Realmente esto era una catástrofe, yo ni siquiera podía caminar libremente por los pasillos del hospital, sentía que a mi alrededor había cuchicheos, miradas extrañas y señalamientos. No tenía certeza de si las personas me están juzgando o simplemente era el chisme del momento.
A la mayoría la conocía desde hace años y yo era una persona con un cargo importante... pero básicamente ya yo no sabía dónde estaba parada, después de todo lo que había pasado.
Perla realmente había perdido al bebé, los médicos decían que podía deberse a diversas razones, pero para mí era una tragedia, no importa que ella fuera la otra en mi relación. No importaba las razones o maneras, había ahí
Todo lo que estaba pasando parecía ser producto de una gran y horrible pesadilla. Justo cuando ambos estábamos tan bien. No solo era absolutamente ridículo lo que decía Perla, ella sabía que no había forma de demostrar lo que decía, era su palabra contra la del resto, y parecía no importarle en lo más mínimo.Yo sabía desde hace tiempo que ella era una manipuladora y una arribista. Tenía estudiantes de todo tipo y ella era una de las que hacía menos, convencida de que iba a poder hacer lo que quisiese a su voluntad. Me desagradaba terriblemente ese tipo de personas.Podría ser que ella dijera algo para desentenderse o excluirse de su culpa, pero en esta situación en particular, su objetivo sin duda era dañar a Lisa, en su propio terr
—Así qué había una propuesta, él, tu ex... te había hecho una propuesta— decía yo tan molesto como sorprendido. La escena que acaba de hacer era completamente impensable para mí. Yo había empezado a abrir mi corazón para ella, sabía que teníamos algo importante, algo real... Y todo se había venido abajo. —Respóndeme Lisa— —Oliver... no es así, no es así como ha dicho James...— decía ella viéndome angustiada, su boca temblaba y me seguía con la mirada mientras yo caminaba de un lado para otro en la sala. —¿Ah si? Cuéntame entonces como demonios fue… ¡Como demonios entro a mi departamento y tengo a ese imbécil proponiéndote matrimonio! ¡Cuando tú estás casada conmigo! ¡Tú eres mi esposa Lisa! ¡Maldición!— grito y pateó una de las sillas que cae de lado. Ella respira nerviosamente y me mira con ansiedad. —James... está fuera de sí, de repente se ha dado cuenta de que su vida conmigo era mucho más fácil y yo hacía todo por él y... Perla estaba en las cosas del embarazo y...— —¡Resp
Poco a poco las cosas en el hospital se habían calmado. Seguramente había llegado un chisme nuevo y la historia de que yo, no solamente había estresado a una joven doctora haciéndole perder a su hijo; sino que además yo le había sido infiel al gran doctor Wagner, con nada menos que con ex prometido infiel. Con el tiempo pude ir investigando por mi cuenta y sin duda Oliver había tenido razón en una cosa y era que la doctora que me había encontrado con James, había dicho algo de ese encuentro, o quizás uno de los empleados que pasaba por ahí, enfermeros o quien sea, había llegado a los oídos de Perla; y de mucha más gente, empeorando mi caso. Pero yo seguí haciendo mi trabajo esforzándome para que todo fuera mejor aquí, y como siempre tarde o temprano alguno necesito de mi ayuda, y yo estuve ahí para darla, cómo era mi costumbre. Al menos ya no había miradas extrañas, y cada vez menos rumores cuando yo aparecía. Al inicio iba pocos días a la semana al hospital hasta que luego puede
—Vaya hermanito... y yo que pensaba que teníamos que hacer varias cosas para que te dieras cuenta, por fin con quién estabas casado... ¡Pero finalmente no tuvimos que hacer mucho! Mira que está rondando un rumor, extremadamente interesante sobre tu esposa. Nuestro padre te había dicho que ibas a hacer un cornudo y no le quisiste creer… ¿Qué se siente compartir a tu esposa con otro hombre? Es decir… no se han divorciado y ya está recibiendo propuestas de otros hombres…— decía Jonah a mis espaldas. — No es tu problema Jonah, lo que sucede entre mi esposa y yo. Si yo fuera tú me preocupara más en no meterte en más problemas y así evitar que te rompan la nariz nuevamente. No es que tengas un rostro muy atractivo pero ¿dos fracturas en la nariz? Profesionalmente, no lo recomiendo— le digo y me alejo de él mientras intento ocultar su mirada atónita. Por supuesto que si mis días eran malos, sin duda tenía que venir mi hermanastro a completar de arruinarlos. Y por nada del mundo, él iba a d
