Bianca Romano fue condenada al exilio familiar y obligada a vivir con su abuela materna después de que su padre descubriera que había tenido y abandonado a un hijo a escondidas. Tras un accidente automovilístico Bianca pierde la memoria, no recuerda a su hijo, ni quien es el padre. Lorenzo Rizzo cree que la noche de la concepción de su hija Gianna, se acostó con Carmina, la prima de Bianca, por lo que se casa con ella. Poco tiempo después su esposa lo abandona dejándole la custodia de su bebé. Gianna, de cuatro años quiere por sobre todas las cosas una madre. Bianca necesita dinero con desesperación y Lorenzo una esposa que sea una mamá para su hija. Por lo que ella accede a casarse con él y ser una madre por contrato. ¿Podrá el amor unir a estas tres personas para formar una familia? ¿Descubrirá Bianca que Gianna es en realidad la hija que no recuerda?
Leer másDespués de haber disfrutado en grande la celebración de su boda, Gia y Fabricio se fueron de luna de miel a las islas griegas a una casa en la playa. Carmelo se quedó con toda la familia en la casa de Sicilia que usaron durante la búsqueda de la hija perdida de Bianca. Sin embargo, sus papás no resistieron estar más de tres días sin él por lo que, de mutuo acuerdo decidieron interrumpir su viaje de novios y volar hasta Sicilia. ―Ya habrá tiempo para viajar solos cuando nuestros hijos no quieran hacerlo con nosotros ―dijo Gia. Al llegar se encontraron con la noticia de que Bianca estaba embarazada. ―¿Embarazada? ¿Cuánto tiempo tienes? ―preguntó Gia con asombro. ―Doce semanas ―respondió Bianca ―el día antes de tu boda supe que ya mi bebé no corría peligro y fue cuando se lo dije a Lorenzo. Era tu día y por eso no di la noticia. ―Serás tonta ―replicó Gia como solo las hermanas saben decir sin que suene a ofensa ―no me hubiese importado. Un abrazo acabó con toda discusión, era un día
Al día siguiente de su nueva vida, Gia se reunió con la organizadora de bodas, iba acompañada por Bianca, haciendo el papel de madre; y Julia, su suegra, tenían escasamente dos meses para organizar la boda de sus sueños. La noche anterior mientras descansaba en los brazos de Fabricio se dio cuenta de que las clases en la universidad comenzarían finalizando el verano y que chocaría con su boda; y quería disponer de unos días de luna de miel y disfrutar como familia antes de volver a la rutina. Así que solo disponían de dos meses. La lista inicial de cincuenta invitados pasó a ser de cien personas solo entre la familia y los amigos más cercanos. Por la iglesia no tendría problema porque se casaría en la capilla de su antiguo colegio que era grande y bonita. Encontraron un salón disponible en un hotel de la ciudad y lo reservaron de inmediato. Gia se dijo que sería práctica, escogería las flores disponibles de la temporada y si era necesario se decantaría por tarjetas ya listas para i
―Entonces vomitó en mis pies ―dijo Fabricio ante su audiencia.―¡Ay que asco! Gia, ¿cómo pudiste? ―preguntó Bianca.―Soy médico, ¿sabes cuantas cosas asquerosas se ven en nuestra profesión? ―respondió Fabricio.―Fabricio se lo tomó como todas las veces en que la vomité durante el embarazo de Carmelo y él no estuvo para acompañarme, levantarme el cabello y limpiar ―respondió Gia.―Nunca vomitaste en el embarazo de Carmelo ―señaló Dante.―¡Oh, papá! ¿Tenías que decir eso? ―preguntó Gia.―Sí, yo estuve allí en cada momento, y sé que no vomitaste, pero no importa, igual el doctorcito se lo merecía.―Hasta yo que soy su madre creo que lo tenía bien merecido ―dijo Julia.La risa fue general.Era el domingo siguiente y Fabricio había organizado un picnic en el jardín de los naranjos uno de los sitios más románticos de Roma. Toda la familia había sido invitada y también sus mejores amigas Laura y Gaby, cuando todos los invitados llegaron y estuvieron sentado en las mantas que se distribuyeron
―Perdón, no quería vomitarte encima ―dijo Gia con vergüenza, aunque sus ojos estaban fijos en el vómito.Fabricio no sabía si ahorcarla o abrazarla, lo que si estaba seguro es de que no la besaría.―Pasen y ubiquen el baño o alguna papelera para evitar nuevos accidentes ―respondió con calma.«Así que todo este berrinche fue porque estaba celosa» pensó con un poco de satisfacción «Y me ama, dicen que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad» reflexionó con más satisfacción aún.Las chicas entraron, Laura y Gaby se apoderaron del sofá más grande, mientras Gia se sentó en el más pequeño, se sentía mucho mejor después de haber vomitado y si se podía estaba más avergonzada aún. Solo había ido porque quería disculparse y terminó diciéndole que lo amaba y que estaba celosa.Y encima le vomitó los pies, «¡Qué vergüenza! Dios mío»Fabricio había desaparecido en la habitación y Gia no sabía si marcharse o quedarse a esperar su regaño porque estaba segura de que de esa no saldría indemn
