Alexandree
Al verla sollozar no se porque sentí el impulso de protegerla, nunca me había pasado pero sin darme cuenta la estaba consolando mientras le secaba las lágrimas, acaricie su rostro y el impulso de besarla fue más que de lo que yo pude resistir, la bese suavemente con miedo, pero al sentir como paso sus brazos por mi cuello para profundizar el beso no me pude resistir, un deseo de tenerla para mí recorrió mi mente, no sólo poseer su cuerpo si no a ella, sus besos con sabor a caramelo con una nota de café se siente adictivos.
Mis manos temblaban al bajar por sus caderas, me siento como un adolescente al que le da su primer beso una bien aventura por la vida, tome su cadera con fiereza, necesitaba pegarla a mi, que sintiera este frenesí que me hacía sentir pero de repente se separó de mi sin más y me abofeteó con un rostro de molestia.
—Es un imbécil, Señor D'Nore. Nunca pensé que sería así de imbécil —Me acaricié la mejilla adolorida mientras mi confusión iba en aumento ¿Que he hecho yo para causar la rabia de tan bella mujer? Me pregunté —Arruino mi sueño y ahora me besa como si nada, era mi ídolo y destruyó mi primera oportunidad, será usted muy guapo pero es un... Un... —Por un momento se quedó pensando que decir mirando el suelo, se ve tan hermosa que no se ni porque pienso esto —¡Imbécil!
¿Me dijo guapo a la vez de que me dijo imbécil? Guao, esta mujer es increíble jaja.
Salio de la oficina dando un portazo, sin más, al irse me sentí mal, ella tenia razón, yo pase de ser alguien que ella admiraba a ser quien rompió su sueño, me sentí triste pero una sonrisa se formó en mis labios al recordar ese beso donde sus labios se juntaron a los míos, se que ella también sintió ese frenesí y esas chispas.
Acaricié mis labios al sentir que su labial se quedó en el, su aroma a caramelo con café se quedó en mi ropa y se me dio un antojo de tomar un café como si eso fuera a matar la ansiedad que me dejó por sus besos.
A penas la conozco pero algo en ella me dice que necesito más, quizás me odie por lo que pasó con su libro pero tras de eso se que algo en ella también necesita de mis besos, mañana la buscaré y le robaré otro beso, le pediré una cita que espero que acepte porque quiero más de esos besos.
En unos minutos llega el anterior CEO y me explica unas cosas para irse cabizbajo, la verdad lo de la compra de la editorial se dio de un día para otro, tenía apuro por hacerla mía y mi grupo de abogados se encargaron de eso en un santiamén.
Cuando termino de pensar en unas cosas me dispongo a salir de la oficina ya que se ha pasado el horario normal de oficina y al ver a otros irse no dude en irme yo tambien, se que tengo trabajo pero necesito un café o algo, salgo y le indico a mi chófer que conduzca hasta la repostería y panadería de mi abuela, está cerca de aquí así que eso me permitirá visitarla más a menudo y probar sus deliciosas postre y sobre todo su gran cariño.
Paso antes por una florería, compro un ramo de rosas blancas que se que le encantaran, sigo mi camino hasta la pastelería y justo cuando abro la puerta ese olor delicioso a dulces se combina con el olor del pan recién horneado más el olor del café recién molido.
Busco con la mirada a mi abuela y la veo en la mesa del fondo abrazando a una joven que llora en sus brazos, espera... Esa es ¿Ashley? ¿Que hace aquí y con mi abuela?
Derrepente voltea a verme como si sintiera mi presencia, su cara de enojo y confusión se hace notar, pero también sus ojos rojos y sus lágrimas bajando por sus mejillas, le dice algo a mi abuela que hace que me mire con enojo, me sorprende ya que para mi abuela siempre he sido su adoración, se levanta y yo voy hacia ella con el ramo en la mano, sin dejarme hablar o darle el ramo me pellizca el brazo.
—Asi que fuiste tú niño mimado —Ejerce fuerza sobre el pellizco.
—Auch abuela ¿Que hice? —Pregunte adolorido ya que está aún no me soltaba.
—Le destrozaste los sueños a mi pequeña niña ¿Así te eduqué, sin corazón? —¿Su que? Respiré aliviado cuando por fin me soltó.
Mire a Ashley confundido mientras ella hacía lo mismo, mientras mi abuela me veía enojada.
