Hola hola! ¿Podrá Lisa obtener lo que siempre ha querido? ¿O no se puede obtener todo? Los leo! Bso Kika
Me había matado trabajando todos estos días intentando no pensar en ella y por supuesto, evitando llegar a mi casa. Me sentía terrible solo ahí, ver todo desesperadamente vacío porque todo era vacío sin ella. Y, sin embargo, me había cansado de dormir en el hospital y de vez en cuando tenía que simplemente venía a tomar un verdadero baño, cambiar mi ropa y seguir con mi rutina que consistía en poner la mejor cara y hablar de cosas triviales del día a día. Una de las peores partes me resultaba intentar parecer normal. Todo iba bien en el hospital y en el instituto, Emilia y Jason prácticamente me seguían y me alababan cuando yo me sentía con el desgraciado. No tenía nadie con quien conversar esto y estuve a punto de inclusive hablarlo con Wallace, quién se había convertido en un excelente compañero de trabajo y que parecía ser un hombre bastante sensato.¿Pero qué pensaría el de mí? La sola idea me daba vergüenza, a veces me preguntaba también qué diría mi madre, o que pensaría de es
Nada mejor para los problemas, que una mente ocupada, decía mi abuela Eugenia. La vida me había plantado varios tropiezos en mi camino, de los peores y yo pensaría que a estas alturas sería muy fuerte, podría ser casi superpoderosa. Pero quizás no era tan fuerte como yo imaginaba... ya que la traición y el cómo me había dejado Oliver, me había afectado en lo más profundo. Me despertaba sin él, no recibía mensajes, y no lo veía. Éramos dos piezas de un rompecabezas que antes estaban unidas y ahora... no eran nada. La idea de ver a los niños, me ilusionaba tanto como me aterraba, la simple decisión de elegir alguno, me parecía una locura. Todos merecían tener amor y cariño, no era una decisión fácil, pero tenía que tomarla. Este era el primer paso y estaba convencida de que era uno de los más importantes que daba, y que tendría en toda mi vida. La señora Vivian estaba completamente emocionada, tanto que ni siquiera le preocupaba el hecho de que Oliver no estaba aquí. Él claramente
—Doctor Wagner... ¡Felicitaciones! Me he enterado de que ha sido padre.... debe ser un sentimiento maravilloso. Yo y mi esposa no hemos decidido, pero... ¡No puedo imaginar cómo debe sentirse!— me decía Wallace cuando me la encontraba en el pasillo del hospital. Sonriendo de oreja a oreja.Yo me había prácticamente encerrado todos estos días en el Instituto, intentando alejarme de toda la situación. Claro que eso había resultado en un alejamiento físico... porque si hablábamos de lo emocional, eso era otra cosa. No sé siquiera si había la posibilidad realmente de sacarme a Lisa de mi cabeza, tampoco es algo que yo quisiera. Prefería que estuviera ahí atormentándome... al menos así la tendría de alguna manera. Era peor que nada. No sé cuándo sucedió exactamente, pero se había corrido ya el rumor de que la adopción había sido exitosa. La señora Vivian había cumplido su palabra, y hace un par de días Eliot, me lo había confirmado. Por supuesto que mi amigo me había enviado, junto a lo
La vida de mi pequeña, teniéndome como su madre y su única familia, había comenzado bastante agitada. Todas las cosas de bebé, su ropa, su cuna, sus juguetes y demás... seguían tranquilamente en mi casa. En cambio, ella estaba internada en el hospital, mientras le hacían mil y un exámenes. Yo de casualidad había ido a la casa, para traer una que otra cosa, y prácticamente también vivía aquí. Por un momento me había preocupado de tropezarme con Oliver, pero por lo que me comentó brevemente el doctor Wallace... Oliver seguía en el instituto, finalizando todo para irse a Alemania. Por supuesto que el dolor me aquejaba, pero tenía problemas aún más graves aquí. Había hablado con el director Edwards de forma inmediata, había consultado con varios cardiólogos especializados en niños para obtener más respuestas. Yo buscaba alguna especie de tratamiento o solución temporal que no incluyera una operación. Todos me habían dicho lo mismo: iba a ser algo muy complicado. Ella era pequeña y
