Kathy tenía un don para la pintura, ya sea paisajes, retratos o cualquier cosa que se quiera pintar, Kathy podía hacerlo.
Por ese motivo se ganaba la vida siendo pintora. Y tenía un encargo de una mujer muy bonita con una corona de Reina. Muy estrafalario para su gusto, pero al cliente lo que pida.
Sus amigas no la dejaban concentrarse en su pintura y la tenía que entregar por la mañana.
—¿Pueden cerrar el pico un segundo? ¡Necesito entregar a esta chica mañana!
Vick se acercó con una sonrisa mirando el taburete y a Kathy completamente llena de pintura.
—¿Has pensado en casarte, amor?
Anny se atragantó con su bebida y comenzó a reír como loca.
Kathy siguió pintando y respondió: —Nope. Aunque un poco de sexo no me vendría mal.
—¡Eso es chica! ¡Te falta hacer el amor para quitarte el estrés!
Anny aplaudió a su propia idea, seguida de una Vick que la levantó de su asiento.
—No no, esperen. Todavía me falta terminarle la corona…
—Puedes hacerlo mañana, pelirroja. Sólo es la corona y ya.
Kathy lo pensó: Es cierto, solo faltaba la corona y lo terminaría en 10 minutos.
—Vale. ¿Pero qué hacemos? ¿Voy a cuidar a mis hijas?
Ambas amigas hicieron caras infantiles para asemejar niños.
—Pelirroja, ¿Porqué no consigues un bebé?
Kathy rió fuerte, no podía imaginarse con un bebé. Lo amaría, claro está, sólo que era muy despistada y lo olvidaría en la escuela o algo así.
—No lo creo, Anny. Apenas puedo cuidar a mi cactus.
—¿Qué cactus? ¿El que te regaló tu madre?
Observó a Vick que tenía la maceta con el cactus en sus manos y su mandíbula se desencajó.
—¿Está muerto?
—Lo está—concordó Anny —. ¿Cómo puedes matar a un cactus que hasta sobrevive en el desierto?
Iba a responderle pero Vick las llevó fuera de su pequeño departamento.
—Luego hablan de su cactus muerto. Hoy vamos a tener un día de chicas, iremos de compras, a la peluquería, spa y por último depilación.
Kathy estuvo de acuerdo con Vick hasta la última parte.
—¿Tengo que depilarme?
—¡Claro! ¿O quieres tener una selva salvaje allí abajo mientras te montas a un semental?
Kathy rió a carcajadas mientras subían al carro de Vick.
—Sería como una amazonas. ¿No sería eso emocionante?
Vick y Anny la miraron como si estuviera loca.
—Estas loca—dijeron al unísono.
Y partieron para su día de chicas.
Unas horas más tarde, se encontraba con un vestido de ensueño, con piel suave, cabello suave y oliendo a rosa mosqueta en un bar con servicio de vip. Ya estaba arriba de "sex on the beach" pero aún así lo seguía pidiendo y tomando hasta que Vick la tomó de la nuca e hizo que mirara hasta el final del pasillo.
—¿Ves a esos papis?
Kathy entrecerró los ojos. Había dos hombres, uno de ellos vestido informalmente y otro estaba vestido de traje.
Ambos muy apuestos. Aunque el de traje se veía más robusto que el otro. Y con rasgos faciales más marcados.
Anny lamió el lóbulo de su oreja y dijo algo que le interesó bastante.
Vieron como el que vestía informalmente se levantaba y hablaba con dos rubias que estaban paradas a lado. Eso sólo dejaba al de traje.
De lejos se veía malhumorado, pero Kathy más bien lo veía cansado. Cansado y muy harto de todo.
—Si puedes ir allí y cambiar la cara de ese papi, te doy un día entero gratis de todo lo que quieras en el shopping.
A Kathy no le importaba ir a acompañarlo de todos modos, pero si a eso se sumaba un regalo especial. ¿Quién era ella para negarse?
Así que ajustó su escote, camino a paso valiente y sin darle tiempo al guapo de negarse subió a horcajadas sobre él.
El aroma varonil, el perfume caro e incluso el leve aroma del cigarrillo la volvió loca y sin quererlo se restregó sin pudor alguno.
Ella tuvo que poner más empeño del que pensó pero luego de unos esfuerzos más, fue recompensada con un gruñido tan sexy que sintió como su sexo se contraía expectante.
