Sergio llevaba varios días siguiendo pequeñas pistas dejadas en un lugar y otro. Realmente parecía que nada tenía conexión, pero él no estaba dispuesto a rendirse, cada callejón sin salida lo convencía de que en el siguiente encontraría algo y así tuvo a su equipo de inteligencia quemándose las pestañas buscando de un lado para otro. Él buscaba las evidencias que comprobaran sin lugar a duda los crímenes de Rosanna. Sin embargo, lo que encontró fue todo lo contrario.Kal era un maldito degenerado que había grabado sus encuentros sexuales con Rosanna desde el primer día. O al menos eso parecía. Los videos eran muchos y en los primeros todo parecía una aventura normal, luego las cosas se tornaban turbias y cada encuentro incluía más maltrato. Hasta que llegaron al momento del secuestro. El sujeto estaba enmascarado, pero era fácil darse cuenta de que se trataba del mismo hombre en todos ellos. Había demasiada evidencia de los abusos.Los archivos estaban en un servidor de la Deep web, e
Rosalin obedeció y se ubicó en ese sillón donde solía sentarse a leer. Rubén se acomodó frente a ella sin poder mirarla a los ojos y comenzó a hablar sin rodeos, ya no tenía sentido buscar suavizar el golpe.—No hay una manera correcta de decirte esto, por eso no había encontrado el valor para hacerlo —Rubén suspiró hondo con los ojos cerrados y apretando las manos en los reposabrazos del sillón hasta blanquearse los nudillos—. Tú no eres Rosanna Salazar, tú no eres mi esposa.—¿De qué estás hablando? —Rosalin quiso reírse por la tontería que decía su esposo, pero al ver la seriedad en su rostro se llenó de temor.—Tu verdadero nombre es Rosalin Díaz, creciste en Álamo, un pueblo del sur, eres un maestra de primaria y una repostera. Y también eres la hermana gemela de Rosanna.—¿De dónde sacas esas tonterías? —Rosalin tenía el corazón acelerado y el miedo helándole la sangre.—Es la verdad. ¿Recuerdas a Kal, quien Amaranta mencionó? Él era el amante de Rosanna, ellos planeaban fingir
Rosalin no se molestó en llevar nada, porque en el momento en el que bajaba las escaleras y vio a Héctor, Olga y los demás sirvientes mirarla con tanta lástima, entendió que todos lo sabían y que ella no pertenecía a ese lugar. Ella simplemente había sido una flor sustituta de Rosanna y ahora que la original regresaba, ya no había un lugar para ella en esa casa.Sabía que debía verse terrible, aunque ya no estuviera llorando, y todavía le quedaba un poquito de dignidad así que se despidió rápido y salió sin mirar atrás. Jazmín la esperaba en el auto, ella sí había preparado todas sus maletas y hablaba con Sergio, Rosalin no alcanzó a escuchar de qué hablaban, pero la discusión terminó en cuanto ella llegó al vehículo. Margarita había salido con Violeta porque creían que podría haber más gritos o una gran pelea y no querían que la niña lo presenciara todo.Tomás y su grupo salieron con ellas, sin embargo, había al menos tres camionetas llenas de hombres esperando para escoltar a Rosali
Cuando Rosalin despertó, casi tres horas después, era otra persona.Rápidamente se dio cuenta de que estaban en una habitación de hospital, a diferencia de la primera vez, esta era una pequeña y sencilla, además, ella tenía una sonda conectada a su muñeca; Jazmín estaba sentada a su lado y Rosalin se sintió mortificada por preocuparla tanto, no debió permitir que la acompañara, la chica lloraba y, aunque eso era muy normal últimamente, la culpa fue pesada en su corazón.—Jaz…—¡Oh, por Dios, Rosalin! ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien?—Me duele la cabeza.—Voy a llamar al doctor.—Está bien.La revisión de rutina vino acompañada de grandes noticias, un tamizaje de protocolo por su desmayo los llevó a descubrir que su salud no era tan buena como debería, ella tenía un desorden de electrolitos, seguramente causado por no haber comido casi durante los días previos y los constantes vómitos. Y claro, al causante principal de sus molestias.—¿Está seguro, doctor? Yo me realizaba pruebas semanal
