—¿A Alemania...? Sabíamos que iba a ser una opción, pero pensé que no la ibas a aceptar, por lo menos por ahora... entendemos que es una maravillosa oportunidad...— me dice Emilia con preocupación. Yo intento colocar mi mejor cara. Ayer justamente ella se había ido de la casa. Tuve que llamar al taxista para me confirmara que había llegado a casa sana y salva. Cuando el hombre me preguntó qué demonios le había hecho a esa pobre mujer, simplemente le dije que yo había sido un estúpido. El hombre no me respondió, nada parecía entender, que todos los hombres en algún momento metemos la pata y nos arrepentimos sin poder solucionarlo. —Claro que, la adopción viene primero. Lisa ha estado bastante ocupada con eso y estamos organizando todo para la llegada del niño. Pero mi idea es irme por un tiempo, volver en cuanto antes... — respondo. Todo esto ha sido mucho más difícil de lo que había pensado. Era relativamente fácil imaginar eso que decía, como si fuera verdad, porque era lo que
—Lisa... por fin la encuentro— me decía una voz conocida cuando yo volteaba. —Ohhh… hola Doctor Wallace, ¿qué le trae por aquí?— pregunto. —Es solo que tenía un mensaje de su esposo. Él justamente está en una operación complicada, ahí quería asegurarse de que recibiera mi mensaje— decía él muy sonriente. Claro, por supuesto, que es por eso, no es porque está convencido de que yo no voy a leer nada de lo que me envié. Lo cual evidentemente he hecho. —Ohhh claro...— decía yo aparentando creerle. —Me ha comentado que, mañana tienen una reunión por la adopción. Me había enterado de que querían adoptar un niño, me parece fabuloso— dice él. —¿Una reunión?— —¡Sí! El doctor estaba muy emocionado, parece ser algo importante. Dijo que usted estaría recibiendo un correo electrónico de la agencia y que se presentarían mañana. Supongo que ustedes hablaron de eso con mayor detalle luego, pero el doctor Wagner estaba muy preocupado de que usted recibiera el mensaje e insistía en que yo se
Me había matado trabajando todos estos días intentando no pensar en ella y por supuesto, evitando llegar a mi casa. Me sentía terrible solo ahí, ver todo desesperadamente vacío porque todo era vacío sin ella. Y, sin embargo, me había cansado de dormir en el hospital y de vez en cuando tenía que simplemente venía a tomar un verdadero baño, cambiar mi ropa y seguir con mi rutina que consistía en poner la mejor cara y hablar de cosas triviales del día a día. Una de las peores partes me resultaba intentar parecer normal. Todo iba bien en el hospital y en el instituto, Emilia y Jason prácticamente me seguían y me alababan cuando yo me sentía con el desgraciado. No tenía nadie con quien conversar esto y estuve a punto de inclusive hablarlo con Wallace, quién se había convertido en un excelente compañero de trabajo y que parecía ser un hombre bastante sensato.¿Pero qué pensaría el de mí? La sola idea me daba vergüenza, a veces me preguntaba también qué diría mi madre, o que pensaría de es
Nada mejor para los problemas, que una mente ocupada, decía mi abuela Eugenia. La vida me había plantado varios tropiezos en mi camino, de los peores y yo pensaría que a estas alturas sería muy fuerte, podría ser casi superpoderosa. Pero quizás no era tan fuerte como yo imaginaba... ya que la traición y el cómo me había dejado Oliver, me había afectado en lo más profundo. Me despertaba sin él, no recibía mensajes, y no lo veía. Éramos dos piezas de un rompecabezas que antes estaban unidas y ahora... no eran nada. La idea de ver a los niños, me ilusionaba tanto como me aterraba, la simple decisión de elegir alguno, me parecía una locura. Todos merecían tener amor y cariño, no era una decisión fácil, pero tenía que tomarla. Este era el primer paso y estaba convencida de que era uno de los más importantes que daba, y que tendría en toda mi vida. La señora Vivian estaba completamente emocionada, tanto que ni siquiera le preocupaba el hecho de que Oliver no estaba aquí. Él claramente
