Tej Burton.
¿Quién es Tej Burton? eso decía la pregunta del formulario a llenar para un sitio de búsquedas de pareja. Defínelo tú, coloqué como respuesta.¿Que busca en una pareja? no podía ser cierto que hubieran preguntas tan...Responsabilidad, motivación, que piense como yo, fue mi contestación.__ ¿Que aspiraciones tengo? - leí en voz alta. "Todo lo que he deseado lo he logrado".No era la mejor forma de contestar, pero no estaba hablando con nadie real, esperé.Estaba diciendo la verdad. Me convertí en uno de aquellos que tanto admiré confirmando que si te propones algo lo puedes cumplir.Logré tener uno de los nombres que la ciudad entera podía decir y saber de quién se trataba.Perteneciente a uno del grupo que más dio de qué hablar los años recientes por los sucesos de sus matrimonios.Mis amigos se casaron, dejándome de entre los tres como el único que sobresalía por motivos equivocados.Por ello me puse a pensar ¿que tengo yo?Un nombre reconocido. Una familia que considerando a todos ya es muy extensa...pero no algo netamente mío.No tenía una casa donde me recibieran por ser solo yo y extrañarme.Así que viendo la página de una compañía dedicada a emparejar personas, no de citas a ciegas sino conociéndose y hacer ver errores y aciertos del otro, los cuales si las cosas salían bien, consolidarían una pareja más. Un éxito para sus socias.Uno de mis amigos había puesto esa tarjeta en mi mano, varios más me la recomendaron, por eso revisé la página y puse mis datos realizando un pago adelantado como lo requería.Ingresé los datos de mi tarjeta y le di click en realizar el pago módico, me repetí que no tenía nada que hacer. Ademas de ser el fin de semana y Alma no había podido venir, buscaría otros planes.Terminé la inscripción y me alejé de la MacBook para llenar la taza con café pensando en la estupidez que acababa de hacer. Realizar un pago para que busquen una cita para mí. Nada mas absurdo que eso, pero ahí estaba, Tej Burton, "un soltero codiciado" esperando en una lista que según sus datos no tardaría mas de dos horas en ser contactado.Cuando un correo llegó a mi bandeja de entrada, me senté para leer el asunto y el remitente, un correo donde se especificaba que debía llegar a sus instalaciones esa tarde. Una hora para crear un perfil donde tendría algunos datos mas precisos de lo que buscaba realmente. Así la busqueda sería mas rápido.Miré el reloj, viendo que faltaba una hora y conociendo la dirección llegaría en veinte minutos a ese lugar. Por lo que confirmé mi asistencia, me di un baño y me vestí para la ocasión.George me preguntaba por la salida que había propuesto para la noche, por lo que solo contesté su mensaje y salí rumbo a ese sitio. Me gustaba la puntualidad, que alguien llegara tarde era un descarte por completo en mi agenda.Conduje tranquilamente, tomando la llamada del nuevo caso que cayó en mis manos. Una custodia de una infante. No eran mis favoritos, pero tampoco resultaban complicados.Me detuve en el semáforo como lo indicó la luz roja, aprovechando para buscar el auricular y evitar usar el movil de nuevo, vi al frente, la luz no cambió aún por lo que traté de sacarlo del compartimento siendo sacudido por un impacto que me impulsó hacia adelante de forma abrupta. Mi mano se movió tocando algo con punta que se incrustó en la palma.Saque el tornillo y lo dejé caer mientras vi como del orificio emanó la sangre que tuve que presionar con una toalla de papel para no manchar el traje.Gente imprudente, farfullé.Me quité el cinturón con rapidez, salí del auto viendo como el auto azul atrás del mío no frenó a tiempo y le hizo una abolladura horrenda a mi vehículo. Maldije para mis adentros.__ Lo lamento. Te juro que no era mi intención. - se apresuró a decir una mujer con la camisa desencajada de la falda, como si quisiera vestirse lo más rápido posible dentro del auto. - ¡Ay, por dios! Voy a pagarlo, te lo prometo.__ Por supuesto que lo va a pagar. - dictaminé. - ¿Ya vio lo que su imprudencia causó? ¡Maldita sea! - mascullé viendo la zona afectada.__ Le daré mi número del seguro. Pagaré el...__ Pagará todo lo que le hagan a mi auto. - le quité la tarjeta que me entregó de mala manera. - Tal vez así deja de conducir como si el mundo tiene que hacerse a un lado cuando pasa.__ Tampoco me insulte. - se mostró ofendida. - Le estoy pagando. Eso debería ser suficiente para que se calme. El dinero no saldrá de bolsillo.__ Me molesto por su irresponsabilidad al volante. Puede fácilmente tener un accidente con un peatón. - la regañé.__ Puede que tenga razón, pero esos no son los modos. - peleó enojada también. Pellizcó el puente de su nariz y me miró con molestia.