Ashley.Esta sentado en su escritorio cómodo, en una silla que probablemente vale más que mi carro y un traje que lo más probable es que lo hayan hecho a su medida ¿Que es este despilfarro de poder en un ser como el? Su mirada fue de asombro al verme entrar así en su oficina.—¿Que haces aquí, Ashley? ¿Como eres capaz de entrar así? —Algo de enojo se escucha en su voz.Rápidamente se para de su asiento y se acerca a mi y me toma de la muñeca fuertemente, puedo sentir su enojo pero él lo sintió más cuando le enterré en la piel mis uñas que para su desgracia me gustan en un estilo stiletto bien filoso sin bordes suaves, soltó un leve gruñido al sentir mis uñas cortar su piel y me soltó.—¿Que mierda te pasa? —Preguntó y ya no hay dudas de su enojo, no puedo decir nada, ahora solo necesito verlo a sus ojos —¿Que, no va a decir una mierda? —Necesitaba verte a los ojos y terminar de convencerme —En su mirada es muy notoria su confusión.—¿Estás loca o que? —No, no veo nada en sus ojos de
Alexandree. Desde mi escritorio vi a Ashley venir a mi oficina, la secretaria le dijo algo cuando estaba en la puerta y se dio media vuelta y se retiró, me imagino que lo quería decir no era muy importante pero algo dentro de mi quiso hablarle, pero no me pare, si ella no entro yo no la voy a buscar. Mañana cuando llegue al trabajo la llamaré y hablaremos de lo que me vino a decir que probablemente sea una estupidez. … Jueves. Hoy pase por el cubículo de Ashley y aún no ha llegado, raro por qué según lo que me había dicho no es de las que llegan tarde, mejor no le tomo importancia y me voy a trabajar. El día se pasa volando entre reuniones, revisión de varios documentos y recibir quejas, mi vieja secretaria no se da basto y termino ayudándole más de lo que ella me ayuda a mi, pero no tengo el corazón para reemplazarla, a pesar de todo es muy atenta y hace lo básico. En todo el día no me dio tiempo de ver a Ashley y cuando termine mi trabajo ya era tan tarde que nadie ya está en
Alexandree. … Lunes. Llegué tan temprano que nadie aún ha llegado, paso directo a mi oficina y ya está ahí otra pila de documentos por revisar y se que mañana solo el número va a aumentar, así que sin esperar a mi secretaria me los pongo a revisar. Algunos son firmados con mi aprobación, otros simplemente son declinado mientras un pequeño grupo son apartados para revisar con los supervisores de cada departamento de la editorial. Se que para estas fechas y por la enorme cantidad de publicidad que estoy pagando para la editorial, se que los supervisores de escritores están demasiados ocupado, los editores y co-editores no la tienen fácil, eso de guiar y dirigir no es nada sencillo. Ya terminé la enorme pila de documentos y apenas empieza a llegar gente aunque mi secretaria aún no, tampoco ha llegado Ashley pero su compañera si, es curioso sus retrasos. Creo que nos me quiere ver y simplemente viene directo al trabaj
Ashley Bianco. Una chica de unos 23 años es una joven aspirante a escritora, recién graduada en letras siguiendo su gran pasión de ser escritora. Es una chica de unos 1,64 de estatura, chica con caderas anchas con cintura pequeña y busto llamativo, una tez blanca casi pálida que resulta muy llamativa a la lista, un cabello liso negro hasta más abajo que sus caderas acompañado de unos ojos azul claro. Nació en una familia de Española grandes recursos de San Francisco, Estados Unidos. Tiene un hermano menor llamado Steve de 16 años, su madre Steele Bianco y su padre Carlos Bianco, cuando cumplió la mayoría de edad se mudó a Nueva York para seguir su sueño de ser escritora, empezó a trabajar en la editorial de sus sueños a los 20 años siendo aún estudiante en letras en la universidad cercana, vive en un departamento regalo de sus padres y tiene un auto nuevo de su propiedad pagado con sus primeros sueldo, haciendo que esté muy orgullosa de ser su primera compra grande por su cuenta. T