—¡Rosalin! ¿Cómo estás? Casi me vuelvo loco cuando Guillermo me dijo que estabas en el hospital. —Alexander corrió a recibirla tan pronto como el auto se detuvo en la entrada de la mansión.—Estoy bien. Tenemos que hablar.La seriedad y determinación con la que habló su hermanita impactó bastante a Alexander. Rosalin se había marchado sumida en su depresión y, si él no hubiera tenido que quedarse por un asunto importante, le habría encantado estar a su lado en el difícil momento de enfrentar su pasado. La mujer que lo miraba con chispas renovadas en los ojos parecía alguien diferente y la enorme incógnita de que ella hubiese recobrado la memoria lo asaltó.El hecho de que Rosalin lo llevara al despacho y cerrara con llave fue aún más extraño.—¿Recuperaste tu memoria?Rosalin se quedó mirándolo por un momento, examinando con detenimiento a su hermano. Desde que supo la verdad guardaba cierto resentimiento contra él por no decírselo y por no cumplir su promesa de protegerla. Desde su p
Alexander abrió los ojos sorprendido y se dejó caer en el respaldo de la silla. No necesitaba ser un genio para imaginar de lo que se trataba y ahora entendía perfectamente la fiereza de su hermana que no había manifestado antes. Rosalin era una buena madre, Violeta fue su tesoro hasta saber que no era suya, e incluso ahora con lo complicado que estaba todo, le había dicho a la niña que siempre estaría para ella cuando la necesitara.Su dulce hermanita estaba lastimada, ella era una fiera herida que debía proteger a su cachorro, se sentía sola y perdida en un bosque tenebroso y lleno de peligros. Esa llamarada en sus ojos le recordó un poco a Rubén, tal vez por eso los dos se habían enamorado de una manera tan profunda en tan poco tiempo, ambos eran muy similares, podían ser calmados y divertidos, dedicados a su familia y muy buenos en el trabajo, pero eran una fuerza de la naturaleza capaz de arrasar con todo si alguien dañaba a los suyos.—¿Estás embarazada?La pregunta salió de sus
Eran las dos de la tarde cuando el automóvil que traía a Rosanna de regreso se estacionó en la entrada de la mansión. Los sirvientes se encontraban en hilera en la sala para recibirla y todo estaba inmaculado, como a ella le gustaba. Incluso se habían retirado las decoraciones que Violeta y Rosalin agregaron en su momento.Rosanna se bajó con ayuda de Rubén y caminó directo hacia la entrada a paso lento, sin molestarse en mirar a los guardias que le hacían reverencias como saludo. Tomás dejó escapar un bufido irónico cuando ella entró a la casa y compartió esa mirada con Sergio que decía: “Volvió”. Y no era nada que alguno de ellos pudiera celebrar.El silencio continuó dentro de la casa, los sirvientes también hicieron sus muestras de respeto, y Margarita, que permanecía junto a Violeta, fue la única en pronunciar una escueta bienvenida. Rosanna sonreía ligeramente y hablaba de lo feliz que estaba de volver a casa. Luego de dar un vistazo periférico a la sala, reparando en los ligero
Rosalin pasó frente a Rubén sin siquiera mirarlo, de todos los presentes era el único al que no había saludado, ni siquiera se giró a verlo una sola vez, para ella, esa enorme figura no era más que un fantasma y eso hirió demasiado el corazón del hombre. Rubén sabía que su Rosie debía estar enojada, tenía todas las razones del mundo para estarlo, pero eso no significaba que no doliera ser tratado con tanta indiferencia al mismo tiempo que la veía ser coqueta y descarada con la última persona que podría serlo.—Esta noche va a ser muy interesante. —dijo Jazmín con una sonrisa pícara cuando Sergio la agarró de la cintura.—Si querías provocar una guerra al vestir a Rosalin de esa manera, lo vas a conseguir.—Se ve deliciosa, ¿verdad?—Por el bienestar de mis testículos no voy a responder a eso.—Vamos, admítelo, me quedó de infarto, creo que hasta yo quiero follarla, mira ese trasero.—Dios mío, Jazmín, esa boca tuya es un problema, a veces.—Amas mi boca. —esa mirada lasciva de su prom