Esa noche, prometía. Y mucho.
(...)
Al despertar, Kathy se dió cuenta de cinco cosas:
Una: Su cabeza dolía más de lo que pensaba.
Dos: La boca la tenía completamente seca.
Tres: Hay un perro en la cama junto a ella. Un pequeño maltés, si recordaba bien las razas.
Cuatro: La colcha de la cama es gris, no blanca. El despertador está en la mesa de noche a la derecha en lugar de la izquierda porque…
Cinco: ¡No estaba en su casa!
Pegó un grito cuando un brazo rodeó su estómago.
—Cierra la m*****a boca—gruñó el hombre y se sentó en la cama, haciendo que la sábana se arrugue en torno a su cintura.
Kathy evitó entrar en pánico levantándose como un resorte, llevándose consigo la sábana y dejando al hombre como Dios lo trajo al mundo.
Abrió los ojos, sorprendida. En sus 28 años de edad jamás había visto a un hombre tan …grande.
No se detuvo a pensar mucho en eso ya que miró el reloj de la mesa.
—¡Son las 8 AM, Dios! ¡Llegó tarde, llego tarde, llego tarde!
Easen se sostuvo la cabeza. ¿Ayer creía que tenía un dolor de cabeza? No se comparaba con el dolor que sentía ahora.
Vió como la pelirroja se movía de un lado a otro de la habitación buscando su ropa mientras su perro la correteaba pensando que estaba jugando con ella.
—E-eh muy rico todo, pero ya me tengo que ir…
—¿Cómo te llamas?—Kathy aflojó la mandíbula al verle levantarse tan perezosamente como un gato para luego olfatear su cuello—. Hueles a sexo. ¿Segura que quieres ir así?
Se paseó hasta ingresar al baño y Kathy evitó gemir. Ese culo se merece todo.
Miró sus pies y maldijo. No tenía un zapato. Se agachó y comenzó a gatear sobre sus rodillas buscándolo.
Unos minutos después lo había encontrado y luego sintió la mirada del hombre sobre su trasero.
—¿Cuánto tiempo llevas allí?
Él ya estaba vestido y recostado por el marco de la puerta. Parecía que tenía el tiempo del mundo.
—Lo suficiente para saber que lo mueves bien.
Kathy rió y agradeció.
—Gracias. Lo cuido con frecuencia.
Kathy al fin dió con el zapato debajo de la cama, sin embargo a su lado estaba un papel. Extrañada lo levantó y gritó.
—¿Qué?
El hombre arrugó el ceño y bufó.
—Te pido que no vuelvas …
—DimequenotellamasEasen
—¿Qué?
—¡Dime qué no eres Easen!
—A tu servicio, pero porqué…?
La mujer estampó el papel sobre el pecho de Easen y tomó su bolso, sacó un lápiz y escribió algo en él.
Easen abrió la boca. Él y ella….se casaron??
¡¿Él, estaba casado!? ¡Tenía en sus manos un certificado de matrimonio!
—Ahora mismo no tengo cabeza ni el tiempo para lidiar con esto. Aquí tienes mi número —kathy le entregó la hoja—. Llámame y vemos qué clase de retorcida broma es esta.
Se arregló la ropa pero su mano quedó enganchada a un volado de su vestido. La estiró con fuerza y gimió al ver su anillo.
—¿Me diste un jodido anillo?
Easen incapaz de hablar leyó todo el documento y se observó la mano. Él también tenía un anillo.
Kathy respiró hondo y se respondió sola.
—Por supuesto que si hay boda tiene que haber anillo. Dios. Mira Easen, encantada un gusto, soy Kathy, puedes hablarme después? Llego tarde al trabajo.
Easen asintió lentamente mientras su aventura de una noche salía de su mansión, no, se corrigió, su nueva esposa salía a las prisas para llegar a su trabajo.