Ashley Estoy sentada en el asiento de la ventana de mi departamento con un libro en la mano izquierda y una taza de café en la derecha, son las 11:23 PM según el reloj que cuelga en la pared cerca de mi, en mi mano tengo el preciado libro que me regaló mi padre en mi cumpleaños 15 "10 minutos" un libro que sin mi padre saberlo, despertó algo en mi ya que él no sabía que ese era un libro sobre un gran amor lleno de pasión, desencadenado en mi unas grandes fantasías y aspiraciones de un amor tan románticas como lo que narraba ese libro. Sonreí ante el recuerdo de la primera ves que explore los rincones de mi mente con la imagen de alguien muy clara "Alexandree D'Nore" Ese joven de 19 años que se encontraba en la contraportada de el libro, el escritor. Lo imaginé a él y a mi teniendo un romance de fantasía, con un final feliz y todo, claro, eso solo pasaría en fantasía ya que eso está muy alejado de mi realidad. El libro "10 minutos" era su primer libro en físico y me alegra tanto haber
Ashley Mi corazón daba un vuelco y mi alegría no cabía en mi, me sentí como adolescente conociendo a su ídolo y prácticamente es lo que pasaba, acabo de conocer a mi ídolo. —Oh, hola ¿Quien eres? —Preguntó y mi labio solo temblaba —Eh ¿Sabes hablar, no? Cubrí mi rostro con vergüenza y solo pronuncié en un hilo de voz un "Si" —Me alegro de que sepas hablar, entonces dime ¿Necesitas algo, bella dama? —¿Que, yo? ¿A mi me dijo así? —Yo... Busco al CEO, me citaron en esta oficina a las 10am, pero creo que aún no llega, lo siento —Me doy la media vuelta, quizás es mejor venir más tarde. —Espera, ese soy yo, soy el nuevo CEO—¿Qué? Creo que mi rostro de confusión fue muy evidente porque me brindó una explicación —Acabo de comprar la editorial, si buscas al anterior CEO ya viene para acá. —Eso quiere decir que las decisiones del anterior CEO no seguirán en vigencia... —Oh no, mi sueño se desplomó antes de alzar el vuelo, sentí mis ojos cristalizarse por las lágrimas. —¿Que decisiones?
Alexandree Al verla sollozar no se porque sentí el impulso de protegerla, nunca me había pasado pero sin darme cuenta la estaba consolando mientras le secaba las lágrimas, acaricie su rostro y el impulso de besarla fue más que de lo que yo pude resistir, la bese suavemente con miedo, pero al sentir como paso sus brazos por mi cuello para profundizar el beso no me pude resistir, un deseo de tenerla para mí recorrió mi mente, no sólo poseer su cuerpo si no a ella, sus besos con sabor a caramelo con una nota de café se siente adictivos. Mis manos temblaban al bajar por sus caderas, me siento como un adolescente al que le da su primer beso una bien aventura por la vida, tome su cadera con fiereza, necesitaba pegarla a mi, que sintiera este frenesí que me hacía sentir pero de repente se separó de mi sin más y me abofeteó con un rostro de molestia. —Es un imbécil, Señor D'Nore. Nunca pensé que sería así de imbécil —Me acaricié la mejilla adolorida mientras mi confusión iba en aumento ¿Que
Alexandree. Se dio la vuelta y caminaba hasta un estacionamiento subterráneo cercano. —Señorita Bianco, deje que la lleve o la acompañe, por favor —Su rostro se puso rojo y bajo su mirada mientras sus cejas se arrugan. —Iré a mi casa directo entonces, se baja y agarra un taxi en la puerta y ya, solo esta vez y solo porque es mi jefe y no me quiero quedar sin trabajo —Sonreí satisfecho ante sus palabras, al llegar a un Camaro convertible descapotable me quedé impresionado por su buen gusto. —Este auto es excepcional —No puedo ocultar mi asombro ante su semejante belleza —Tienes buen gusto, señorita Bianco. Asintió y un leve «Gracias» se escuchó, entramos en el vehículo que tiene un olor excitante de vainilla y caramelo. Combinado con su olor a café me tenían delirando, cuando vi un libro no dudé en tomarlo mientras salíamos del estacionamiento y de casualidad es unos de mis primeros libros «La dulce gitana» un libro que me hace sonreír al pensar en la historia que tiene de fondo,