Ese día, la pequeña familia Salazar tenía una cita especial. Rosie y Violeta lograron convencer a Rubén para que las acompañara a un Centro Comercial, en la televisión vieron los decorados navideños del lugar y las atracciones que habían adecuado, así que la niña tenía muchas ganas de ir a probar el trencito y todas las cosas familiares que antes le habían negado. El jefe de la familia se negó en primera instancia, pero los chantajes emocionales que ejercieron sobre él fueron suficientes para hacerle cambiar de o pinión.

No eran buenos tiempos, todo el asunto del secuestro y los Rover había puesto en entredicho la capacidad de Rubén para controlar su ciudad, así que algunos tontos estaban tentando su paciencia. Por otro lado, los Morelli no estaban nada contentos con su decisión de seguir negociando con Molina, Enzo le había hecho una buena oferta comercial que resultaba muy beneficiosa, económicamente hablando, pero que no justificaba para Rubén la guerra que le haría Molina si lo sa