Capítulo 58

Rubén se rio y se separó un poco, dejando que Rosalin empuñara el arma ella sola.

—Normalmente, cuando debes usar un arma, hay demasiadas cosas sucediendo a tu alrededor, debes aprender a ignorar todo y concentrarte en tu objetivo, preciosa. Solo respira, apunta y presiona el gatillo.

Rosalin lo hizo y el impacto dio en el segundo circulo, algo muy bueno para ser su primera vez.

—Parece que sí lo traes en la sangre.

—Se supone que mi padre era un mafioso importante, ¿verdad?

—Sí, lo era. El viejo Molina ayudó a cimentar la paz en sus tiempos.

—¿Crees que él hubiera permitido que nos casáramos? Bueno, si yo hubiese crecido con él.

—No lo creo. Nadie en el mundo sería suficientemente bueno para su hija. Estarías encerrada en una torre como una princesa, custodiada por mil dragones feroces impidiendo que alguien pudiera tocarte.

—Algo me dice que estás proyectando, no dejaré que le hagas eso a nuestra hija. Ella también va a encontrar a su príncipe azul.

—¿De qué hablas? Mi princesa va a
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