Rosalin estaba leyendo para su hija, las dos tenían una bonita rutina establecida en la que ella ayudaba a la niña a bañarse, luego la vestía con un lindo pijama, le enseñaba a lavarse los dientes en medio de risas, le hacía un par de trenzas en el cabello para que no se le enredara y, finalmente, la llevaba a la cama para leerle una bonita historia. Normalmente Margarita las acompañaba y ambas se iban cuando Violeta se dormía.

Desde la partida de Jazmín y lo mal que estaban todos por esta razón, Violeta había desarrollado ansiedad por separación, le daba demasiado miedo ser abandonada por las personas que amaba, que de un momento a otro se fueran de su vida y el psicólogo les había recomendado que siempre hubiera alguien con ella para contenerla y consolarla. La mayoría del tiempo era de esa manera, Margarita se convirtió prácticamente en su sombra desde que la despertaba en las mañanas, sin embargo, la niña había notado la tensión entre sus padres y el cambio en sus interacciones as