—Abuela, ya está bien, no importa —La voz de Ashley se escuchaba apagada y sus ojos rojos de tanto llorar me hacen querer tomarla entre brazos y cuidarla, aunque fui yo quien la puso así.
—¿Abuela? No, ella es mi abuela —¿Que está pasando aquí? Pensé —Abuela ¿Somos familia o algo?
—¿Que? No, Señor D'Nore, por favor así no tengo que volver a verlo —Oh, si que está molesta.
—A ver, yo sé que si me quieres volver a ver y me tienes que ver, soy tu jefe —Hable con la cabeza alta.
—Me vale patrañas que seas su jefe, Alex ¿Cómo pudiste quitarle la publicación de su libro? Es su sueño desde niña —Ahora hablo mi abuela dejándome cada vez más confundido.
—Exacto, arruinaste mi sueño, mi oportunidad que tanto me costó, yo tenía... Tenía... —Sus ojos se cristalizaron haciendo que me corazón se sienta estrujar.
—¿Ves lo que causas, Alex? Niño malcriado.
—Abuela, no soy malcriado —Una risa se escapa de los labios de Ashley.
—¿Entonces si eres un niño? —Dice Ashley con un toque de malicia en la voz mientras seca sus lágrimas y tiene una sonrisa en sus labios.
—No, para nada soy un niño ¿Quieres ver? —Esta vez la malicia está en mi voz.
—¡Por Dios Alexandree! Respeta, estoy aquí —Mi abuela me da un pellizco en el brazo —Les voy a traer algo de tomar y un dulce para que dejen de hablar babosadas.
Ambos nos reímos en una pequeña risa a escondidas mientras mi abuela se alejaba con paso rápido.
—Entonces... ¿Conoces a mi abuela, Ashley? —Pregunte para tratar de buscar tema de conversación y quitar este silencio gélido pero el que sintió un frío recorrer su espalda fui yo cuando los ojos de Ashley se cruzó por mi mirada.
—Si, desde hace unos 2 años cuando empecé a venir aquí —Con su mirada recorrió el lugar —Fue mi lugar seguro por mucho tiempo, la verdad no sabía que era tu abuela, si hubiera sabido le hubiera pedido tu número o tu autógrafo o aunque sea una foto tuya para mí colección.
Mis mejillas se pusieron de un color rojo al imaginar a es hermosa mujer con mis fotos, siendo mi admiradora leyendo mis libros cuando soy yo quien la admira ahora.
—¿Colección? —Pregunte con vergüenza y la vergüenza se pasó a ella cuando se dio cuenta de lo que dijo, se tapó su rostro y se escuchó un leve «Maldición» de su parte, reí —Tranquila, yo tambien me pondría roja si le dijera a mi guapo jefe que tengo fotos de el.
Alzó su rostro entre una pequeña risa.
—Que ego, jefe —Uso énfasis en la palabra «Jefe» Diablos, está chica va enserio.
—Yo también quisiera tener una colección tuya —Su rostro ahora se puso todo rojo mientras ella se reía en forma nerviosa mientras yo me mordía mi labio al recordar su beso.
Mi abuela trajo una enorme taza de café negro para ella y para mí café con leche y mucha crema, es increíble cómo aparte un postre de café con chocolate y para mí uno de fresas con crema, le gusta mucho el café y a mi me está gustando más ella.
—Si que te gusta el café —Hable cuando termino su postre y su gran taza de café.
—La verdad si, lo adoro —Rio suavemente mientras limpiaba sus labios, de suerte quedó algo de crema en la comisura en sus labios.
—¿Me permites? Te quedo algo de crema —Asintió y me incline para besarla y pide notar su sorpresa porque tardo en corresponder, un beso leve pero al final lo hizo.
—No se porque siento que te conozco de hace mucho tiempo, Ashley —Sonrió levemente y asintió confirmando que ella también lo sintió así, la volví a besar suavemente.
Fue un beso corto ya que al sonar su teléfono me apartó como si nada y contestó al segundo tono.
—¿Sam? —Habló y no se porque la duda del saber quien la llamaba me invadió —Si, si, de inmediato voy, tranquilo lindo.
¿Lindo? ¿Tiene novio? Guao ¡Que chica!
—Lo siento, tengo que irme —Me sentí como un niño pequeño abandonado.