—Doctor Wagner... ¡Felicitaciones! Me he enterado de que ha sido padre.... debe ser un sentimiento maravilloso. Yo y mi esposa no hemos decidido, pero... ¡No puedo imaginar cómo debe sentirse!— me decía Wallace cuando me la encontraba en el pasillo del hospital. Sonriendo de oreja a oreja.Yo me había prácticamente encerrado todos estos días en el Instituto, intentando alejarme de toda la situación. Claro que eso había resultado en un alejamiento físico... porque si hablábamos de lo emocional, eso era otra cosa. No sé siquiera si había la posibilidad realmente de sacarme a Lisa de mi cabeza, tampoco es algo que yo quisiera. Prefería que estuviera ahí atormentándome... al menos así la tendría de alguna manera. Era peor que nada. No sé cuándo sucedió exactamente, pero se había corrido ya el rumor de que la adopción había sido exitosa. La señora Vivian había cumplido su palabra, y hace un par de días Eliot, me lo había confirmado. Por supuesto que mi amigo me había enviado, junto a lo
La vida de mi pequeña, teniéndome como su madre y su única familia, había comenzado bastante agitada. Todas las cosas de bebé, su ropa, su cuna, sus juguetes y demás... seguían tranquilamente en mi casa. En cambio, ella estaba internada en el hospital, mientras le hacían mil y un exámenes. Yo de casualidad había ido a la casa, para traer una que otra cosa, y prácticamente también vivía aquí. Por un momento me había preocupado de tropezarme con Oliver, pero por lo que me comentó brevemente el doctor Wallace... Oliver seguía en el instituto, finalizando todo para irse a Alemania. Por supuesto que el dolor me aquejaba, pero tenía problemas aún más graves aquí. Había hablado con el director Edwards de forma inmediata, había consultado con varios cardiólogos especializados en niños para obtener más respuestas. Yo buscaba alguna especie de tratamiento o solución temporal que no incluyera una operación. Todos me habían dicho lo mismo: iba a ser algo muy complicado. Ella era pequeña y
— Doctor Wagner... estábamos esperando por usted— dice la doctora Grant en cuanto me ve en los espacios cercanos al quirófano. — Doctora Grant... no tengo palabras para agradecer todo lo que hn hecho por este caso— digo yo mientras la saludo. —Es curioso... la madre de la niña me ha dicho exactamente lo mismo— me dice ella con una sonrisa, sin sospechar la relación entre Lisa y yo, supongo que se debe haber presentado como Lisa Jones. Solo de pensar que ella está aquí, quizás a unos metros. Preocupada con los nervios de punta, angustiada.... y yo sin poder decirle nada ni consolarla de ninguna forma. — Sé que ha sido un pedido muy extraño, pero estoy realmente entusiasmado de que hayamos podido juntar a un equipo tan fantástico— digo yo. Ella suspira y echa un vistazo a todos los del equipo médico que ya se van preparando. —Ufff sí, la verdad que creo que nunca había tenido tantas estrellas en mi quirófano— dice a modo de broma. Mientras vamos caminando a unas de las salas pa
— Me han dicho que está respondiendo muy bien la pequeña, que ha sido muy fuerte y se ha comportado maravillosamente— me comenta el director Edwards. —Así es... y muchas gracias, director por toda la ayuda. Que se haya ofrecido a transportarla para la operación y luego traerla aquí... para que estemos cerca de ella... ha sido increíblemente amable y generoso de su parte— le contesto yo. —Por nada Lisa... como lo he dicho, eres una parte fundamental de este hospital. Sin contar que los médicos y enfermeras te adoran, y por supuesto a tu hija. Todos querían que la pequeña estuviera aquí para atenderla y cuidarla— dice él. Yo sonrío. —Han sigo todos maravillosos... — digo viendo a todos los que se han acercado a esta pequeña habitación en el área infantil. Las enfermeras, especialmente, han estado observando a mi pequeña con cariño y dulzura. —Por favor, no se diga nada más. Todos somos familia— y cuando está por irse el director voltea a agregar algo más. —Ahhh y por favor cuan