- ¿Sabe qué? Ahi están mis datos. Contácteme de ser necesario...__ Llevo prisa. Solo por eso se salva de una denuncia por irresponsabilidad al volante. - observo mi reloj. - Hágase a un lado, señorita.Dejé la toalla con sangre en sus manos y abordé el vehículo de nuevo. Me encargaría luego de eso.__ Gente como esa es la que nadie quiere como cliente. - murmuró. No iba a discutir con ella. Ni sabía quién era para seguirle prestando atención.Dejé el movil de lado y aceleré hasta detenerme en una gasolinera donde entré al baño para mojar mi mano ensangrentada para no dar una mala imagen por culpa de otros. Por primera vez iba tres minutos tarde.Terminé de llegar al lugar, con paredes blancas tal cual una clinica médica, pero en lugar de póster de medicina, habían imágenes con consejos para coqueteos.Arreglé mi imagen, vi la puerta donde el apellido de quien me recibiría estaba escrito.Aclaré mi voz. Golpeé la madera y una luz con una luz verde se encendió. Eso significó wue podía pasar, supuse.__ Una disculpa por mi retraso, pero tuve un...Me quedé inmóvil al ver a quien tenía al frente. "Esto tiene que ser una broma", pensé__ No puede ser. - dijimos al mismo tiempo.Las jugadas del destino eran retorcidas, porque solo eso explicó el que tuviera a la irresponsable que me chocó sentada detrás del escritorio con la misma mirada incrédula que yo.Irene Castellón. ¡No puede ser! mis pensamientos estaban en un caos intenso, el cual dejaba claro que no quería estar ahí. Era el mismo que había golpeado con mi auto y de seguro me odiaba. Como le diría el saludo que solíamos darle a los clientes. Pero era protocolo. __ ¡Tenga una excelente tarde, señor Burton! Si no es así, aquí podemos arreglarlo dando un toque de romance a su vida. - "Irene, olvidaste la sonrisa" Pero no tenía motivos para sonreír, me estaba muriendo de la vergüenza. __ ¿Es una broma, verdad? - cuestionó con cara tensa. __ No, claro que no. - me apresuré a contestar. - Usted es el señor Tej Burton ¿no es así? __ Primero me maldices y ahora eres amable. - gruñó con desagrado. - Olvídelo. No estoy para soportar esto. Podía dejarlo irse. Decirle que se largue con su amargura a otro sitio, pero no podía recibir una mala recomendación. Teníamos solo un año de estar funcionando y si recibíamos malas críticas de algún cliente, por muy imbécil que fuera, podría tene
Tej.La cabeza estaba por estallar debido al dolor, me había pasado de copas con mis amigos. No recuerdo ni como llegué a mi apartamento, pero reconocí mi cuarto. Masajes en mi sien no funcionaron para apaciguar el agudo dolor. Bebí el agua suficiente para dejar de sentir que la garganta la tenía agrietada. Me di un baño y tomé las llaves de mi segundo auto para ir a la oficina. Rogando porque esta vez no lo tuviera que mandar a un taller por culpa de alguien imprudente. Conduje hasta el sitio donde mi asistente acordó la cita con mi cliente. Estando en el sitio cuando llegué, creí que mi reloj fallaba, pero lo justificó con que sabía que era conocido por siempre estar a la hora y no dejarme esperando. Otro motivo para aceptar representarlo. Me expuso su caso, tardando toda la comida para entenderlo aunque me quedaron dudas que no pudo responder por su falta de tiempo. Luego de eso me trasladé a la oficina para comenzar a revisar correctamente lo que me había dado. Mi asistente te
Irene Me di a la tarea de crear los escenarios mas hermosos, tomando como base los gustos de cada uno para así comenzar con las citas.La primera era una amante de las flores de color rosas, por ello me encargué de conseguir de todo tipo siempre de ese color para colocar en las mesas y todo el espacio donde la cita se daría. Mi cliente llegó y por ello me retiré para darles el espacio en el sitio que los retendría por un buen rato o eso creí, pero me equivoqué ya que diez minutos después la mujer salió enojada. La escuché hablar por teléfono alegando que no encontraría al amor de su vida jamás ,ya que el hombre de su cita era homosexual. No pude ocultar mi sorpresa. Eso no era verdad. Me constaba que no era cierto, porque...Había razones para creer que no lo era. No sabía cuales, pero estaba segura que le gustaban las mujeres. Hice otra búsqueda entre las cuatro que eligió. La contacté y arreglé la cita. __ ¿Nuevo intento? - Tej Burton se acercó con una bolsa de maní en las mano