—Oye, deja que te lleve ¿Si? —Se dirigió a la caja a pagar y la detuve —Yo pago —Pague todo y no me respondió —¿Te llevo? —La alcancé a la salida de la tienda.
—Señor D'Nore, no se que trama usted conmigo y aunque me gusta besarlo no quiero ser un juguete del cual después va a escribir un libro, yo podía pagar mi postre y yo me puedo llevar a donde voy, tengo mi propio auto —La llama en su interior calentó mi corazón y me sentí a gusto, sentí ese fuego azul en ella, un fuego que está tan vivo que su llama no es normal y se siente en un tono azul, ese azul de sus ojos claros tan claros que siento que su mirada arde.
Alexandree. Se dio la vuelta y caminaba hasta un estacionamiento subterráneo cercano. —Señorita Bianco, deje que la lleve o la acompañe, por favor —Su rostro se puso rojo y bajo su mirada mientras sus cejas se arrugan. —Iré a mi casa directo entonces, se baja y agarra un taxi en la puerta y ya, solo esta vez y solo porque es mi jefe y no me quiero quedar sin trabajo —Sonreí satisfecho ante sus palabras, al llegar a un Camaro convertible descapotable me quedé impresionado por su buen gusto. —Este auto es excepcional —No puedo ocultar mi asombro ante su semejante belleza —Tienes buen gusto, señorita Bianco. Asintió y un leve «Gracias» se escuchó, entramos en el vehículo que tiene un olor excitante de vainilla y caramelo. Combinado con su olor a café me tenían delirando, cuando vi un libro no dudé en tomarlo mientras salíamos del estacionamiento y de casualidad es unos de mis primeros libros «La dulce gitana» un libro que me hace sonreír al pensar en la historia que tiene de fondo,
Ashley. Me hizo un montón de preguntas sobre cómo conocí a su abuela, como llegue a la ciudad, que como descubrí sus libros y un millón de preguntas más mientras comíamos. Hasta me ayudó a limpiar todo y el tiempo pasó volando, le ofrecí una copa de vino blanco y sin darnos cuenta ya estábamos sentados en el sillón siendo iluminados solo por el rayo de las lunas y unas luces tenues, con una copa de vino en nuestras manos reímos como si nos hubiéramos conocidos de toda la vida. —Joder Ashley, hace tanto tiempo que no la pasaba tan bien con alguien solo hablando —Mis mejillas se volvieron de un color carmesí ante sus palabras, pero de mi parte también pienso lo mismo. —Yo tampoco la había pasado tan bien con alguien Alexandree —Tanto hablamos de nosotros que decirle señor D'nore entre nosotros se siente raro. Dio un sorbo al último trago de vino de su copa y vio fijamente el reloj de la pared. —Son las 4 de la mañana, Ashley... —Suspiro dejando su copa en la mesa e inclinando su ca
Ashley. Mientras seguía haciéndolo pensé que no sabía cómo este día termino así pero si que lo pienso aprovechar al máximo, quizás solo sea una única vez así que haré todo lo que mis fantasías me han dictado con el paso de los años, desde la exploración de mi cuerpo con su imagen en la cabeza hasta cuando su rostro se veía reflejado donde debería estar el rostro de mi ex, Liam. Si, cuando hacía el "Amor" con mi ex las primeras veces lo veía a el, a Liam pero con el paso del tiempo más las decepciones que me llevaba me gustaba más imaginarme a Alexandree, el dueño de mis fantasías desde que comencé a tenerlas y ahora dueño de esta noche. Salí de mis pensamientos por qué tengo que disfrutar esto, sus ojos me seguían mientras me detenía para ponerme encima de él, tengo que disfrutar esto al máximo. Sin duda alguna sujeto mi cadera mientras yo lo besaba, sus labios se sentían secos de tantos jadeos y los míos ya extrañaban los suyo, poco a poco se adentro dentro de mi otra vez, mis cade
Alexandree Anoche fue una experiencia maravillosa que no se como se dio en un inicio, todo fluyó tan bien que es sorprendente, todo se dio bien. El día inicio fatal pero terminó increíblemente bien, ahora estoy sentado en mi oficina recordado su cuerpo y lo increíble que es que tuviera su confianza puesta en mi como para permitirme adentrarme en ella, esto paso rápido, muy rápido pero con ella no quiero ir lento y yo sé que ella tampoco quiere, bueno yo quería ir rápido, tiene novio, lo sé. Se que el imbécil ese de Sam es su novio, me imagino a el llamándola a su teléfono mientras ella y yo nos divertíamos a la luz de la luna pero, eso no quita el hecho de que ella permitiera que pase eso, si tiene novio me debió haber detenido, un simple tengo novio hubiera bastado pero no y ahora yo me siento como un imbécil manipulado. Arrojo el vaso de mi escritorio en un impulso de rabia al imaginarme que probablemente esta noche se acueste con el y busque volver a sentir lo mismo que sintió c