Fabricio salió de la habitación después de la resolución que tomó de no llamar más a Gia hasta que los ánimos estuvieran calmados, porque si por milagro ella le contestaba el teléfono le daría el sermón de su vida. Y sabía que de esa manera no lograría resolver nada. Al llegar al salón se encontró a su prima Sofía sentada hablando con Lorena, ambas especulaban en lo que había ocurrido.―Lamento haber venido sin avisar, Fabricio, es evidente que arruiné tus planes ―dijo Sofía con preocupación ―Mi tía me contó lo de tu bebé y que su madre se negaba a casarse contigo, así que asumí que aún no estabas saliendo con alguien.―No te preocupes, Sofía, estoy seguro de que las cosas con Gia se arreglaran, solo fue un malentendido. Ahora cuéntame, ¿dónde se conocieron Lorena y tú?―Lorena es una reconocida diseñadora en Londres, remodeló mi casa y nos hicimos amigas, planeamos venir a Roma en el verano y lo hicimos juntas. Cuando se enteró de que eras mi primo me pidió visitarte porque tiene un
Gia llegó al edificio y entró, saludó al portero y siguió al ascensor, el primer día que Fabricio la invitó a su casa con Carmelo, los anotó en el registro, a ella como la madre de su bebé y a Carmelo como su hijo por lo que podían entrar sin anunciarse.Subió al ascensor y cuando las puertas se cerraron el portero pensó que si debió decirle de la visita que el señor Fabricio acababa de recibir o si debió llamarlo a él para decirle que la señora Gia iba subiendo. Al final se encogió de hombros y siguió mirando su teléfono.Gia estaba nerviosa, sabía que era un atrevimiento presentarse allí o quizás estaba invadiendo su espacio personal, pero como Fabricio siempre le decía que su casa siempre estaba abierta para ella y que siempre era bien recibida no lo pensó más.Cuando las puertas se abrieron lo vio parado en el umbral de su apartamento, aunque iba vestido sus pies descalzos y cabellos húmedos le dijeron que acababa de salir de la ducha.Dos mujeres muy hermosas y de una edad simila
Bianca pensó que si lo único que necesitaba para que su Nonna volviese con ella a Roma era un secuestro se habría auto secuestrado hacía mucho tiempo. Giorgia no podía dejar de mirar los golpes en la cara de Bianca sin estremecerse de pavor.―Que cerca estuve de perderte, Bianca, creo que no podría soportarlo, cuando mi Anna se fue, te tenía a ti y a Gia para no derrumbarme, y cuando tuviste tu accidente agradecía al cielo el no haberte perdido, pero ahora me lleno de miedo al pensarlo. ¡Maldita, Carmina! Es tan mala como lo fue su padre.―Yo también quiero tenerte conmigo, Nonna, me has hecho mucha falta y no solo a mí, sino también a Gia y a mis hijas, sobre todo a Gianna.―Lo sé, he sido una vieja necia y testaruda aferrándome a esta casa, pero aquí están los recuerdos de Anna y a veces siento que la olvido porque se me desdibuja su cara en mi memoria. ¿Cómo puede una madre olvidarse de la cara de su hija?―Ha pasado mucho desde la muerte de mamá, Nonna, nuestros recuerdos tienden
―¿Dónde está Giorgia? ―preguntó Fabricio a Gia un domingo cuando daban un paseo por el parque ―Desde que regresé de Perú no la he visto, aunque debo confesar que tenía miedo de encontrármela.―Haces bien en temerle, Buelita fue la única que supo que Carmelo era tu hijo y creo que te ganarás un buen rapapolvo cuando te vea. Bueno, como su médico tú sabes como de independiente es la Nonna, así que está en su casa, no hubo poder humano que la hiciera quedarse en casa de Bianca, ni con nosotros una vez que se recuperó. ―Esa es Giorgia ―respondió Fabricio sonriendo mientras empujaba el cochecito de Carmelo.―Al menos aceptó que le contratáramos ayuda, Bianca y yo nos turnamos para ir a verla, esta semana le toca a ella, aunque no quería ir para no tener que contarle lo del secuestro. Imagino que tendrá que hacerlo porque los golpes en su cara aún se ven un poco, no la envidio.―Tuvieron suerte de que se mantuviera en secreto, pero si no se lo cuenta ahora saldrá a relucir en el juicio de
Al día siguiente Fabricio aún se daba patadas mentales por lo idiota que había sido. Cuando la noche anterior le dijo a Gia que estaba enamorado de ella, su cara cambió y no para bien.―¿Crees que soy tan idiota como para creerte? ―dijo con la barbilla levantada, aunque su actitud fue desafiante su rostro reflejaba dolor.―No, Gia, no creo que seas idiota, te estoy diciendo lo que siento.―Mira, Fabricio, sé que nunca has estado enamorado de mí, así que esta intento de manipulación te deja muy mal parado, mejor vamos a dejar esto hasta aquí, por favor, vete y déjame en paz.Y se había levantado a bailar, se fue con sus amigos y lo dejó allí tirado.Ese día era sábado y estaba seguro de que la encontraría en casa, seguiría el consejo de Lorenzo y se arrastraría. Con esa nueva resolución se levantó temprano, desayunó y salió a la calle dispuesto a llegar a una floristería por un nuevo ramo de rosas rojas.Al llegar a casa de Gia una doncella le informó que la joven había salido sola e