Tej.__ Dicen que has ido a citas estos últimos días. - dijo Marina con curiosidad en lo que cargaba a mi sobrina. ¿Ya encontraste a tu alma gemela? __ No soy tan soñador. - refuté.__ ¿Entonces a qué vas? - indagó con su otro hijo en brazos. __ A cenar con...Dejé a medias mis palabras ante la respuesta que en automático había salido.__ ¿Con quién? - quiso saber Marina.No podía ser verdad. No tenía que caerme bien Irene. Me golpeó con todo lo que pudo y encontró en el camino. No podía pensar que me caía bien. __ Con nadie. - sentí sus ojos sobre mí todo el tiempo. Como si mi respuesta no la haya creído, pero yo tampoco podía creer que eso hubiera salido de mi boca.No iba a cenar con ella. Mi principal motivación era tenerla como la persona que lavara mi auto y así poder verla más tiempo del...¿Que demonios estaba pensando? Detuve el auto para cuestionar mis propios pensamientos. ¿Que le ocurría a mi consciencia?__ El estrés te tiene muy mal, Tej. - me dije aflojando mi corb
Irene.Un hormigueo cubrió mi boca, mi sangre fluyó con una lentitud que sentí miedo, pero no me alejé del hombre que me miró como si estuviera deseando la más deliciosa fruta de la vida. Así me sentí al oler la loción de Tej sobre mí, como si quisiera comerme la fruta del pecado. Este inclinó un poco su cabeza, rozó sus labios con los míos y no supe si moverme o alejarme. Se sintió tan bien que quería hacerlo de nuevo, pero este solo siguió oliendo, para luego atrapar mi labio inferior con los suyos, no retrocedí cuando mis piernas se sintieron de gelatina.El beso fue fugaz, dejándolo así antes de alejarse. __ Sabes a lo que creí. - dijo y no pude hablar. ¿A que sabía? ¿Café y tarta de manzana? Porqué eso era lo que había pedido en la cafetería. En el camino me vio con picardía, la lengua se me había adormecido de pronto. No podía hablar y cuando se fue, luego de dejarme, solo dije un "gracias" sin sentido, solo un susurro que este correspondió con un asentimiento de cabeza. ¿Qu
IreneMirada fría, mordaz y templaria. Eso era lo que definía a Rubén en el momento en que se acercó a mí. El hombre de hielo era de quien huia, a quien con solo ver tenía la determinación de huirle. Quería correr sin embargo mis piernas no me lo permitieron, convirtiéndose en plomo, plantándose frente a aquel hombre que me daba terror hablar con alguien más. Por mucho tiempo justifiqué con que era el estrés de su trabajo lo que lo hacía ser violento conmigo, estando embarazada lo ratificó diciéndolo en voz alta cada vez que su palma se estrellaba en mi cara.__ Te lo pido, por favor. - terminé suplicándole. - Vete. No merezco que me sigas así. Ya no, Rubén. __ Yo decido cuando esto se va a detener. - refirió con sus dedos cerrados en mi mandíbula. __ Yo decidí cuando se iba a detener. - le hice frente, no podia dejar que el miedo por él se adueñara de mi cuerpo. Eso era lo que disfrutaba y me negué a darle mas gusto en ver como destruía mis sueños a base de sus abusos.Lo mejor er
Irene.Llegando al lugar miré que la mesa tuviera lo que había pedido. Las copas con detalles que a la chica le gustaban, una vista increíble y velas alrededor para darle más intimidad al momento.Llegarían pronto así que arreglé mi imagen, no debía verme mal. Dejé a mi hijo en el auto, profundamente dormido me aseguré que el aire natural lo recibiera. __ Si nos hubiera dicho, estaría aquí alguien que cuide a su hijo mientras usted disfruta de su cita, señorita. - mencionó el mesero ayudándome a quitarme el abrigo. __ No, no soy yo la de la cita. __ Disculpe la confusión. - sonrió con amabilidad. - Pero al verla creí que sí.No quise ponerme a discutir eso con nadie, así que solo le di las indicaciones que debía seguir. Cuando el auto de el abogado apareció suspiré, solo faltaba la chica, me dije. Se quitó los lentes con tranquilidad, observó el sitio y le dió un visto bueno, al tiempo que su pulgar se elevó. Eso era bueno, supuse. Si le había gustado al "defíneme tú" a ella iba
Tej.__ ¿Donde quedó el "yo no dejo que nadie me caiga encima"? - consultó Aiden. - Si mal no recuerdo hasta hace unos días decías que eso jamás pasaría. __ No olvides el "no me pareció bonita, ni la quiero cerca de nuevo" - le siguió George. __ Sigue en pie. No la quiero cerca. - manifesté con simpleza. __ Tus citas saboteadas no dicen lo mismo. - se burló el arquitecto. - Siempre terminas cenando con ella. Sales y la encuentras. Si la ves a la salida de aquí es algo que no debería extrañarte. Parecen imanes. Es hora de hacer apuestas.__ ¿Cuánto tardará en caer en mi cama? ¡Que maduros! - irónico solté. __ Eso no. Me refiero a apostar sobre cuánto tardarás en cambiar tu respuesta cuando te preguntan ¿que está pasando con la casamentera? - se burló con una risa que quería borrar. __ Le pongo tres meses Miré de mala forma a Aiden. __ Se supone que son mis amigos.__ Es exactamente lo que estamos haciendo. - se defendió George. - Porque no sé tú, pero esos encuentros hasta parec