GABRIEL

Esperaba a Samantha, no podía entrar a la fiesta sin ella, porque entonces se perdería el objetivo de la cita, odiaba la impuntualidad, debia estar 8:30 como muy tarde, porque yo era el anfitrión del evento, de pronto vi llegar el auto que envié por ella, bajé del mío, y el chofer le abrió la puerta, sostuvo su mano para que pudiera salir, realmente era una visión, había recogido su cabello, llevaba un vestido gris azulado con una discreta abertura que mostraba un poco su torneada pierna, y una hermosa sonrisa instalada en su rostro.

- Samantha, se ve muy hermosa - me acerqué y le di un discreto beso en la mejilla, ella se tensó un momento, y después volvió a sonreir.

- Espero no haber llegado tarde, odio la impuntualidad.

-Llegó justo a tiempo - le ofrecí mi brazo y caminamos hacia el sitio donde seria la fiesta, teniamos que conversar un poco sobre cómo se supone que nos conocimos para que no hubiera ningún problema.

- Tal vez tenga que alejarme un momento de usted, no permita que nadie la intimide, son solo gentes ricas mostrando su dinero.

- Es fácil para usted decirlo.

Nos detuvimos un momento, tenian que anunciar mi entrada, haria mi discurso de bienvenida y después sería libre.

- Gabriel.- me miró extrañada - solo dígame Gabriel .

- Claro Gabriel, puedo. . . - dijo dirigiendo sus manos a mi corbata, la ajustó levemente y me sonrió. - está mejor.

Finalmente subí al escenario preparado para dar mi discurso, hablé de la importancia de una buena comunicación entre socios, para llegar a un beneficio común, entre otras cosas, miraba a Samantha, que prestaba atención a todo lo que decía, claro, era su CEO favorito, queria aprender del mejor.

Terminé de hablar entre los aplausos de los empleados de confianza y los socios, y me dirigí a la mesa donde estaba ella, le sonreí, era mi cita y era hermosa.

- Que bien estuvo tu discurso este año cariño - dijo mi madre, dándome un beso en la mejilla, miró con discreción hacia Samantha y después a mi.

- Solo seguí tu consejo - dije en voz baja - madre, ella es mi amiga Samantha - se dieron la mano- Samantha ella es mi madre, Marie Louis.

- Mucho gusto, señora Louis - dijo algo incómoda.

- Solo dime Marie, querida - respondió sonriendo.

- Madre, Samantha es . . .

- Hola Gabriel - interrumpió Susana, tomé la mano de Samantha y la acerqué a mi, ella entendió al instante.

- Susana, espero estés disfrutando de la fiesta - dije en tono cortés.

- Sería mucho mejor si estuviera contigo, pero veo que estás ocupado - miro a mi acompañante de forma no muy grata.

- Soy Samantha, la novia de Gabriel - exclamó levantando el mentón.

- ¿Novia? ¿tan pronto me sustituiste?- replicó molesta.

- Susana, eso fue hace 6 meses, ahora estoy con Sam - la atraje hacia mí, tomándola de la cintura. - así que te sugiero que ya no me molestes.

Ella se dió la vuelta, con un evidente gesto de molestia, y fue a reunirse con un hombre que la esperaba.

- Madre, discúlpame, necesito hablar con Samantha un momento - caminamos hacia la zona del jardín, donde habia muy poca gente dispersa.

- Lo siento, señor Ferrer, creo que me excedí . . .

- ¡Por supuesto que se excedió!,- dije entre dientes - así que ahora tendrá que actuar como mi novia, porque en este momento, la mitad de las personas de ese salón ya lo saben.

- ¿Cambiará nuestro acuerdo?

- Ahora tendran que ser por lo menos 3 meses, no solo por unos eventos, pero, no se preocupe, le daré la mitad de lo estipulado, para que pueda trabajar.

- Eso estaria bien - dijo, y de forma repentina me abrazó, dejando su rostro muy cerca.

- Tenemos público, asi que voy a besarla - la mire a los ojos, me acerqué y la besé suavemente, saboreando sus labios, nos separamos y sonreí.

- Debemos volver adentro.

SAMANTHA

Ajustó su corbata, y su actitud arrogante volvió, tomó mi mano y entramos, mientras avanzabamos, las personas a su alrededor lo saludaban, felicitandolo, se veia intimidante.

- Gabriel, ¿quieres decirme que pasa?.- preguntó su madre.

- Te prometo que mañana te explicaré todo, sabes que no tengo secretos para ti - le besó en la frente - solo diviértete.

Sentía que habia cometido una gran imprudencia, pero ya no había marcha atrás, por 3 meses, seria la novia de Gabriel Ferrer.

*

Iba pensativa en la parte trasera de su auto, cuando terminó la fiesta, él consultaba algunas cosas en su celular, y empezó a reir, sarcástico.

- Ya es noticia en las redes, señorita Santos, la nueva conquista del CEO, lo dicen como si fuera un mujeriego empedernido.

- ¿Y no lo es?.

Se giró hacia mi con el ceño fruncido.

- Se supone que usted sabe mucho de mi, deberia saber que no soy así, solo he salido con unas cuantas mujeres, hasta Susana, fuimos novios por un año. Debo prevenirla, su vida ahora estará en escrutinio constante, no haga nada imprudente, trate de mantener un bajo perfil, le asignaré un guardaespaldas para cualquier incidente.

- Pero yo no necesito nada de eso.

- Es necesario, recuerde que ahora es mi novia, entonces, se convierte en un objetivo.

No habia visto venir eso cuando acepte su propuesta, solo quería salvar mi negocio, nunca pensé que mi vida ahora seria de dominio público, tenia que hablar con mi madre al respecto.

-¿ Puedo contarle esto a mi madre? se preocupará.

Me entregó un sobre.

- Solo lo necesario, no puede decirle que la contraté, a nadie. - abrí el sobre, era un acuerdo distinto.

- Esto es solo un acuerdo de privacidad, usted y su amiga tendrán que firmarlo, para no divulgar nada de lo que hemos hablado.

- ¿Cómo sabe que. . .?

Mostró su lado arrogante.

- Yo lo sé todo, Samantha.

Llegamos a mi casa, por supuesto sabia en donde vivo, por eso envío el auto por mi, bajamos y me acompañó hasta la puerta.

- Me pondré en contacto con usted, necesitamos hablar de algunas cosas - se acercó y me besó por sorpresa, aunque no dudé en responder.

- ¿Porqué hizo eso? aqui no hay nadie más. - pregunté al separarnos.

Me sonrió de una forma sexy.

- Hay ojos donde sea, sobre todo para alguien como yo, recuerde que es un trabajo de tiempo completo, sea discreta.

Y con eso en mente entré a casa y él se marchó en su imponente auto.

- ¡Menudo lío en el que me acabo de meter!