Easen caminó a paso apresurado hasta su oficina. La mayoría temblaba en su presencia normalmente, pero cuando lo veían llegar como un tornado a la empresa nadie se atrevía a interponerse en su camino. Su mal humor se veía hasta en China.Azotó con fuerza la puerta y tumbó un cuadro en el proceso. ¿Se podía saber qué pasó por su mente para hacer semejante estupidez?La cabeza le daba vueltas y aunque ya tomó 3 pastillas, no le surtían efecto.Se sentó en su silla reclinable y marcó el número de su mejor amigo. El único que podía solucionar sus problemas.(.....)—¿Y el milagro de que el "ojos de perra" me busque?Dyson asomó su cabeza por la puerta y la inclinó a un lado cuando el jarrón se estrelló a pocos centímetros de él.—No estoy de humor, Dyson.—Nada nuevo al parecer—tomó asiento frente al escritorio de su mejor amigo y masticó la manzana verde que traía—. ¿Quién ha hecho un trato sucio esta vez?—¿Qué sabes sobre los casamientos en el Bar WB?Dyson dejó de masticar para mirarl
Kathy no sabía como sentirse al respecto. Cuando llegó a la empresa y preguntó a la secretaria por el señor Easen, la secretaria la miró con los ojos desorbitados. No tuvo tiempo de preguntarle qué hizo mal, ya que Easen ya la estaba esperando y la llevó a una oficina. Easen ofreció asientos a sus invitados y se sentó detrás de su escritorio. —¿Cómo estás, Kathy?Kathy bufó.—Llegué tarde por tu culpa y perdí a un cliente. Easen definitivamente no esperaba esa respuesta y sus cejas se elevaron. ¿Su culpa? ¿Cómo que su culpa?—Fuiste tú quien no encontraba el zapato. Yo no tuve nada que ver.Kathy que estaba mirando apreciando la tan hermosa decoración, giró la cabeza hacia su esposo. —¿No tuviste que ver? Si no fuera por ti, no hubiera estado tan cansada y me hubiera levantado temprano.—¿Insinúas que…?Cuando abría la boca para discutir, Dyson se aclaró la garganta, incómodo. —Sé que son esposos y toda la cosa pero, ¿podrían tal vez llevar su tensión sexual a otro momento? Aunq
El trayecto al bar fue tranquilo, a pesar de que Kathy sentía su mente derretirse.Recordaba subirse encima de Easen, seducirlo, salir del bar…Y todo luego se vuelve negro.—¿Recuerdas que yo me acerqué primero?Easen respondió con un sonido afirmativo.—¿Porqué te tenía en mis piernas antes que nada?—La verdadera pregunta es ¿Porqué no?Kathy sonrió cuando su única respuesta fue una ceja arqueada en su dirección.—¿Estabas sola ese día?Kathy no podía creer que no se le ocurriera antes. ¡Sus amigas! Quizás ellas sepan algo.—No. ¡Lo olvidé por completo! Estaba con mis amigas. —Tal vez sepan más de lo que sabemos nosotros —asintió satisfecho —. Porque yo tengo muchas lagunas mentales e imágenes que no puedo unir en secuencia. Bebidas, música, luego una irreverente pelirroja…Kathy abrió la boca para defenderse pero ya habían llegado frente al bar. Se bajó rápidamente sin embargo su esposo quedó estático en el asiento del conductor.—¿No vas a bajar?Miró extrañada a su nuevo esposo.
