SAMANTHA
- Samantha, ¡hay una clienta, y es bastante elegante! - señaló Julia, entrando apresurada a mi pequeña oficina/ taller de costura.- Pues atiéndela, por favor, ya sabes que últimamente hemos tenido pocas ventas, si sigue así tendré que cerrar- dije afligida tratando de cuadrar unas cuentas, simplemente no había para más.Tenía un pequeño negocio de alta costura, pero no iba tan bien como yo quisiera, ya había invertido todos mis ahorros, pero ahora, necesitaba un ingreso de capital o terminaría perdiéndolo todo.Siempre habia sido mi sueño, ser diseñadora, tener mi propio negocio, solo diseños exclusivos, habia ganado todos los concursos mientras estaba en la escuela de diseño, pero debia suponer que eso no garantizaba que al graduarme, todo sería viento en popa.*JULIA- Son los diseños que tenemos por el momento, lamento que no tengamos algo más, honestamente no estamos muy bien con el negocio - dije sin medir mis palabras.- Es una lástima, esta tienda siempre tiene diseños muy lindos- dijo la mujer.Vi al hombre joven que la acompañaba, de actitud arrogante, alejado pero prestando atención a todo lo que deciamos.- ¿Terminaste, madre? - dijo levantándose del asiento donde estaba. - tengo una reunión en media hora - dijo viendo su reloj.- ¡No me apresures Gabriel! - exclamó - bien, creo que me llevaré este - Señaló un hermoso vestido color esmeralda.- ¿A nombre de quién hago la factura? - pregunté.- Gabriel Ferrer.Levanté la mirada, no podía creerlo, ese era el famoso CEO, presidente de una gran naviera, multimillonario y sobre todo guapo, queria decírselo a Sam, pero el hombre me fulminó con la mirada, pagó en efectivo, le entregué el vestido y el recibo y salieron rápidamente.Corrí hacia la oficina de Samantha, ella estaba en la parte de atrás seleccionando algunas telas.-¡Sam no vas a creer quien estuvo en la tienda!- Si era papá Noel, dile que necesito un socio - respondió distraida.- Claro que no, este era más guapo, y más atlético, ese CEO que te gusta, Gabriel Ferrer.- ¿Cómo dices?- volteó sorprendida.- Si, su madre era la clienta, por cierto que el hombre es bastante arrogante.- Debe serlo, es multimillonario -dijo indiferente.-Ay amiga, la verdad es que está de infarto, con esos ojos grises, te quita el aliento.Samantha rió. - Creo que perdiste la cabeza, es solo un hombre.***GABRIELPasé la tarde en una reunión, tenía que aprobar unas propuestas de inversion de algunos de mis socios, tenia mis dudas, y pensaba que era demasiado pretencioso, e involucraría mucho presupuesto por lo que no las aprobé.Di por terminada la reunión, me dirigía a mi oficina cuando recibí una llamada de mi madre.- ¿Que pasa, madre? no me digas que no te gustó el vestido - dije seriamente.- Claro que no, es que no encuentro mi pulsera, aquella que tu padre me había regalado, pero al único lugar que fui, es a esa tienda, la de los lindos vestidos, ¿crees que podrias . . .?- Si madre, iré, no te preocupes.- Gracias, cariño, y piensa en lo que te dije hace unos dias, debes ir acompañado a la fiesta de la empresa, ya sabes que irá Susana, supongo que no quieres que tu ex novia te vea solo y crea que aún la extrañas.- Ya veré madre, honestamente no me importa lo que crean, en especial ella, pero tomaré en cuenta tu consejo.De todas las personas en mi vida, solo a mi madre le permitía eso, darme consejos y hasta reprenderme, era un presidente respetado y temido, pero yo solo le tenia respeto a ella, porque junto con mi padre, habían levantado la compañía que ahora dirigía y eso había sido un gran logro, al morir mi padre, la responsabilidad cayó en mí, como accionistas mayoritarios.- Lorelei, investiga el horario de esta tienda - dije dándole la factura que me dió la chica.- Diseños Santos, en un momento señor Ferrer.Después me trajo un café y el horario anotado- Cierra a las 6 señor.Miré mi reloj, eran las 5 p.m tenia tiempo suficiente, tomé mi café y sali hacia allá, no quería decepcionar a mi madre.SAMANTHAEstaba por irme de la tienda, aún no era hora de cerrar, pero ya no habia clientes, Julia ya se habia ido, y algo llamó mi atención, en uno de los probadores, me acerqué y vi algo brillante, lo levanté, era una pulsera exquisita de diamantes, creo que valía más que toda mi tienda y más que mi casa juntas, así que enseguida supe de quién era, iba a guardarla en un lugar seguro, hasta averiguar cómo comunicarme con el señor Ferrer, porque no había dejado ningún número de teléfono, cuando de pronto, escuché la puerta principal abrirse, y ahí estaba, frente a mi, el sueño de toda mujer, alto, ojos grises, cabello castaño, el CEO guapo y arrogante, tal como lo describió Julia, desprendia un aura de sensualidad, nos miramos un momento, y entonces desbloquee mi cerebro.