Capítulo 31

Todo fue un borrón después de eso. No muy consciente de cómo Daniel entró, me abrazó, tomó mis hombros y los acarició queriendo sacar una respuesta de mí.

—¿Qué pasó, Eloise? —Su voz llegó a mis oídos preocupada y nerviosa. Su rápida respiración chocaba contra mi rostro.

Cuando alcé mi mano hasta mis mejillas apenas me di cuenta que todavía seguía llorando, que todavía tenía un nudo en mi garganta. Apreté mis labios juntos y respiré profundo, me las limpié y me levanté dejando caer lo brazos de Daniel.

—Habla conmigo, Elie —suplicó, con su voz ronca. Pero no tenía nada que decir. Nada salía de mi garganta. Tan asustada como para expresar lo que sentía.

Y así pasé el día. En una burbuja alejada de los que me rodeaban. Oyendo, pero no escuchando lo que hablaban. Dejando a Daniel desconcertado por mi brusco cambio de humor. Dejando preguntas en su mente y haciéndolo enloquecer.

Al igual que a mí, pensando en un futuro próximo, en qué pasaría cuando bajara y pusiera un pie en el muelle. S
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