Capítulo 39

Si cuento las rayas talladas con un lapicero en el arco de madera que dividía la sala de la cocina, podía tener los días que había estado encerrada en la última torre del castillo. Custodiada por un infame chico que había hecho su metamorfosis a un hombre incluso más manipulador y violento que hace años.

Uno, dos, tres... veintiún rayitas, equivalentes a tres semanas confinada.

Deslice mi uña del pulgar por el surco de una de ellas mientras apoyaba mi cabeza en el arco y dejaba que cayera otra lágrima.

En la soledad del apartamento de dos habitaciones el hoyo negro se sentía más infinito que nunca. Soledad, miedo y ansiedad era lo que se había arraigado en mí. Un refugio de autoprotección ante cualquier ataque, porque si seguía sintiéndome así, al menos podría reaccionar en la medida de estos. Pero no evitaban que el hoyo redujera su caída libre. Lo aumentaba.

Todo era negro mientras escuchaba el constante zumbar de los electrodomésticos, el leve rugido del aire acondicionado y la vid
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo