Capitulo 4

Alexandree.

Se dio la vuelta y caminaba hasta un estacionamiento subterráneo cercano.

—Señorita Bianco, deje que la lleve o la acompañe, por favor —Su rostro se puso rojo y bajo su mirada mientras sus cejas se arrugan. 

—Iré a mi casa directo entonces, se baja y agarra un taxi en la puerta y ya, solo esta vez y solo porque es mi jefe y no me quiero quedar sin trabajo —Sonreí satisfecho ante sus palabras, al llegar a un Camaro convertible descapotable me quedé impresionado por su buen gusto.

—Este auto es excepcional —No puedo ocultar mi asombro ante su semejante belleza —Tienes buen gusto, señorita Bianco.

Asintió y un leve «Gracias» se escuchó, entramos en el vehículo que tiene un olor excitante de vainilla y caramelo.

Combinado con su olor a café me tenían delirando, cuando vi un libro no dudé en tomarlo mientras salíamos del estacionamiento y de casualidad es unos de mis primeros libros «La dulce gitana» un libro que me hace sonreír al pensar en la historia que tiene de fondo, una chica gitana de New Jersey que no dudó en darme sus pasiones y primeros bailes, movía sus caderas delgada con fiereza como solo una gitana haría, parecía experta la verdad, el baile era su don de nacimiento.

Ashley conducía en silencio y se veía tensa, sus muslos son altamente llamativos a mi vista y sin querer los veo y me pierdo en ellas, sus caderas son anchas imponentes a diferencia de su cintura delgada y pronunciada que parece de una muñeca de porcelana.

En el recuerdo de la vez con la gitana se cuela ella y sin querer me la imagine a ella bailando en vez de la dulce gitana y solo pensarlo en calor aumenta en mi, debo dejar de esos pensamientos y hacer otra cosa.

—Entonces ¿Te gusto? —Señalo al libro y ella rápidamente voltea y echa una ojeada.

—La verdad si, lo leí varias veces pero su final me pareció un poco soso, tenía más potencial, la estúpida gitana no parecía inexperta y solo bailo para el una sola vez, osea lo hicieron una sola vez y tanto que espere ese momento, el protagonista Thomas, es un estúpido de buen rostro y algo más —Su respuesta me dejó pasmado, es feroz.

—¿Sabes que mis historias son basadas en mi experiencia, no? —Salio una leve sonrisa de su rostro mientras estacionada el vehículo frente un edificio mientras yo no quería despegar el rostro de ella. 

—Si —Sonrió pícaramente —Ya tienes que ir a casa Señor D'Nore. 

—Oh no, no me voy a quedar con esa respuesta que si es sosa ¿Que más piensas, señorita? —Bajamos del carro e iba a entrar al edificio metiendo la lleve en la cerradura, se detuvo y dio la vuelta para verme incrédula.

Soltó un suspiro y abrió la puerta a sus espaldas.

—Pasa, está bien —Sonreí muy animado y pase a su lado, entramos en el ascensor —No se que tramas pero espero no salir perjudicada.

—¿Disculpa? ¿Piensas que te haré algo? No te preocupes, solo quiero conversar —Ella sonrió levemente mientras alzaba su rostro de forma orgullosa.

—En mi casa no eres mi jefe ni una celebridad, no se que te impulso a seguirme, no sé si fue lástima o algo más pero haz de saber que conmigo no eres el gran Alexandree D'Nore solo eres alguien que está arruinando mi primera oportunidad y alguien entrometido que me está siguiendo.  

—Oye, yo no te estoy siguiendo, te recuerdo que tú aceptaste, entonces tú me trajiste —Suspiro mientras yo sonreí victorioso, nos adentramos en su apartamento, su vista me seguía s mi un poco nerviosa mientras mi vista se paseaba por el departamento curioso.

Su apartamento es amplio de tonos blancos con detalles dorados, una librería inmensa, en toda la sala de estar estaba un ventanal enorme que daba vista hacia la calle, una vista muy hermosa de la calle, tenía su toque moderno y muy elegante combinado con la vista se hacía un toque urbano.

Me di vuelta a verla, ella me veía atenta a cada movimiento que hacia, no se porque parece que se mueve con cautela, sonreí al pensar en ella como una pantera negra que en la oscuridad me vigila para acercarse a mi, ese pensamiento se transformó en sus ojos al acecho en una oscuridad como una fiera, me ahogue con mi saliva y ella me veía preocupada, si supiera lo que pienso.

Ashley 

Mi corazón late con fuerza al tenerlo aquí en mi casa, me siento tensa ante su mirada que me escanea de arriba a bajo, tengo hambre ya es hora de la cena y suelto un suspiro al pensar que no puedo botarlo de aquí solo porque tengo hambre, aunque es un buen motivo.

Quito mis botas dejándolas en la entrada y colocándole unas pantuflas, el me ve hacerlo y se quita los zapatos también quedando en medias, no pude evitar soltar una pequeña risa al ver unas medias de conejo con orejas y todo.

—Hey, burlarse es una falta de respeto hacia tu jefe —Me reír a carcajadas.

—La abuela tiene razón jajaja eres un niño malcriado aún —Tambien río un poco para después fulminar con la mirada.

—Te dije que no soy un malcriado —Iba a hablar pero antes puso un dedo en mis labios —Tampoco soy un niño Ashley.

No sé si fue el tono de voz en que lo dijo o su mirada pícara pero me hizo sentir un escalofrío de pies a cabeza. 

Sacudí mi cabeza y busque una forma de alejarme de su proximidad.

—Oh si, ya vi eres todo un "Hombre" —Hice énfasis en hombre y sus cejas se alzaron en un gesto curioso —Me muero de hambre ¿Y tu? 

—Muy graciosa Ashley —Sonrió de forma picara —No tengo hambre, si quieres me retiro para que te sientas cómoda para comer o no se.

—Por favor jefe, lo invito a cenar, a ver ¿Que come una celebridad como usted? —Le dije de espaldas a el mientras me ataba el mandil para no ensuciar mi ropa.

—Carne, una buena carne de primera... —Oh joder, su voz. Suspiré profundamente antes de volver a hablar.

—Entonces señor D'Nore como le dije, en mi casa no es ni mi jefe ni una celebridad asi que haré una pasta con camarones que me queda divina ¿Alguna objeción? —Alzo sus brazos al aire como un gesto de rendición y sonreí, estoy nerviosa como la m****a pero me siento cómoda a pesar de todo.

—Como usted desee señorita Bianco, me rindo a sus pies —Ojalá susurré y creo que me escucho por qué río de una forma nerviosa y tímida.

Sus ojos se paseaban por toda la cocina siguiendo mis pasos y mis manos, parecía un niño fascinado hasta por la forma en la que cortaba un ramito de cilantro. 

Mientras pasaba el rato hablamos de cosas que ni en mis sueños imaginé, aproveche la oportunidad de oro que toda fan desea y le hice todas las preguntas de su libro que quise y el respondió a todas con una sonrisa, le pregunte por su vida y sus planes y sus ojos brillaban al verme interesada en eso, parece un dulce cachorro esperando un gesto de amor.

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Hola querid@s lector@s, espero la novela vaya siendo de su agrado, se vienen cosas buenas.

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