Elizabeth.El abuelo había hecho una propuesta que nos dejó a todos sin palabras, quería que el día de la boda llevara puesto el vestido de novia que usó su esposa el día que ellos se casaron, se me hizo un nudo en la garganta, me conmovió mucho que hubiese pensado en mí para semejante honor, los miré a ambos con lágrimas en los ojos, todo aquello parecía como un sueño, conmigo la vida nunca fue compasiva, por eso que ahora me sucedieran cosas tan bonitas me asustaba, no obstante, necesitaba aferrarme a lo que me estaba pasando, y aunque seguía experimentando una gran incertidumbre, deseaba abrir mi corazón para tomar lo bueno que la vida me estaba regalando.- No sé si merezco llevar el vestido de su esposa el día de la boda, pero lo único que puedo decirle, es que lo portaré con la mayor de las dichas, como un homenaje a ella que estoy segura nos estará viendo desde el cielo, gracias por pensar en mí y hacerme el regalo más hermoso que alguien haya podido hacerme -.- Al decir esto,
AlexSalimos de casa de mi abuelo, había sido una noche llena de sentimientos encontrados, echamos un vistazo al pasado y trajimos al presente algunos recuerdos que resultaron muy dolorosos, pero debo decir que sacarlos resultó bastante liberador al menos para mí, con ella era capaz de ser tal como soy, sin máscaras ni fachadas. Elizabeth era la única persona que realmente se interesaba en escucharme por quien soy y no por lo que representaba en los negocios. No dejé de mirarla en todo el camino, de repente hacíamos alguna parada para besarnos sin pretexto alguno, sólo por el deseo de hacerlo, y eso me gustaba de sobremanera, ambos éramos libres de hacer y decir lo que quisiéramos y eso siempre resultaba bastante benéfico para cualquier relación, y la nuestra no sería la excepción, por más extraña que esta fuera, empezamos a tratarnos por un acuerdo, por una proposición de matrimonio por contrato, pero conforme íbamos conociéndonos, nos dábamos cuenta qué queríamos estar juntos a pes
Alex llegó más temprano de lo acostumbrado, y aun cuando eso me emocionaba, me preocupaba que algo hubiese podido pasar, lo vi llegar en su auto desde la ventana y presurosa fui a recibirlo, nos abrazamos fuertemente, pero no era un abrazo como los otros, aquí estaba plasmado algo más. Sentía un gran peso en el ambiente, sabía que Alex tenía que decirme algo y por alguna razón no se atrevía, estaba aprendiendo a conocerlo tan bien, que cada gesto, cada mirada me delataban sus sentimientos, emociones e intenciones.– ¿Sucede algo cariño?, te noto tenso, le dije mientras acariciaba su mejilla –.– así es pequeña, pero no sé cómo lo vayas a tomar, dijo Alex preocupado–.– Estás preocupándome Alex, ¿todo está bien?, anda dime, me tienes en ascuas, respondí impaciente –.– Princesa, hoy fue a visitarme el detective privado que contraté para localizar a tu abuela, y me dijo que había logrado dar con su paradero, contestó Alex con angustia en el rostro –.Mi corazón dio un vuelco de la feli
AlexMe dolía ver a mi novia tan devastada, la estaba pasando muy mal por lo de su abuela, y como no, si era el único familiar que valía la pena tener en su vida, puesto que con su padre no podía contar, y quién sabe de qué pudiera ser capaz ese infeliz, si antes ya se había atrevido a golpearla, jamás permitiría que volviera a ponerle una mano encima, y pobre de él si se atrevía acercarse a ella con malas intenciones, entonces sabría de lo que puedo ser capaz por las personas que me importan. Pasamos toda la noche en el hospital, no quise separarme de ella ni un solo momento, le pedí que se fuera a descansar y que yo me quedaría con su abuela, pero no lo hizo, ella nunca la dejaría, mi Elizabeth era tan generosa, siempre tan compasiva y dispuesta a darlo todo por su abuela. Los médicos estaban haciendo todo lo que debían para lograr con éxito su recuperación, queríamos trasladarla a un mejor hospital, pero nos recomendaron que no la moviésemos para evitar que su situación pudiese com
