Entro a la habitación y la veo ahí, sobre la cama, pálida si, pero con un ritmo cardíaco estable según el monitor conectado a su dedo. Fue un gran susto lo que ocurrió en el parto: Daniela sufrió una hemorragia uterina, debido al rompimiento de varios vasos sanguíneos por el esfuerzo y la presión alta que sufre. Era mucho sangrado y tuvieron que levarla al quirófano para poder encargarse de controlar el sangrado que fluía descontroladoIncluso debieron de suministrarle una transfusión de sangre para ayudar a estabilizarla.Ahora, luego del susto que pasamos, por fin puedo relajarme al tenerla frente a mi. Sin embargo, cuando estoy por acercarme a ella, algo más llama mi atención y eso es el ligero gemido que proviene del cunero junto a la cama, en el cual ahora descansa mi pequeña hija. Pedí que la trajeran aquí en cuanto pudieran y que me avisaran. No estuve cuando lo hicieron porque tuvieron la puntería de venir justo cuando mi vejiga no dio más y necesité ir al baño, no obstante, T
Me miro en el espejo y no puedo evitar sonreír: fue buena idea esperar a que me cuerpo se acomodara y pasará un poquito de tiempo antes de tomarme las medidas para el vestido, porque si Layla lo hubiera hecho a penas tuve a Arica, la verdad es que estoy segura de que le tendría que haber hecho los mil y un cambios y habría tenido que ajustarlo de todos lados. Por suerte pude recobrar mi figura bastante rápido, y gracias a la nutricionista y su plan de “reemplazo”, tampoco es que haya aumentado demasiado. Solo era cosa de reafirmar lo que se había estirado y bajar ese par de kilos que, inevitablemente, había subido por mi niña. -Querida, estás hermosa. -Es verdad, mi hermano se va a caer de espaldas en cuanto te vea. -¿Ustedes creen? -Dani, ya te dijimos, acepta tu belleza, eres preciosa y ese vestido fue literalmente diseñado para ti. Hoy eres la princesa de mi hermano. -Querrás decir la reina. -Cierto, Arica es la princesa, ¿no es así mi vida? Mi niña ríe ante las atenciones d
Advertecia: el siguiente capítulo contiene escenas de violencia física y verbal, leer bajo propio riesgo.La puerta de mi cuarto suena con intensidad y suspiro con cansancio, ¿por qué tanta urgencia? La cena es en una hora, ni que estuviera tardando tanto, mi madre es quien suele demorarse, ¿por qué me están apurando a mí que no lo hago nunca? Tienen suerte de que ya estoy lista.Bufando, me salgo de mi tocador y me acerco a la puerta, abriendo con gesto fastidiado para encontrar al mayordomo observándome con una ceja alzada.-Mírame así cuanto quieras, Nighel, sabes que no es a mí a quien deberías apurar.-Su padre la espera abajo, como su madre se encuentra indispuesta, solo ustedes irán a la cena y él quiere que baje enseguida.-¿Mi madre está mal? Debería ir a verla…-Su madre solo padece el dolor clásico de los cólicos propios de su período, al parecer, ésta vez vinieron especialmente dolorosos, por lo que permanecerá en cama con un cojín caliente mientras ustedes asisten a la ce
Aunque el clima es cada vez peor y me duele todo lo que sabía que tenia mi cuerpo… y lo que no también, agradezco profundamente el que nadie haya notado aún mi ausencia o mi escape. De todas formas, cada vez me siento peor, entre el frío y el dolor, no puedo evitar temblar mientras doy cada paso que representa, en éste punto, prácticamente una agonía.¿Qué fue lo que hice mal? Siempre fui buena hija, estudiosa, atenta, respetuosa, hacía todo lo que me pedía sin chistar a pesar de no tener ganas o que me disgustara. Incluso estudié administración para poder ayudarlo con la empresa…Hice todo cuanto pude para ser un orgullo para ellos y me desecharon, me usaron como moneda de cambio para un estúpido trato con un ser tan horrible y detestable como ese maltratador.No puedo ni respirar profundo, mi abdomen me palpita y la zona de mis costillas me pulsa como si una aguja enorme fuera clavada ahí cada vez que respiro. Seguramente tengo algo roto, ¿debería ir al doctor?No, no puedo, no teng
