Dicho esto, Rubén le asestó el primer golpe justo bajo las costillas. Estaba usando una de las manoplas más pequeñas que tenía, no quería matarlo ni molerle los huesos, él tenía la sospecha de que iba a necesitar al doctor vivo, al menos para refutar a Rosanna. Así que solo quería desquitar su enojo como si el cuerpo de Pinzón fuera un saco de boxeo.Para el momento en el que Sergio lo detuvo, el tipo ya se había meado encima, estaba desmayado y su rostro no lo reconocería ni su propia madre.—Víctor, bájalo, que lo laven y cambien. Dale una celda y no lo dejes morir, lo necesito vivo y capaz de hablar.—Entendido, jefe.Rubén se lavó las manos en el fregadero que tenían ahí, sus nudillos estaban lastimados por el metal de la manopla, pero no tanto como si lo hubiera golpeado directamente con sus puños.—Estás hecho una mierda, no puedes llegar así a la casa.—¿Alexander te avisó de algo?—No.—¿Azucena?—No contestó, debe seguir en el quirófano.—Creo que necesito otro trago. No sé c
Kamal de verdad pensó que alcanzaría a escapar. No tuvo tanta suerte.Durante todo el trayecto a Dalian él estuvo haciendo planes para su llegada a Chalán. No podía comunicarse con Magnolia, eso era lo primero que habían dejado claro, ni llamadas ni correos ni mensajes, nada podía salir desde Cerinza porque podrían rastrearlos. Así que tan pronto como pisara suelo extranjero debía comprarse un teléfono y escribirle un correo a su chica para acordar el punto de encuentro.Apenas alcanzó a escapar de las garras de Rosanna cuando se dio cuenta de sus planes. Magnolia tenía toda la razón, había sido demasiado ingenuo al creer que él controlaba a la bonita rubia, ahora comprendía que todo el tiempo fue solo un peón en su jugada de ajedrez. Él simplemente había sido el estúpido conveniente y nada más. Al menos consiguió darle unos buenos golpes antes de irse, ella estaba tosiendo sangre cuando la dejó en la casa, con suerte ya debería estar muerta.No podía confiarse tampoco, estaba en modo
—¡Lo planeé antes! ¿De acuerdo? En una pandilla en la que estuve lo hacían y busqué a alguien aquí en Leiva que me ayudara.—¿Quién?—Un estudiante de psiquiatría, no importa, lo maté cuando terminó el trabajo.—No entiendo qué te hace querer mentir, Kal. Rosanna te incriminó, no hay razón para que quieras defenderla.—¡¿Por qué cree que miento?!—Porque no soy un pobre imbécil como tú —Rubén se acercó a su oído y le susurró solo para que él escuchara—: Ya sé de Pinzón.Se alejó apenas unos centímetros y paso la punta de la catana muy despacio por el borde del bóxer, la única prenda que usaba Kal, y él intentó moverse hacia atrás para alejarse del corte, pero ya no tenía energía para hacerlo. Rubén le dejó una herida grande que iba de un lado a otro de su abdomen bajo, justo sobre su miembro dormido. Era una zona delicada, demasiados vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas.—No necesitas tu pene para hablar, ¿cierto?—Fue un estudiante el que me llevó al doctor Pinzón, él… Tampoco
Rubén se rio y se separó un poco, dejando que Rosalin empuñara el arma ella sola.—Normalmente, cuando debes usar un arma, hay demasiadas cosas sucediendo a tu alrededor, debes aprender a ignorar todo y concentrarte en tu objetivo, preciosa. Solo respira, apunta y presiona el gatillo.Rosalin lo hizo y el impacto dio en el segundo circulo, algo muy bueno para ser su primera vez.—Parece que sí lo traes en la sangre.—Se supone que mi padre era un mafioso importante, ¿verdad?—Sí, lo era. El viejo Molina ayudó a cimentar la paz en sus tiempos.—¿Crees que él hubiera permitido que nos casáramos? Bueno, si yo hubiese crecido con él.—No lo creo. Nadie en el mundo sería suficientemente bueno para su hija. Estarías encerrada en una torre como una princesa, custodiada por mil dragones feroces impidiendo que alguien pudiera tocarte.—Algo me dice que estás proyectando, no dejaré que le hagas eso a nuestra hija. Ella también va a encontrar a su príncipe azul.—¿De qué hablas? Mi princesa va a
