Tej. __ Sigo insistiendo en que esto es una estupidez. - dijo Aiden al ver el local donde entramos los tres. __ Sigo insistiendo en que es la mejor idea. - contrarió George siendo el más convencido de la idea. __ Esto me recuerda a cuando nos lanzamos de aquella cascada y dije que no, tu que sí y Tej guardó su respuesta, justo como ahora. - indicó. Las puertas se abrieron automáticamente.__ Esa vez terminamos con una costilla rota. - señaló a Aiden. - La nariz sangrando. - me apuntó. - y dos dedos dislocados. - mostró su mano. __ ¿Y porqué crees que lo cito?__ Dejen la estupidez. Solo vamos a entrar a nuestra universidad, doce años después. - le resté importancia. __ Contigo diciendo que eres un maestro, George que es un...__ Soy muy creativo. - se rió el arquitecto cortando el alegato de Aiden. Ninguno planificó nuestra llegada, simplemente pasamos a unas cuantas calles y George lo propuso, Aiden se opuso y yo...no opiné. Después de todo, no soy inmune a la nostalgia. Los
Tej Burton.¿Quién es Tej Burton? eso decía la pregunta del formulario a llenar para un sitio de búsquedas de pareja. Defínelo tú, coloqué como respuesta. ¿Que busca en una pareja? no podía ser cierto que hubieran preguntas tan...Responsabilidad, motivación, que piense como yo, fue mi contestación. __ ¿Que aspiraciones tengo? - leí en voz alta. "Todo lo que he deseado lo he logrado".No era la mejor forma de contestar, pero no estaba hablando con nadie real, esperé. Estaba diciendo la verdad. Me convertí en uno de aquellos que tanto admiré confirmando que si te propones algo lo puedes cumplir. Logré tener uno de los nombres que la ciudad entera podía decir y saber de quién se trataba. Perteneciente a uno del grupo que más dio de qué hablar los años recientes por los sucesos de sus matrimonios. Mis amigos se casaron, dejándome de entre los tres como el único que sobresalía por motivos equivocados. Por ello me puse a pensar ¿que tengo yo? Un nombre reconocido. Una familia que c
Irene Castellón. ¡No puede ser! mis pensamientos estaban en un caos intenso, el cual dejaba claro que no quería estar ahí. Era el mismo que había golpeado con mi auto y de seguro me odiaba. Como le diría el saludo que solíamos darle a los clientes. Pero era protocolo. __ ¡Tenga una excelente tarde, señor Burton! Si no es así, aquí podemos arreglarlo dando un toque de romance a su vida. - "Irene, olvidaste la sonrisa" Pero no tenía motivos para sonreír, me estaba muriendo de la vergüenza. __ ¿Es una broma, verdad? - cuestionó con cara tensa. __ No, claro que no. - me apresuré a contestar. - Usted es el señor Tej Burton ¿no es así? __ Primero me maldices y ahora eres amable. - gruñó con desagrado. - Olvídelo. No estoy para soportar esto. Podía dejarlo irse. Decirle que se largue con su amargura a otro sitio, pero no podía recibir una mala recomendación. Teníamos solo un año de estar funcionando y si recibíamos malas críticas de algún cliente, por muy imbécil que fuera, podría tene
Tej.La cabeza estaba por estallar debido al dolor, me había pasado de copas con mis amigos. No recuerdo ni como llegué a mi apartamento, pero reconocí mi cuarto. Masajes en mi sien no funcionaron para apaciguar el agudo dolor. Bebí el agua suficiente para dejar de sentir que la garganta la tenía agrietada. Me di un baño y tomé las llaves de mi segundo auto para ir a la oficina. Rogando porque esta vez no lo tuviera que mandar a un taller por culpa de alguien imprudente. Conduje hasta el sitio donde mi asistente acordó la cita con mi cliente. Estando en el sitio cuando llegué, creí que mi reloj fallaba, pero lo justificó con que sabía que era conocido por siempre estar a la hora y no dejarme esperando. Otro motivo para aceptar representarlo. Me expuso su caso, tardando toda la comida para entenderlo aunque me quedaron dudas que no pudo responder por su falta de tiempo. Luego de eso me trasladé a la oficina para comenzar a revisar correctamente lo que me había dado. Mi asistente te
