Su forma de mirarme al escucharme decir eso muestra curiosidad, quizás porque no tengo el tipo de algo así como un mafioso, pero no es lo que quiero decir. Fui a la universidad, tengo muchas conexiones en mi familia, conozco a muchas personas, siempre que necesito algo en particular, tengo a alguien que puede ocuparse y/o encargarse de eso. Esto no es diferente, mi mejor amigo es uno de los abogados más capaces y más inteligentes que conozco, solo tengo que hablar con él y estoy muy seguro de que podrá conseguir, aunque sea, algún resquicio que haya podido querer utilizar o, tal vez, cualquier recurso legal que haya podido encontrar que pudiera darle poder sobre Daniela. -Eso suena misterioso, ¿tienes amigos en la mafia? -No, no me interesa meterme en ese mundo en lo más mínimo, nunca sabes quién puede estar a tu espalda espiándote. Una vez que entras, jamás volverás a estar a salvo, y si no entiendo mal su forma de operar, la única salida de eso suele ser morir. -No es muy alent
-Mmmm… suena misterioso, ¿qué necesitas? ¿Legal o ilegal?-Quiero creer que lo que te voy a pedir es legar, pero lo que necesito que averigües, probablemente no lo sea.-Explícate, porque me estás mareando un poco. ¿Cuál es el problema en sí y con qué tiene que ver?-Con el problema de siempre.-¿Phells? No sé ni porqué pregunto, últimamente tus temas legales tienen que ver principalmente con él. Vamos, dime de qué se trata ésta vez, ¿qué fue lo que hizo?-Vendió a su hija.-¿¡QUÉ!?Su horror se muestra a todas luces en su rostro, e imagino que se debe a que él mismo tiene una hermana y que siempre fue muy protector con ella, su padre lo educó así, y saber que alguien podría hacer algo semejante… Por algo hace ciertas caridades en juicios que implican agravio a menores y similares.-¿De qué demonios estás hablando? ¿Cómo es que lo hizo? ¿Es una menor? ¿Y por qué lo haría?-Una pregunta a la vez, ¿quieres? No puedo responder a nada si no me das tiempo para hacerlo.-Sí, lo sé, lo sient
La forma en la que Filip mira a su amigo, como si estuviera considerando el darle o no un puñetazo justo ahora, me resulta muy cómica. Es evidente que la denominación de “mejor amigo”, se queda corta en éste caso: la forma en la que se tratan, en la que se miran, es mucho más cercana, imagino que así se tratarían un par de hermanos que se llevara muy bien. Al ser hija única, siento cierta envidia viéndolos, mas hago a un lado eso y me concentro nuevamente en el par frente a mí. -No me hagas arrepentirme de llevarte conmigo. -Vamos, amargado, mejor vamos a almorzar, ¿sí? ¿Vienes, Hela? Tu jefe invita. -Bueno, ¿por qué no? La verdad es que sí tengo hambre. Tomo mi bolso, apago la pantalla de mi computadora y me pongo de pie, aceptando la mano que me ofrece Zack para llevarme al ascensor. La mirada de Filip está clavada en la nuca de su amigo como si quisiera atravesarlo, y me pregunto qué es lo que le pasa, ¿estará enojado? El rubio acomoda mi mano sobre su brazo, casi como
-No creo, no me dedicó ni siquiera una mirada. A sus ojos y con su objetivo en otro sitio, yo solo soy la secretaria del rival de su jefe, no importo. -Pues, esa misma secretaria que no importa, acaba de dejarlo en evidencia, arruinando así su plan. -No lo sabe: solo vio a un grupo de guardias de seguridad apareciendo de la nada en la sala y llevárselo.-Hay que estar atentos, no sabemos si ya le pasó o no algo de información a mi padre o si, en su lugar, saboteó alguna cosa. -Ella tiene razón, lo mejor será que mandes a que todo se revise.-Y también si pueden, traten de chequear sus equipos electrónicos y correo, podría haber mandado algo por esas vías. -Es verdad, me encargaré yo mismo. Asiento mientras el pelinegro se pone a hacer unas llamadas y Zack se me acerca.-¿Estás bien?-¿Por qué no lo estaría?-Bueno, tuviste la primera prueba real, te enfrentaste a algo muy cercano a tu padre y mantuviste la calma. -No lo considero así, es solo un peón. La verdadera prueba llegará