Alex estaba muy molesto conmigo, apenas y me dirigió la palabra en estos días, de cierta manera entendía su razones, pues él consideraba que yo no era capaz de confiar en él, lo cual no era del todo cierto, lo que sucedía es que yo no quería que él se involucrara y pudiera resultar afectado, no soportaría que ese perverso hombre que se dice mi padre, pudiese hacerle algo malo, Alex se había convertido en una persona tan importante para mí al igual que lo era la abuela, que el solo hecho de pensar en que alguien pudiese lastimarlo me llenaba de miedo. Alex y yo nos turnamos para cuidarla, tuve que acceder, pues él no me dejó muchas opciones, sabía que en sus manos mi viejita estaría muy bien, tal como había dicho, alquiló una habitación en el hotel que se encontraba frente al hospital, para que pudiésemos ir y venir sin problema. Los días transcurrían con una inminente recuperación de mi abuelita, los médicos se mostraban optimistas y nosotros también, poco a poco, ella iba recuperand
AlexVolví a la vida al reconciliarme con Elizabeth, sin ella me sentía perdido, era como navegar a la deriva, se estaba volviendo una necesidad para mí. Había estado cerca de ella tras la hospitalización de su abuela, no obstante, cuando no quiso contarme toda la verdad perdí el control y empecé a actuar muy distante con ella. No soportaba que nada le pasara, y más que nada era por eso por lo que me estaba comportando de manera indiferente, pero esa indiferencia me dolía mucho más a mí, porque lo único que deseaba era consolarla, abrazarla y decirle que yo siempre estaría allí pasara lo que pasara. Su abuela ya estaba en casa, y eso me tranquilizaba de sobremanera, ahora podría protegerlas a las dos, además que Elizabeth se sentiría más tranquila, y acompañada el día de nuestra boda. Faltaba tan poco tiempo para que eso sucediera que los nervios empezaron a apoderarse de mí, no había tenido oportunidad de hablarle acerca del viaje a Japón, y me preocupaba su reacción, pues acababa de
Elizabeth Alex me dijo que quería hablar conmigo sobre algo importante, lo cual me intrigaba de sobremanera, faltaba tan poco tiempo para la boda y estábamos tan bien, qué no quería que nada lo echara a perder. Me dijo que nos veríamos en su estudio, lo vi muy serio así que seguramente se trataba de algo importante. Dejé todo lo que estaba haciendo y apresure mis pasos para ir a encontrarme con él, y ahí estaba, tan guapo y elegante como siempre, con esos intensos ojos azules que me robaban la respiración cada vez que los veía. Ay por Dios, como podía ser qué ese chico tan perfecto se hubiese fijado en mí, yo que siempre fui tan común, y sin embargo allí estaba, frente a él, embelesada con ese hombre que era la masculinidad en persona. Me acerqué, y entonces me tomó la mano indicándome que tomara asiento a su lado, Pidió dos cafés y sus acostumbrados postres para acompañar la conversación.– Pequeña, ¿te acuerdas de que te platiqué de una negociación con los japoneses que se cerró de
AlexMe encontraba en la empresa ultimando todos los detalles para el viaje, tenía tantos pendientes, y sin embargo no podía quitarme la imagen de ese sujeto maltratando a mi novia, su padre era un infeliz que merecía recibir todo el peso de la ley por sus bajezas. Ya me encargaría de él, por lo pronto era necesario extremar precauciones para que no pudiese acercarse a ella ni a su abuela, el día transcurrió entre reuniones de negocios, firmas, documentos y preparativos para el viaje a Japón.– Ashley, ¿Todo está dispuesto para lo de Japón?, Le pregunté–.– por supuesto, hice las reservaciones en el hotel que me pidió, los boletos de avión ya están impresos esperando que se llegue el día, Contestó ella con eficiencia –.– Mi abuelo vendrá a la empresa el tiempo que yo esté ausente, te pido que lo apoyes en todo lo que sea necesario, aun cuando no necesito decírtelo, porque no hay nadie más eficiente que tú, muchas gracias por todo tu apoyo Ashley, expresé con afecto–.– No hay nada qu