Sé que le dije a Daniela que fuera seria mientras ejercía como mi secretaría, pero ahora, no veo nada en su mirada, está más fría que el culo de un pingüino. Es más, ni siquiera me dedica mucha atención, solo me ofrece mi café, igual que a los demás, y parece querer irse, ¿no trajo uno para ella? -Hela. -¿Sí, Sr.? -¿Por casualidad te compraste algo para ti también? -No Sr., no me corresponde. -¿Cómo que no? Si tú… El grito proveniente de mi costado, más puntualmente de Vanesa, me pone en alerta y la veo abanicándose la boca con evidente dolor. Su traje se manchó un poco con el marrón de su bebida y tanto Zack como yo nos apuramos a asistirla. Ella casi llora por la quemadura por el café y prácticamente al instante, Daniela me ofrece un sobre de azúcar, confundiéndome. -Póngaselo en la lengua a ella, le ayudará a acelerar el proceso de cicatrización y por lo tanto, también aliviará el dolor y las molestias. Curioso, por lo saber ese dato, mas por la seriedad con la que habla
La rabia me quema por dentro, en serio que sí: ya antes había tenido el desagrado de tratar con mujeres como ella muchas veces, son niñas mimadas, hijas de papi que lloran lágrimas de cocodrilo a la primera que algo que quieren se les niega y corren con su “salvador” en cuanto alguien les hace frente, alegando que han sido maltratadas o similar, pero ella… francamente me desagrada a más no poder. ¿Por qué ella en específico? No estoy segura, tiene algo que me hace sentir repulsión de solo verla y no es por su aspecto, porque al igual que su hermano, tienen una belleza exótica del tipo surfista, de aquellos que pasan mucho tiempo bajo el sol y no precisamente trabajando, es otra cosa y, solo se me ocurren dos opciones: una su personalidad desagradable, y otra, su trato con Filip, demasiado cercano quizás, o no sé, solo me molesta, y que venga aquí, a torearme y amenazarme de esa forma, en serio que está tomando gran parte de mi paciencia el mantenerme quieta.-Disculpe, Srta. Boild, p
-¿Quieres que sea honesta? -Pues sí, me gustaría. Se supone que estamos juntos en esto, lo ideal sería que no nos ocultáramos cosas. -Puede ser, pero no somos más que socios, no es que esté bien que me comporte de una manera semejante. -O sea que sí estabas celosa. -La verdad, para mi desgracia sí, aunque no estoy del todo segura de porqué. Fue verla, esa cercanía que tenía contigo… Ella representa todo lo que siempre desee evitar de mis obligadas reuniones de “sociedad” a la que me llevaban mis padres a la fuerza. No podía soportar ver eso mismo en la forma de esa mujer colgada de tu brazo, exigiendo atención de tu parte y queriendo que la trataran como una princesa… -Tranquila, te entiendo, para ser franco, tampoco me gustan mucho esas cosas, de hecho, la noche en que casi te atropello, me estaba prácticamente escapando de una de esas fiestas pretenciosas. -¿En serio? Qué coincidencia. -Sí, y además, para ser honesto contigo como tú lo acabas de ser conmigo, no eres la
La luz de la luna que entra por la ventana que no cerramos por el calor del momento, cae sobre sobre los rasgos relajados de Daniela y no puedo evitar admirar el halo que se forma alrededor de su cabeza por su cabellera temporalmente rubia. Con el color que tenía antes, seguro que se vería increíble, sin embargo, de todas formas está hermosa ahora. Un suave gemido escapa de sus labios y se estira lentamente, casi enroscándose sobre sí misma como una gatita al sol, lo cual me resulta tierno. Cuando esos abanicos naturales que tiene por pestañas se alzan, las lentillas no cambian la belleza de su mirada y una sonrisa perezosa estira poco a poco sus labios al verme. -Hola. -Hola, ¿cómo te sientes? -De maravilla, a diferencia del último tiempo de mi vida, para ser sincera. Parte de su torso está expuesto fuera de las mantas, dejando así su piel expuesta. Ahora no queda prácticamente ninguna señal de esa terrible noche, al menos no físicamente, sin embargo, es evidente que no es algo