La sala quedó en silencio momentáneamente. Ni Vick ni Anna se atrevieron a romper la quietud.—¿Tengo que preocuparme por dejarlas sin palabras? Es raro que un domingo estén tan calladas.Obviamente la broma de Kathy no ayudó ni por asomo a aligerar el ambiente.Vick comenzó a hiperventilar y rápidamente buscó entre sus bolsillos su medicina. Después de respirar varias bocanadas de su inhalador se calmó y contestó:—Te casaste ebria, festejaste en un bar y no puedes divorciarte durante 5 años ¿Correcto?Kathy asintió.—¿Quién es?Kathy, incapaz de quedarse sentada, comenzó a mover sus pequeñas decoraciones a otros lugares más específicos.—¿Quién es qué?—¡El presidente de Paraguay!—Vick saltó —. ¡No te hagas la tonta! ¿Quién es tu esposo?—No es nadie, sólo un hombre cualquiera que conocí en el bar…—Kathya…—¡Bien, bien! Es ese hombre que nos llamó la atención y a quien seducí por un día completo en el shopping.Anna quién se mantuvo todo el tiempo, arqueó la ceja derecha. Esa infor
Terminaron la cena en un muy tenso silencio.—¿Y bien Amanda?Amanda suprimió una sonrisa tomando un sorbo de su bourbon. La señora Merph nunca la había tratado como la hija de su amiga y menos como la amiga de infancia de su hijo, sin embargo, ¿Ahora venía a decir ésto? Que gracioso es el karma.—Señora Merph, ¿Se da cuenta de lo que está diciendo? ¿De lo que me está pidiendo?La señora Merph, una mujer muy orgullosa, levantó la barbilla.—No es la gran cosa. Sólo te estoy pidiendo que des a luz a mi primer nieto.Una corriente de satisfacción pasó rápidamente por su espalda. Si Amanda jugaba bien sus cartas y elegía con cuidado sus palabras, pronto se convertiría en la persona más poderosa del país, invencible, imperturbable.—No puedo hacerlo si no tengo un anillo en mi dedo, lo sabe perfectamente ¿Verdad?Una mueca apareció en su rostro. Eso no lo había pensado.Ante su silencio, continuó.—Debo casarme con su hijo si quiere que traiga un heredero al mundo. Tan sólo imagínese el
Se obligó a cerrar la boca cuando vió la mueca extraña en el perfecto rostro de la desconocida.—Si, soy Kathy, un placer—Kathy se mordió el labio con fuerza. ¡Era totalmente hermosa! Si no fuera porque ya estaba casada definitivamente le tiraría los tejos—. He oído mucho de ti.—Espero que solo cosas buenas—le guiñó.La pelirroja tembló, imperceptiblemente. Es totalmente su tipo, caderas moldeadas, mejillas rosadas, cuello esbelto y cuerpo con piernas largas. —Lo siento, Easen, pero mirar no es pecado—susurró—¿Dijiste algo?—el corte de cabello le quedaba exquisito. Un corte recto a la altura del mentón. Cabello totalmente lacio. Se sentó a lado de su hija—. No puedo creer que seas tú quien trajo a tantas personas a mi local.—Eh, si, me esfuerzo para que mi arte sea el mejor—Kathy miró sus labios, rojo cereza—. ¿Pero por qué no puedes creer?La mujer de cabello castaño sonrió.—Eres muy joven y hermosa. Cuando Ara me habló de ti, imaginé a una mujer mayor y no tan atractiva.—¿Cree
Hace una semana atrás…El CEO no podía creerlo, su madre le dijo que no podía faltar a la cita, de lo contrario se arrepentiría y por muy adulto que seas, desobedecer una orden directa de tu madre, significaba la muerte.No estaba tan preocupado de todos modos, iría, cenaría, le dejaría las cosas en claro a Amanda y ambos seguirán su propio camino. Lo que él no sabía era que Amanda tenía otra idea y que era muy persistente.Llegó a la empresa y la secretaria no estaba en su puesto, supuso que fue al baño e ingresó directamente a su oficina. Maldijo cien veces más a su hermano Argo, quién le había derramado café en la camisa y nada más al cerrar la puerta se desabotonó quedándose medio desnudo.Argo no tuvo la intención de derramar el café, pero esa mañana más temprano cuando fué a visitar a Almer, él salió de la cocina al escuchar los ruidos y los encontró enrollados. Luchando.Obviamente Easen por ser el mayor tenía más fuerza pero Almer no se daba por vencido. Es una cosa de hombres
Rodó los ojos al llegar, Easen creía que la pomposidad tenía su lugar como también la humildad pero ¿Hacía falta venir al hotel más lujoso solo para una simple cita?Incluso era una cita a la cual no asistía por voluntad propia.Estacionó rápidamente y bajó. Las personas lo miraron con curiosidad pero las ignoró. Probablemente pensaban en donde lo habían visto antes. Caminó a paso apresurado hasta su mesa antes de que pudieran reconocerlo.Amanda ya estaba sentada esperándolo por lo que al verlo llegar, se puso de pie y le dió un rápido beso en la mejilla, antes de que Easen pudiera escapar.—Incluso te pusiste una fragancia tan exquisita para mí—ronroneó—. ¿Me quieres seducir?Easen se limpió discretamente el labial que quedó marcado en su mejilla —. Se llama educación, Amanda. Algo que dudo que sepas que es.—No estés tan tenso, cariño. Esta noche es magnífica para una velada romántica—Amanda se sentó sin prestar atención a las palabras anteriores.—Amanda, no estoy aquí para…—No—