Sé que le dije a Daniela que fuera seria mientras ejercía como mi secretaría, pero ahora, no veo nada en su mirada, está más fría que el culo de un pingüino. Es más, ni siquiera me dedica mucha atención, solo me ofrece mi café, igual que a los demás, y parece querer irse, ¿no trajo uno para ella? -Hela. -¿Sí, Sr.? -¿Por casualidad te compraste algo para ti también? -No Sr., no me corresponde. -¿Cómo que no? Si tú… El grito proveniente de mi costado, más puntualmente de Vanesa, me pone en alerta y la veo abanicándose la boca con evidente dolor. Su traje se manchó un poco con el marrón de su bebida y tanto Zack como yo nos apuramos a asistirla. Ella casi llora por la quemadura por el café y prácticamente al instante, Daniela me ofrece un sobre de azúcar, confundiéndome. -Póngaselo en la lengua a ella, le ayudará a acelerar el proceso de cicatrización y por lo tanto, también aliviará el dolor y las molestias. Curioso, por lo saber ese dato, mas por la seriedad con la que habla
La rabia me quema por dentro, en serio que sí: ya antes había tenido el desagrado de tratar con mujeres como ella muchas veces, son niñas mimadas, hijas de papi que lloran lágrimas de cocodrilo a la primera que algo que quieren se les niega y corren con su “salvador” en cuanto alguien les hace frente, alegando que han sido maltratadas o similar, pero ella… francamente me desagrada a más no poder. ¿Por qué ella en específico? No estoy segura, tiene algo que me hace sentir repulsión de solo verla y no es por su aspecto, porque al igual que su hermano, tienen una belleza exótica del tipo surfista, de aquellos que pasan mucho tiempo bajo el sol y no precisamente trabajando, es otra cosa y, solo se me ocurren dos opciones: una su personalidad desagradable, y otra, su trato con Filip, demasiado cercano quizás, o no sé, solo me molesta, y que venga aquí, a torearme y amenazarme de esa forma, en serio que está tomando gran parte de mi paciencia el mantenerme quieta.-Disculpe, Srta. Boild, p
-¿Quieres que sea honesta? -Pues sí, me gustaría. Se supone que estamos juntos en esto, lo ideal sería que no nos ocultáramos cosas. -Puede ser, pero no somos más que socios, no es que esté bien que me comporte de una manera semejante. -O sea que sí estabas celosa. -La verdad, para mi desgracia sí, aunque no estoy del todo segura de porqué. Fue verla, esa cercanía que tenía contigo… Ella representa todo lo que siempre desee evitar de mis obligadas reuniones de “sociedad” a la que me llevaban mis padres a la fuerza. No podía soportar ver eso mismo en la forma de esa mujer colgada de tu brazo, exigiendo atención de tu parte y queriendo que la trataran como una princesa… -Tranquila, te entiendo, para ser franco, tampoco me gustan mucho esas cosas, de hecho, la noche en que casi te atropello, me estaba prácticamente escapando de una de esas fiestas pretenciosas. -¿En serio? Qué coincidencia. -Sí, y además, para ser honesto contigo como tú lo acabas de ser conmigo, no eres la
La luz de la luna que entra por la ventana que no cerramos por el calor del momento, cae sobre sobre los rasgos relajados de Daniela y no puedo evitar admirar el halo que se forma alrededor de su cabeza por su cabellera temporalmente rubia. Con el color que tenía antes, seguro que se vería increíble, sin embargo, de todas formas está hermosa ahora. Un suave gemido escapa de sus labios y se estira lentamente, casi enroscándose sobre sí misma como una gatita al sol, lo cual me resulta tierno. Cuando esos abanicos naturales que tiene por pestañas se alzan, las lentillas no cambian la belleza de su mirada y una sonrisa perezosa estira poco a poco sus labios al verme. -Hola. -Hola, ¿cómo te sientes? -De maravilla, a diferencia del último tiempo de mi vida, para ser sincera. Parte de su torso está expuesto fuera de las mantas, dejando así su piel expuesta. Ahora no queda prácticamente ninguna señal de esa terrible noche, al menos no físicamente, sin embargo, es evidente que no es algo