- ¿Señor Ferrer? acabo de encontrar esto en el vestidor, supongo que será de su madre, fue la única clienta que tuvimos hoy, así que me ahorró la tarea de localizarlo- dije extendiéndo mi mano y colocando la pieza en la suya.- Le agradezco señorita. . .-Santos, Samantha Santos.- Samantha . . . quisiera darle una remuneración por devolverme la joya - sacó su cartera.Levanté mi mano - Disculpe, eso no es necesario, lo habría hecho por cualquier persona, aunque con usted me habría costado un poco más.Me miró perplejo, sin su gesto arrogante.- ¿A qué se refiere con eso?- Por favor, usted es uno de esos seres inalcanzables, dudo mucho que hubiera podido contactarlo de alguna manera.Él sonrió discretamente, de su cartera sacó una tarjeta y me la entregó.- Ese es mi número personal, si necesita algo, solo llámeme.Salio rápidamente, yo me quedé mirando la tarjeta con su nombre en hermosas letras labradas, la verdad es que él era mi CEO favorito, porque conseguia todo lo que quería a base de buenas decisiones y queria seguir su ejemplo y levantar mi negocio.Lo vi subir a la parte trasera de un auto, y sabía que no lo volveria a ver.GABRIELHabia quedado impresionado por la belleza de la dueña de la tienda, ' ojos claros, cabello oscuro, largas piernas', pero mucho más por su actitud al no querer aceptar dinero por entregar la joya de mi madre, sé juzgar a las personas rápidamente y ella me habia parecido diferente, alguien que no temía decir lo que pensaba.'Samantha' me pareció un lindo nombre.De pronto recordé lo que mi madre me dijo, de llevar una acompañante a la fiesta y tuve una brillante idea, solo faltaba que aceptara. Investigué todo lo que pude respecto a ella, parecía alguien honesta que se abría camino por sí sola, y había estudiado solo con el apoyo de su madre.La buscaria mañana, ya que no tenia que tratar con nada urgente.AL DIA SIGUIENTE Llegué temprano a la oficina, y revisé algunos documentos, después sali, y dije a mi chófer que me llevara a la pequeña tienda de Samantha.Cuando me vió, se congeló. - ¿Hubo algún problema con la joya? - preguntó nerviosa.- Ninguno, solo quiero hablar con
GABRIELEsperaba a Samantha, no podía entrar a la fiesta sin ella, porque entonces se perdería el objetivo de la cita, odiaba la impuntualidad, debia estar 8:30 como muy tarde, porque yo era el anfitrión del evento, de pronto vi llegar el auto que envié por ella, bajé del mío, y el chofer le abrió la puerta, sostuvo su mano para que pudiera salir, realmente era una visión, había recogido su cabello, llevaba un vestido gris azulado con una discreta abertura que mostraba un poco su torneada pierna, y una hermosa sonrisa instalada en su rostro.- Samantha, se ve muy hermosa - me acerqué y le di un discreto beso en la mejilla, ella se tensó un momento, y después volvió a sonreir.- Espero no haber llegado tarde, odio la impuntualidad.-Llegó justo a tiempo - le ofrecí mi brazo y caminamos hacia el sitio donde seria la fiesta, teniamos que conversar un poco sobre cómo se supone que nos conocimos para que no hubiera ningún problema. - Tal vez tenga que alejarme un momento de usted, no perm
GABRIEL Me sentía algo cansado, asi que me di una ducha y me recosté en mi cama, tomé mi teléfono y observé nuevamente las publicaciones en donde aparecía mi bella acompañante, me sorprendí mucho cuando ví una del momento en que la besé en el jardín, realmente habia ojos por todas partes.Recordé que aún no habia hecho el contrato, me levanté, tomé mi portatil y lo escribí con los cambios, los tiempos y el pago, aunque ella no me habia dado una cifra, solo la calculé, necesitaba verla al dia siguiente para poder concretarlo. POR LA MAÑANALlegué a mi oficina y llamé a Samantha, nunca me han gustado los mensajes de texto. -Buen dia Samantha, te necesito en mi oficina a las 11, está listo el contrato.- Disculpe, señor Ferrer, pero no tengo todo mi tiempo disponible para poder correr con usted a la hora que quiera, también tengo obligaciones -Ninguna mujer me habia respondido de esa manera tan irrespetuosa, pero no estaba molesto.- Entonces, ¿a qué hora, puede venir su majestad a f
SUSANA No podía creer que Gabriel, mi Gabriel, haya preferido a una insignificante mujer, eso no podía permitirlo, tenía que averiguar quien era, para poder actuar, la fiesta habia sido mi oportunidad para convencerlo y regresar con él, pero no contaba con que tuviera novia.¡Una novia!, habia una fotografía tomada a lo lejos, de ellos, besándose y me llené de rabia, Gabriel y sus millones, tenían que ser solo míos.*-¿Qué pasa muñeca? ¿Te fue bien en la fiesta con Gabriel?- dijo mi padre el optimista al verme. - No papá, dice que tiene novia, y que lo deje en paz -respondí con voz llorosa - ahora no sé si lograré reconquistarlo.- Tú eres más hermosa que las demás mujeres, preciosa, no pierdas la esperanza - besó mi frente, como cuando era niña - te veré más tarde.Mi padre me amaba, también era socio en la empresa Ferrer, sabía que podía darme lo que yo quisiera si se lo pedia, pero esto tenia que hacerlo por mí misma.- Esta humillación me la vas a pagar, Gabriel Ferrer.NOCHE,
SAMANTHA Para mi desgracia, ya se había filtrado mi nombre en las redes, además de lo que había pasado anoche con Gabriel, tenía que tratar con el acoso que ya había comenzado. Me había asignado un guardaespaldas que era mi sombra, aunque debía decir que se lo agradecía, ya que constantemente se me acercaban para hacerme preguntas. Mi madre, por supuesto fue la primera en llamarme, le expliqué a medias cómo lo conocí y le aclaré que solo salíamos, pero que en las redes inventaron que soy su novia.- Mamá no te preocupes, todo va a estar bien, seguramente no saldremos por mucho tiempo, ya sabes, él es rico y yo no, somos diferentes.- Esta bien, te creeré, pero cuidate, esas personas tienen muchos problemas encima."Si supiera"- pensé. -Te veré pronto.- terminé la llamada.-¿Sam? - dijo Julia entrando a la oficina -¿crees que pueda ofrecerle alguna bebida a tu adorable guardaespaldas?- No lo sé, deberías preguntarle - respondí distraida.- ¿Te sientes bien? él te advirtió de todo e
SAMANTHA Hubo un momento de calma, en que no tuvimos clientes, aprovechamos para tomar un descanso y una taza de café.-¿Nunca descansa? - pregunté a Carlos, mi guardaespaldas. Le habiamos dado una silla alta, para que no estuviera todo el tiempo de pie.- No, señorita, es mi trabajo, el señor dijo que es muy importante. - Oh, bien - le di un bocadillo, lo tomó y lo comió lentamente, sin dejar de vigilar.La puerta de abrió y alguien entró.-Así que esta es la famosa tiendita de ropa de la qué todos hablan, no es la gran cosa.- Señorita, retírese por favor- Carlos se había levantado de su asiento, interponiéndose entre Susana y yo.-¿Que quieres? - dije arrogante, tomando la actitud de Gabriel.- Solo vine a decirte, que no te hagas ilusiones con Gabriel, tú eres solo una distracción, volverá conmigo, más pronto de lo que crees.- ¿Tienes miedo? - levanté el mentón- porque de otra forma no habrias venido aquí a molestarme.- Tú no eres nadie, pero estás advertida.Salió disparada,
SAMANTHA Desperté en una enorme cama, aún con el vestido rojo puesto, tenía el cabello algo alborotado, entonces vi a Gabriel salir de la ducha, solo con una toalla en la cintura, y se secaba el cabello con otra, su cuerpo era perfecto, atlético y delgado, no se dió cuenta que lo observaba, o eso pensaba yo.- Buen dia Samantha, ¿quieres ducharte?.Su voz me sobresaltó.-¿Porqué me trajiste aquí? sé que me quedé dormida en el auto, pero debiste preguntarme - exclamé molesta, me levanté y entre al cuarto de baño, me lavé la cara y me peiné un poco, no sé porqué estaba tan molesta, sabía que no había pasado nada, pero no podia aceptar que tomara decisiones por mí, traté de calmarme, después salí y lo encontré vestido solo con unos jeans y una camisa.- No creí que te molestaras tanto solo porque te traje a dormir aquí - exclamó serio, mientras se ponía los zapatos - no pasó nada Samantha, dormí en la otra habitación, solo entré aquí a ducharme. - Se levantó de la cama, ahora él estaba
GABRIEL Pasamos a su oficina y cerró la puerta.- ¡No tienes ningún derecho a venir aquí y decir que eres mi novio! me lo dejaste muy claro en el auto, no soy nadie para ti, y tienes toda la razón, me dejé envolver por fantasías estúpidas, y la idea de por fin echar a andar mi negocio. ¡Qué tonta!- Sam, escúchame . . .-¡No quiero escucharte! - dijo exaltada - solo quiero que te vayas, y desaparezcas de mi vida. - Princesa por favor, perdóname. - ¡No soy tu princesa, no soy nadie!, vete ya.Me di la vuelta para irme, pero tenía que decirle algo.- No sabes cómo me arrepiento de las palabras que te dije, lo siento. . . te amo. . .Cerré la puerta detrás de mi, salí a la recepción, aún estaba el ex novio rondando, si pudiera le arrancaría la cabeza.Subí a mi auto y me fui a mi departamento.SAMANTHA Me quedé congelada por esas dos simples palabras, ¿habia escuchado bien?, él lo había dicho, 'Te amo'. Me senté en el piso y lloré en silencio, ¿se sentía igual que yo?, ¿habia sido d