— Doctor Wagner... estábamos esperando por usted— dice la doctora Grant en cuanto me ve en los espacios cercanos al quirófano. — Doctora Grant... no tengo palabras para agradecer todo lo que hn hecho por este caso— digo yo mientras la saludo. —Es curioso... la madre de la niña me ha dicho exactamente lo mismo— me dice ella con una sonrisa, sin sospechar la relación entre Lisa y yo, supongo que se debe haber presentado como Lisa Jones. Solo de pensar que ella está aquí, quizás a unos metros. Preocupada con los nervios de punta, angustiada.... y yo sin poder decirle nada ni consolarla de ninguna forma. — Sé que ha sido un pedido muy extraño, pero estoy realmente entusiasmado de que hayamos podido juntar a un equipo tan fantástico— digo yo. Ella suspira y echa un vistazo a todos los del equipo médico que ya se van preparando. —Ufff sí, la verdad que creo que nunca había tenido tantas estrellas en mi quirófano— dice a modo de broma. Mientras vamos caminando a unas de las salas pa
— Me han dicho que está respondiendo muy bien la pequeña, que ha sido muy fuerte y se ha comportado maravillosamente— me comenta el director Edwards. —Así es... y muchas gracias, director por toda la ayuda. Que se haya ofrecido a transportarla para la operación y luego traerla aquí... para que estemos cerca de ella... ha sido increíblemente amable y generoso de su parte— le contesto yo. —Por nada Lisa... como lo he dicho, eres una parte fundamental de este hospital. Sin contar que los médicos y enfermeras te adoran, y por supuesto a tu hija. Todos querían que la pequeña estuviera aquí para atenderla y cuidarla— dice él. Yo sonrío. —Han sigo todos maravillosos... — digo viendo a todos los que se han acercado a esta pequeña habitación en el área infantil. Las enfermeras, especialmente, han estado observando a mi pequeña con cariño y dulzura. —Por favor, no se diga nada más. Todos somos familia— y cuando está por irse el director voltea a agregar algo más. —Ahhh y por favor cuan
—Doctor Wagner... ¿Cómo se siente?— pregunto de forma nerviosa mientras me asomo a la puerta de su habitación. Es una de las habitaciones más grandes, similar a donde yo había sido atendida innumerable cantidad de veces. Estaba bien acomodadas y sin duda las enfermeras y enfermeros lo habían atendido muy bien. Había cerca una bandeja con comida y bebida, así que suponía que tenía ya un rato despierto. Se veía cansado, y de repente había envejecido bastante de un solo golpe. Sin embargo, se podía ver en su expresión... que había algo diferente. —Lisa... pasa, pasa… por favor— dice haciendo un gesto suave con la mano. Yo me aproximo aún con cierto nerviosismo, dejando la puerta abierta. Por un momento nos quedamos en silencio, él pareciera que ve a la pared hasta que vuelva otra vez a posar su mirada de mí. —Estoy bien... solo quería hablar contigo un momento. Por favor, si quieres puedes sentarte— señala una silla. Yo la tomo casi en modo automático, cuando la realidad es que
—Doctor Wagner... quizás usted… ya debe saber que su hijo y yo... nos estamos separando...— digo y él me interrumpe inmediatamente. —Fue mi culpa... él no quería... yo lo obligué a que hiciera lo que yo creía que era lo correcto. Yo quería que él se casara con otra mujer y que tuviera un hijo... de él. Cuando, él solo quería estar contigo, cuando... él te amaba y no quería estar con otra mujer que no fueras tú— dice y yo pienso que él simplemente está divagando. Hans suspira y se queda cabizbajo. —Le dije que rechazara la adopción, que se alejara de ti... y yo no me interpondría, no me interpondría en el proceso — dice y yo no puedo creer lo que escucho. —No, no no, no... eso no puede ser él... dijo que no me amaba. Que nunca me amó... que que se arrepentía… que él desde el inicio sabía que esto... que nosotros no íbamos para ningún lado, que no íbamos a durar. Nos casamos porque ambos lo necesitábamos y... él... me confesó que si no era así no me elegiría— digo temblando sacudi