillosos que Alex y yo vivimos aún seguían latentes en mis pensamientos.Él, abrió su corazón al contarme tan importantes sucesos de su vida, había confiado en mí y eso me causaba mucha felicidad, también yo le conté algunas cosas que a nadie le habría platicado, pero con él estaba empezando a surgir una conexión muy especial.Por lo menos ya no nos veíamos como una utilidad, sino que habíamos empezado a ser amigos, y eso era un gran inicio.Me disponía a levantarme, pero todavía sentía algo de dolor al apoyar el pie, así que debería tener mucho cuidado para no lastimarme.La puerta se abrió, y mis ojos se quedaron maravillados al ver a Alex vestido de etiqueta como la primera vez que nos vimos en su oficina, allí comenzó todo, el flechazo fue instantáneo, y a partir de ese momento ya no lo pude sacar de mis pensamientos.- ¿Cómo estás?, ¿te sientes mejor?, preguntó Alex -
AlexAl escuchar mi nombre en voz de una mujer, me di la vuelta para ver de quién se trataba, me llevé una gran sorpresa al comprobar que era Bianca, mi ex novia del pasado, ella fue muy importante para mí, incluso llegué a proponerle matrimonio, pero no aceptó, por el contrario, salió huyendo, y ahora estaba de regreso quién sabe con qué propósito, Porque conociéndola, no creo que fuera para nada bueno.– Cuánto tiempo sin verte Alex, espero que me hayas extrañado tanto como yo dijo Bianca–.– Qué tal Bianca, ¿qué milagro verte por acá?, Le contesté en forma irónica, ¿Te aburriste de viajar por el mundo? –.– Sucede que quería verte, te he echado mucho de menos cielo, y por eso regresé, me di cuenta de que fui muy tonta al dejarte ir, y estoy de regreso para que retomemos lo nuestro, manifestó ella con total seguridad –.– ¿En serio?, Pues cuánto lo siento, llegaste muy tarde, en dos semanas me caso, y por cierto estás invitada a la boda –.– No pudiste haberme olvidado, nos íbamos a
Elizabeth La estábamos pasando genial, entre risas y bromas, besos y abrazos con cualquier pretexto, ahora si empezábamos a parecer dos novios de verdad, dos enamorados, aunque ninguna sola vez nos hubiésemos dicho esas dos palabras, que al oído parecen tan insignificantes, pero que tanto valor contenían. Las horas pasaban y los dos descubríamos qué estar juntos era lo mejor que había podido pasarnos. Estábamos tan heridos, las huellas del pasado nos marcaron considerablemente, a mí por parte de mi padre, y a él por su abuelo, necesitábamos aferrarnos con fuerza a lo que estaba naciendo entre nosotros, pues esas experiencias sin duda nos darían la fuerza para hacer frente a lo que pudiese venir más adelante.Cenamos delicioso, esa noche no dejamos que el personal cocinara, sino que Alex y yo nos encargamos, preparamos una lasaña exquisita acompañada de ensalada fresca al estilo italiano, Alex no dejó que hiciera mucho esfuerzo, pero haciendo trabajo en equipo todo resultó fabuloso. L
Alex.Había tenido un día muy complicado en el trabajo debido a la gran negociación que se acababa de cerrar, desde que aquello se logró la cartera de clientes aumentó considerablemente.Quería que el tiempo pasara muy rápido para volver a casa, desde que se produjo ese cambio entre nosotros las cosas fluían de una manera fabulosa y la relación se volvió mucho más cercana, sentíamos plena confianza el uno en el otro como nunca pensé que pudiera ocurrir.Estaba metido en mis pensamientos cuando Ashley me anunció la llegada de mi abogado a quien le solicité que redactara el contrato que habría de firmar Elizabeth, ya no quería llevarle ese acuerdo, deseaba que siguiéramos adelante con los planes de boda porque verdaderamente quisiera hacerlo y no porque se sintiera obligada para proteger a su abuela, sabía que detrás de toda esa historia había algo oculto, nunca creí al cien por ciento lo que me dijo aquella vez en que la encontré con moretones en el rostro.Lo más probable es que su pa
Elizabeth.El abuelo había hecho una propuesta que nos dejó a todos sin palabras, quería que el día de la boda llevara puesto el vestido de novia que usó su esposa el día que ellos se casaron, se me hizo un nudo en la garganta, me conmovió mucho que hubiese pensado en mí para semejante honor, los miré a ambos con lágrimas en los ojos, todo aquello parecía como un sueño, conmigo la vida nunca fue compasiva, por eso que ahora me sucedieran cosas tan bonitas me asustaba, no obstante, necesitaba aferrarme a lo que me estaba pasando, y aunque seguía experimentando una gran incertidumbre, deseaba abrir mi corazón para tomar lo bueno que la vida me estaba regalando.- No sé si merezco llevar el vestido de su esposa el día de la boda, pero lo único que puedo decirle, es que lo portaré con la mayor de las dichas, como un homenaje a ella que estoy segura nos estará viendo desde el cielo, gracias por pensar en mí y hacerme el regalo más hermoso que alguien haya podido hacerme -.- Al decir esto,
AlexSalimos de casa de mi abuelo, había sido una noche llena de sentimientos encontrados, echamos un vistazo al pasado y trajimos al presente algunos recuerdos que resultaron muy dolorosos, pero debo decir que sacarlos resultó bastante liberador al menos para mí, con ella era capaz de ser tal como soy, sin máscaras ni fachadas. Elizabeth era la única persona que realmente se interesaba en escucharme por quien soy y no por lo que representaba en los negocios. No dejé de mirarla en todo el camino, de repente hacíamos alguna parada para besarnos sin pretexto alguno, sólo por el deseo de hacerlo, y eso me gustaba de sobremanera, ambos éramos libres de hacer y decir lo que quisiéramos y eso siempre resultaba bastante benéfico para cualquier relación, y la nuestra no sería la excepción, por más extraña que esta fuera, empezamos a tratarnos por un acuerdo, por una proposición de matrimonio por contrato, pero conforme íbamos conociéndonos, nos dábamos cuenta qué queríamos estar juntos a pes
Alex llegó más temprano de lo acostumbrado, y aun cuando eso me emocionaba, me preocupaba que algo hubiese podido pasar, lo vi llegar en su auto desde la ventana y presurosa fui a recibirlo, nos abrazamos fuertemente, pero no era un abrazo como los otros, aquí estaba plasmado algo más. Sentía un gran peso en el ambiente, sabía que Alex tenía que decirme algo y por alguna razón no se atrevía, estaba aprendiendo a conocerlo tan bien, que cada gesto, cada mirada me delataban sus sentimientos, emociones e intenciones.– ¿Sucede algo cariño?, te noto tenso, le dije mientras acariciaba su mejilla –.– así es pequeña, pero no sé cómo lo vayas a tomar, dijo Alex preocupado–.– Estás preocupándome Alex, ¿todo está bien?, anda dime, me tienes en ascuas, respondí impaciente –.– Princesa, hoy fue a visitarme el detective privado que contraté para localizar a tu abuela, y me dijo que había logrado dar con su paradero, contestó Alex con angustia en el rostro –.Mi corazón dio un vuelco de la feli