Había comenzado esta noche con todos mis ánimos, sentía que era mi momento para estar con él, tenía la esperanza de tener siquiera un pequeño espacio en donde pudiéramos hablar y yo pudiera convencerlo. Nunca había sido de las personas que ruegan por otro chance, porque sean tomados en cuenta, yo creía que si alguien te apreciaba iba a querer estar contigo no importa lo que sea, pero evidentemente es que no era el caso. Sin embargo, lo que no dicen las palabras lo dice el cuerpo, y yo sentía como suavemente su mano se paseaba por mi cintura y como sus manos parecían desear más y más. Mi cuerpo también reaccionaba completamente a él, aproximándome buscando su contacto, amoldándose a sus suaves caricias.Mientras yo condimentaba la situación acariciando su cabello, el lóbulo de su oreja, tocando suavemente su rostro a donde la punta de mis dedos podían llegar, yo lo extrañaba terriblemente y creía que tenía que ver poco con sexo y más con la imperiosa necesidad de tenerlos cerca de sa
¿Que si me gustaba mi esposa? Me gustaba muchísimo. Tenía celos de que alguien se le acercara, y por si eso no fuera poco... la deseaba, más de lo aconsejable para ser mi esposa por contrato. Sí, lo lógico era que un hombre deseara a su esposa, si no ¿Para qué casarse con ella? Pero de todo había en el mundo. Mi propio padre se había casado con mi madre, no en los mejores términos, y luego con mi madrastra... ninguno fue un matrimonio feliz. En cambio, yo no tenía por qué necesariamente sentir... lo que siento cuando la veo. En el primer momento que la tuve sola en ese evento la arrinconé, y sin vergüenza la toqué como quería. Y me volvía loco como ella reaccionaba a mí, como no quería que me detuviera. Me gustaba sentir que yo era el único que le hacía llegar de tal manera. Parecía que yo necesitaba pocas dosis de Lisa Marie para poder subsistir. Pero yo, estaba convencido de que, tarde o temprano, yo tenía que alejarme de esta especie de ensoñación o hechizo del que yo evidente
— Está bastante taciturno últimamente— me dice la señora Espinoza. Me da una mirada preocupada mientras yo estoy examinándola. — Digamos que he tenido unos cuantos inconvenientes estos últimos días— digo sin dar muchos detalles. Primero porque no debería estar hablando de estas cosas con una paciente, y segundo porque ni yo mismo se habría por dónde empezar a explicar. —¿Problemas de trabajo o problemas del corazón? —— Digamos que en mi caso, a veces, las dos cosas están unidas para bien o para mal. Tengo algo que comentarle a mi esposa, no es algo realmente malo pero... difícil. Por otro lado, hay alguien con el que siempre hablo y digamos que no estamos en los mejores términos— digo. Nos quedamos en silencio mientras yo examino sus signos vitales. Emilia y Jason habían hablado conmigo hace ya un par de días y yo no había tenido la fortaleza para ir a hablar con Lisa sobre la propuesta, honestamente no sabía siquiera como enfrentarlo.Por otro lado, mi amigo prácticamente había d
—¿De verdad eso es lo que piensa de mí? ¿Eso es lo que crees que soy yo? Un hombre que está contigo solamente para herirte y que no te aprecia?— le pregunto ahora gritando, haciendo exactamente todo eso que ella me critica. Discutiendo como un imbécil —Sí, ¿Acaso me equivoco? ¿Estoy diciendo una mentira? ¿O es que tú eres un hombre sumamente comprensible? ¡Yo estuve aquí mientras todos me trataban como si yo fuese una traidora adúltera! Sí, sé que todos también pensaban que tú eres alguien a quien han engañado, y créeme que sé lo que se siente, lo he experimentado muy bien. Pero en mi caso me tenían lástima, en cambio, ahora... el mal recaía en mí... Pues ¿cómo yo una simple mujer cualquiera le sería infiel al Gran Doctor Wagner? ¡Yo deberías estar más bien agradecida de que él sí quiera deseara casarse conmigo!— —¿Crees que yo no sufrí con estas mentiras? ¡Escuchaba los comentarios de todos a mi alrededor!— le gritaba yo muy cerca. Veía un fuego en sus ojos, como si por fin dijera