No puedo creer la suerte que tengo, cuando salí de esa molesta y aburrida fiesta hipócrita, solo pensaba en llegar a casa. Estaba molesto porque, precisamente, Martin Phells había hecho una nueva jugada hace pocas semanas, intentando copiar uno de nuestros prototipos, lo que había hecho que todo se revolucionara mientras buscaba la fuga. Fue una suerte que consiguiera encontrarla y suprimirla, pero aun así, el problema seguía estando al acecho. Necesitábamos personal, estábamos en busca de empleados que precisábamos con relativa urgencia, yo mismo requería de una secretaria porque Marisa, la que había estado conmigo desde que empecé, había decido simplemente ser una ama de casa tranquila luego de tener a su bebé, y no estaba seguro de en quién podía o no confiar.¿Cómo asegurar que no era un enviado de ese desgraciado?Daniela llegó a mí como caída del cielo, y no pensaba desperdiciar la oportunidad. Puede que ya no fuera a utilizarla como un punto de presión como era mi plan original
Tenerlo cerca es una enorme tentación, todo él lo es. Sé que solo somos “compañeros de venganza” y que nuestro acuerdo es básicamente comercial, los dos ganamos algo con esto y es lo que interesa aquí, no otra cosa, sin embargo, en las últimas tres semanas que pasamos juntos, él ha mostrado ser una persona realmente amable y hay mucho de su persona que no puedo simplemente ignorar. Ahora, el tenerlo así de cerca, de poder casi saborear su aroma en mi lengua, con el calor de su ser envolviéndome… ¿Cómo resistirse a una provocación ésta? Su cuerpo se inclina hacia mí y une nuestras bocas, besándome con intensidad mientras me pide suavemente con su lengua que abra mis labios y lo deje pasar. Cedo, se lo permito, el momento es ahora y quiero esto. Separo mis labios y le permito el avanzar, que su lengua juegue con la mía y la acaricie, causando que mi sangre se revolucione y corra como autos de fórmula uno por mis venas. Me siento caliente, casi febril, cada célula de mi cuerpo vibra de
El momento no dura mucho, tristemente, porque antes de que pueda saborearlo lo suficiente, su celular suena y ambos bufamos con evidente molestia, lo que me hace reír bajo. -Lo siento, por mucho que quería hacer eso, el deber llama. Hay que hacer que esto se vea real si queremos que funcione, ¿no? -Sí, lo sé. -Esto no queda aquí… -Ya lo veremos, jefe. Sonriendo de lado, me volteo mientras él atiende la llamada y me río bajo cuando se queda mudo por un instante, porque sé que se fijó en mi trasero. Es su culpa, él me compró ésta ropa, ¿no? Sabía cómo me quedaría, así que ahora tendrá que aguantarse. Salgo de su oficina y me coloco en el escritorio, empezando a acomodarme al tiempo en que me familiarizo con todo lo que él me explicó del funcionamiento, viendo que hay algunas cosas que se podrían optimizar. Revisando su agenda, empiezo también a anotar todo lo que recuerdo de la agenda de mi padre. Muchas de las citas ya pasaron, pero eso no importa, el punto es saber quiénes so
Su forma de mirarme al escucharme decir eso muestra curiosidad, quizás porque no tengo el tipo de algo así como un mafioso, pero no es lo que quiero decir. Fui a la universidad, tengo muchas conexiones en mi familia, conozco a muchas personas, siempre que necesito algo en particular, tengo a alguien que puede ocuparse y/o encargarse de eso. Esto no es diferente, mi mejor amigo es uno de los abogados más capaces y más inteligentes que conozco, solo tengo que hablar con él y estoy muy seguro de que podrá conseguir, aunque sea, algún resquicio que haya podido querer utilizar o, tal vez, cualquier recurso legal que haya podido encontrar que pudiera darle poder sobre Daniela. -Eso suena misterioso, ¿tienes amigos en la mafia? -No, no me interesa meterme en ese mundo en lo más mínimo, nunca sabes quién puede estar a tu espalda espiándote. Una vez que entras, jamás volverás a estar a salvo, y si no entiendo mal su forma de operar, la única salida de eso suele ser morir. -No es muy alent