Ashley Allí estaba yo, trabajando a todo tope aunque con la cabeza llena de preguntas que no se ni porque me debería importar, pero aún me sigue molestando su falta de educación o más bien estoy enojada conmigo por dejarme llevar. En la madrugada me decía que quería que lo que pasó se repitiera miles de veces, que era la mejor de las noches de su vida ¿Quién demonios se cree para jugar así conmigo? Suena mi celular y es un mensaje de alguien que justo también es un imbécil, mi ex Liam. «Hola linda, ayer hablé con tu madre y me dijo que te va muy bien, ¿Sabes? Yo aún te extraño, en unas semanas iré a Nueva York y quizás podemos tomar un café por los viejos tiempos ¿Te parece? Cuidate mi linda, besos” No pude evitar sonreír, a pesar de que lo mandé a la m****a sigue siendo igual de tierno pero esa sonrisa se esfuma al recordar las noches en vela que llore por el, mis ataques de ansiedad cuando no respondía, mis insistencias para hacer algo romántico. No, no merezco eso. Sin emb
Ashley. Alguien me da un toque con su codo en mi hombro, es un hombre alto que me hace una seña para que vea al frente, ahí está el viéndome desde su podio con su rostro en alto viéndome mientras está ahí sintiéndose superior esto es una m****a, trato de salir de ahí pero aún tengo trabajo y es obvio que no puedo, su mirada me incomoda así que trato de dispersarme entre la multitud escondiéndome de su mirada que siento que me quema la nuca. La gente se empieza a dispersar hasta quedar unos pocos en la recepción así que es imposible esconderme de él sin ser muy obvia, pero no me voy a esconder, yo no soy así, así que alzó mi rostro y le devuelvo su mirada, lo hago con rabia al verlo tan seguro de si, ese imbécil me las pagará. Mi mirada hacia el no dura mucho ya que me interrumpe un abrazo por la espalda que me alza del suelo, trato de no gritar y espero a que me ponga al suelo después de una pequeña vuelta. Sam. Me baja y me vuelve a abrazar de una forma “normal” me da besos en la
Alexandree. Dime, mi bello angel caído…¿Tú me extrañaras esta noche?» Una sensación de amargura me atacó ¿Qué me pasa? ¿Por qué me preocupo por alguien que quizás solo fui un vil pasatiempo? No puedo más, sacudo mi cabeza y me pongo a revisar unos documentos tratando de concentrarme solo en eso. … Ya por fin es hora de irme, ya no queda casi nadie en el edificio ah no ser por la seguridad, mi secretaria y otros más que aún no se van a casa, tomo mis cosas y me despido de los que voy encontrando por mi camino a la salida. Justo paso cerca del cubículo de Ashley, en su escritorio divisó una pequeña placa plateada con su nombre en ella «Ashley Bianco» su nombre perfectamente escrito en cursiva se ven de maravilla en esa placa aunque se vería mejor en una dorada, sonrió ante ese pensamiento. En su escritorio está 3 fotos enmarcadas en unos marcos pequeños pero delicados ¿Quién tendría eso en un cubículo? En las fotos se encuentra ella abrazo de su novio ¿Sam? Como sea, acompañad
¡Hola, queridos lectores! Primero que todo un cordial saludos a los nuevos y antiguos lectores de esta historia que apenas empieza ¡Si! apenas empieza y con esto quiero nformar que se va a retomar la novela, he estado pensando en este tiempo el rumbo de mi novela y esta decidido. Esta novela sera algo extensa, espero sea de tu agrado. Ashley y Alexandree tienen mucho mas que contar ¡Su historia apenas comienza! no te pierdas como avanza esta historia llena de amor, lios y mucho calor *Guiño, guiño* no te pierdas los nuevos personajes y mucho menos toda la trama emocionante. A partir de esta semana se empiezan a actualizar los nuevos capitulos ¡Que los disfruten!