Irene Me di a la tarea de crear los escenarios mas hermosos, tomando como base los gustos de cada uno para así comenzar con las citas.La primera era una amante de las flores de color rosas, por ello me encargué de conseguir de todo tipo siempre de ese color para colocar en las mesas y todo el espacio donde la cita se daría. Mi cliente llegó y por ello me retiré para darles el espacio en el sitio que los retendría por un buen rato o eso creí, pero me equivoqué ya que diez minutos después la mujer salió enojada. La escuché hablar por teléfono alegando que no encontraría al amor de su vida jamás ,ya que el hombre de su cita era homosexual. No pude ocultar mi sorpresa. Eso no era verdad. Me constaba que no era cierto, porque...Había razones para creer que no lo era. No sabía cuales, pero estaba segura que le gustaban las mujeres. Hice otra búsqueda entre las cuatro que eligió. La contacté y arreglé la cita. __ ¿Nuevo intento? - Tej Burton se acercó con una bolsa de maní en las mano
Tej.__ Dicen que has ido a citas estos últimos días. - dijo Marina con curiosidad en lo que cargaba a mi sobrina. ¿Ya encontraste a tu alma gemela? __ No soy tan soñador. - refuté.__ ¿Entonces a qué vas? - indagó con su otro hijo en brazos. __ A cenar con...Dejé a medias mis palabras ante la respuesta que en automático había salido.__ ¿Con quién? - quiso saber Marina.No podía ser verdad. No tenía que caerme bien Irene. Me golpeó con todo lo que pudo y encontró en el camino. No podía pensar que me caía bien. __ Con nadie. - sentí sus ojos sobre mí todo el tiempo. Como si mi respuesta no la haya creído, pero yo tampoco podía creer que eso hubiera salido de mi boca.No iba a cenar con ella. Mi principal motivación era tenerla como la persona que lavara mi auto y así poder verla más tiempo del...¿Que demonios estaba pensando? Detuve el auto para cuestionar mis propios pensamientos. ¿Que le ocurría a mi consciencia?__ El estrés te tiene muy mal, Tej. - me dije aflojando mi corb
Irene.Un hormigueo cubrió mi boca, mi sangre fluyó con una lentitud que sentí miedo, pero no me alejé del hombre que me miró como si estuviera deseando la más deliciosa fruta de la vida. Así me sentí al oler la loción de Tej sobre mí, como si quisiera comerme la fruta del pecado. Este inclinó un poco su cabeza, rozó sus labios con los míos y no supe si moverme o alejarme. Se sintió tan bien que quería hacerlo de nuevo, pero este solo siguió oliendo, para luego atrapar mi labio inferior con los suyos, no retrocedí cuando mis piernas se sintieron de gelatina.El beso fue fugaz, dejándolo así antes de alejarse. __ Sabes a lo que creí. - dijo y no pude hablar. ¿A que sabía? ¿Café y tarta de manzana? Porqué eso era lo que había pedido en la cafetería. En el camino me vio con picardía, la lengua se me había adormecido de pronto. No podía hablar y cuando se fue, luego de dejarme, solo dije un "gracias" sin sentido, solo un susurro que este correspondió con un asentimiento de cabeza. ¿Qu
IreneMirada fría, mordaz y templaria. Eso era lo que definía a Rubén en el momento en que se acercó a mí. El hombre de hielo era de quien huia, a quien con solo ver tenía la determinación de huirle. Quería correr sin embargo mis piernas no me lo permitieron, convirtiéndose en plomo, plantándose frente a aquel hombre que me daba terror hablar con alguien más. Por mucho tiempo justifiqué con que era el estrés de su trabajo lo que lo hacía ser violento conmigo, estando embarazada lo ratificó diciéndolo en voz alta cada vez que su palma se estrellaba en mi cara.__ Te lo pido, por favor. - terminé suplicándole. - Vete. No merezco que me sigas así. Ya no, Rubén. __ Yo decido cuando esto se va a detener. - refirió con sus dedos cerrados en mi mandíbula. __ Yo decidí cuando se iba a detener. - le hice frente, no podia dejar que el miedo por él se adueñara de mi cuerpo. Eso era lo que disfrutaba y me negué a darle mas gusto en ver como destruía mis sueños a base de sus abusos.Lo mejor er