Rosie necesitaba saber, había detalles que no encajaban del todo en su cabeza y ella los estuvo ignorando, cada vez que surgía una duda la empujaba al fondo de su mente porque nada podía alterar su maravillosa vida. No obstante, las palabras de esas mujeres eran demasiado fuertes, hablaban de matar a alguien por su culpa y eso no lo podía comprender, tampoco ignorar. Era una necesidad apremiante encontrar a Rubén.

Fue tan grande su impulso que todo el malestar quedó en segundo plano, al igual que el miedo que le daba recorrer ese lugar por sí misma, ella tenía un destino claro: La cava. No tenía ni la menor idea de dónde quedaba ese lugar, pero el sentido común le indicaba que debía estar abajo en el sótano, así que, con la cara más seria que pudo conjurar salió del baño y caminó en el sentido contrario a donde vio a Javier, dio una pequeña carrera escaleras abajo y cuando llegó a la barra del primer nivel, su plan encontró un gran problema.

Pero esas mujeres dijeron que ella era odio