El simple hecho de escuchar ese nombre me pone los nervios de punta en menos de un segundo, el dolor y las imágenes vuelven en fogonazos demasiado vívidos para mí, pero hago un enorme esfuerzo por mantener mi rostro neutro sin que nada escape de mí. A simple vista, y por la falta de reacción por parte del idiota de Lucas, mi incomodidad no ha quedado expuesta, mas sé que seguramente, Filip debe de estar preocupado por mí. Sé que dije que quería enfrentarme al infeliz de Chers y verlo caer, solo que no estoy lista aún para compartir el espacio físico sin reaccionar de ninguna manera. Si se me escapa siquiera una sílaba fuera de lugar contra él, todo podría irse por el caño. -Sí, me suena, sin embargo, no sabía que se habían asociado, ¿desde cuándo es así? -Martin Phells me contactó con él luego de que hicieran un trato juntos y resultara en un desastre. Dijo que, para compensar la pérdida, mis servicios harían que todo fuera mucho más suave y, como sé que puedo sacar buenas gananci
Que Filip le esté diciendo cosas como esas, no le está causando ninguna gracia a ese maldito, porque deja en evidencia que, sin importar lo que él quiera o no, no puede tener lo que se vuelva su capricho por el simple hecho de tener dinero. Mi familia ha sido adinerada desde que tengo uso de razón, por lo cual, que me ofrezca un cheque con varios ceros, me importa un bledo, sobre todo porque no estoy aquí y en esto por una remuneración financiera real, sino por la más sublime y dulce venganza. Que él no lo sepa y simplemente hierva a fuego lento porque no consigue lo que quiere, porque un "niño" (en comparación de su edad) no se lo está ofreciendo en bandeja de plata a penas él lo "sugiere", le está resultando tan irritante como tragarse un papel de lija. -Mi empresa es una de las mejores en las que tendría el privilegio de trabajar, si no es que retiro mi oferta antes de que lo considere. No soy un hombre paciente precisamente, y tampoco hago propuestas de este tipo todo el tiempo,
Después de esa reunión tan estresante, los días siguientes no me sentí para nada bien. Me notaba cansada todo el tiempo, apretaba los dientes constantemente sin siquiera notarlo hasta que me dolía, tenía migrañas frecuentemente y hasta padecía de insomnio, lo que ha hecho de la base de maquillaje mi mejor amiga. No fui la única que lo notó, Filip también lo hizo y me convenció de venir a ver a su amigo médico, que fue el que me atendió la primera noche, por lo que, siendo la hora del almuerzo del viernes, henos aquí, en el consultorio del Dr. Alfonso Shez esperando a ser llamada. La verdad es que no me gusta molestar a un hombre que, evidentemente por la sala de espera llena, tiene mucho trabajo, pero como el morocho fue quien lo llamó para que me atendiera, que me diera un sobreturno para poder atenderme ahora, estaba segura de que había sido todo un incordio para el pobre hombre que tiene ya suficiente trabajo como para tirar para arriba sin necesidad de alguien más molestándolo.
La consternación en su rostro me resulta cómica, pues pareciera que le hubiera dicho que pienso comprarle un traje espacial. -No solo un vestido, vamos a buscar el que te haga resaltar entre todas esas mujeres que creen que, por tener dinero, eso les dice que son las reinas y mostrarles así, que están en un error. -¿No estás exagerando un poco?-En lo absoluto, jamás te han tratado como te mereces, y aunque no puedes ser tu misma y restregarles en el rostro a todos esos idiotas tu nueva vida, sí que puedes mostrarles que eres mejor que todos ellos y mucho más hermosa que todas ellas. Será divertido, ¿no crees? En un mundo lleno de hipocresía y donde las apariencias son lo único que importa, tú serás quien les reviente su burbuja.-¿Tu secretaria va a hacer eso? -Claro que sí, serás mi acompañante, así que ahí no importará el puesto. -Si tú lo dices…-Ya vamos, estoy deseando verte con vestido. Ya te he visto de otras formas, sobre todo con tu sexy “traje natural”, solo me falta és