Sergio lo esperaba afuera porque estaba lidiando con otros problemas que tenían que resolver y debían salir a una reunión con Enzo. Él se había tomado muy mal que Rubén lo enviara a una suite en el hotel y no lo invitara a su casa, como él había hecho cuando su socio lo visitó en Chalán.—¿Por qué paraste tan rápido? Parecía a punto de quebrarse.—Necesitamos encontrar a la chica Ortiz.—¿Qué? ¿Por qué? Ella ya no es importante, que se escape es el menor de nuestros problemas.—Magnolia se quedó aquí cuando Kal desapareció con Rosanna, aunque él la defienda, su lenguaje corporal al hablar de ella es de desprecio, no la ama, nunca la amó. Apuesto a que solo le quería sacar dinero, todos ellos pensaban que Rosanna era simplemente una mujer mimada con un esposo millonario y ocupado. Magnolia escapó y Kal la está protegiendo, casi se surra cuando la mencioné. Si ella es la llave que abre la caja de pandora, la necesito viva.—De acuerdo. Pondré a Miguel Ángel en eso, es el mejor.—Bien.A
—Jefe, tiene que venir con el doctor. Está mal.Javier había llegado corriendo para alertarlos sobre el estado de Pinzón, el sujeto no estaba poniendo de su parte, no comía, no bebía y, aunque atendieran sus heridas, no se estaba recuperando de la manera adecuada, él estaba decidido a morir.Rubén lo siguió, aunque eso arruinaba sus planes de ir a desquitarse con el doctorcito. Tal vez se habían pasado, después de todo, él no era un hombre joven, fuerte y musculoso como Kal, no resistiría de la misma manera. De verdad esperaba sacarle la verdad pronto para no tener que preocuparse por dañarlo demasiado y hacerle todo lo que en realidad estaba deseando.Ya era tarde en la noche y Azucena había venido a revisarlo. Algo muy poco usual, a su esposo no le gustaba para nada que ella fuera a ese lugar. Que atendiera a los heridos y enfermos en el hospital era perfecto, que fuera a la perrera a medianoche para atender a un doctor moribundo al que ella admiraba hasta hacía poco, definitivament
Sergio llevaba varios días siguiendo pequeñas pistas dejadas en un lugar y otro. Realmente parecía que nada tenía conexión, pero él no estaba dispuesto a rendirse, cada callejón sin salida lo convencía de que en el siguiente encontraría algo y así tuvo a su equipo de inteligencia quemándose las pestañas buscando de un lado para otro. Él buscaba las evidencias que comprobaran sin lugar a duda los crímenes de Rosanna. Sin embargo, lo que encontró fue todo lo contrario.Kal era un maldito degenerado que había grabado sus encuentros sexuales con Rosanna desde el primer día. O al menos eso parecía. Los videos eran muchos y en los primeros todo parecía una aventura normal, luego las cosas se tornaban turbias y cada encuentro incluía más maltrato. Hasta que llegaron al momento del secuestro. El sujeto estaba enmascarado, pero era fácil darse cuenta de que se trataba del mismo hombre en todos ellos. Había demasiada evidencia de los abusos.Los archivos estaban en un servidor de la Deep web, e
Rosalin obedeció y se ubicó en ese sillón donde solía sentarse a leer. Rubén se acomodó frente a ella sin poder mirarla a los ojos y comenzó a hablar sin rodeos, ya no tenía sentido buscar suavizar el golpe.—No hay una manera correcta de decirte esto, por eso no había encontrado el valor para hacerlo —Rubén suspiró hondo con los ojos cerrados y apretando las manos en los reposabrazos del sillón hasta blanquearse los nudillos—. Tú no eres Rosanna Salazar, tú no eres mi esposa.—¿De qué estás hablando? —Rosalin quiso reírse por la tontería que decía su esposo, pero al ver la seriedad en su rostro se llenó de temor.—Tu verdadero nombre es Rosalin Díaz, creciste en Álamo, un pueblo del sur, eres un maestra de primaria y una repostera. Y también eres la hermana gemela de Rosanna.—¿De dónde sacas esas tonterías? —Rosalin tenía el corazón acelerado y el miedo helándole la sangre.—Es la verdad. ¿Recuerdas a Kal, quien Amaranta mencionó? Él era el amante de Rosanna, ellos planeaban fingir