Tej.
La cabeza estaba por estallar debido al dolor, me había pasado de copas con mis amigos. No recuerdo ni como llegué a mi apartamento, pero reconocí mi cuarto.Masajes en mi sien no funcionaron para apaciguar el agudo dolor. Bebí el agua suficiente para dejar de sentir que la garganta la tenía agrietada. Me di un baño y tomé las llaves de mi segundo auto para ir a la oficina.Rogando porque esta vez no lo tuviera que mandar a un taller por culpa de alguien imprudente. Conduje hasta el sitio donde mi asistente acordó la cita con mi cliente. Estando en el sitio cuando llegué, creí que mi reloj fallaba, pero lo justificó con que sabía que era conocido por siempre estar a la hora y no dejarme esperando. Otro motivo para aceptar representarlo.Me expuso su caso, tardando toda la comida para entenderlo aunque me quedaron dudas que no pudo responder por su falta de tiempo. Luego de eso me trasladé a la oficina para comenzar a revisar correctamente lo que me había dado.Mi asistente tenía todo organizado para la tarde así que no me preocupé más que por regresar al apartamento a poder dormir y que la jaqueca se fuera.Tenía suficiente de ella. Antes de cerrar los ojos para poder dormir mi celular vibró, no le presté atención ya que no estaba en horario de trabajo y debía reponerme del cansancio, contrario a lo que creí, vibró una segunda, tercera, cuarta y quinta vez.No se detuvo, hastiado lo tomé para revisar la bandeja de entrada y saber si hubo un muerto o algo similar para la insistencia de quién enviaba los mensajes, no era más que el contacto de la compañía busca citas. Lo había olvidado, la selección de posibles citas no la tenía, tampoco me preocupé por hacerlas, ya que en verdad al principio solo fue una prueba cuando en realidad en mi teléfono tenía opciones. Muchas de ellas acudirían a mí con solo llamarlas.Aún así contesté el mensaje diciendo que no necesitaba de sus servicios. La experiencia no fue grata por ello declinaba su ayuda.Una llamada llegó a mi celular. El mismo número, al parecer debía decirlo de boca a boca.__ Disculpe señor Burton, creo que no comprendo lo que quiso decir. - la oí maldecir por lo bajo. - Dígame ¿cuál fue el problema para que no quiera nuestros servicios?__ No estoy interesado. - declaré para que me dejara dormir. - Es la única razón.__ ¿Hubo algún problema? - consultó. - Podemos mejorar el servicio si presentó alguna dificultad para usted.__ Ya sabe cual es la razón por la que no me interesa. - gruñí recordando los cortes que tenía a causa suya. El golpe que le dio a mi auto saldrá muy caro.__ Quedamos en no mezclar el trabajo con...__ Lo siento, pero no puedo pensar mientras mi vehículo está en el taller siendo reparado. - lo exageré un poco, pero esa mujer me cayó muy mal desde el inicio. No podría soportarla un solo día cerca.__ Ya dije que pagaré por ello. No sea tan...lo lamento. Puede reconsiderar la idea.__ No. - corté la llamada de nuevo. No eran horas para discutir con tremenda loca.Una llamada más entró, pero bloqueé el número, y apagué el teléfono para no volver a escuchar esa voz tan molesta.Desperté con toda la paz que el universo me pudo brindar, por ello conduje con música de fondo al despacho donde el en elevador encontré a Aiden, quien saludó con un movimiento de cabeza.__ Te ves más relajado hoy. - comentó con desconfianza. - ¿Ocurrió algo bueno al fin? hace dos noches te quejaste de todo con George y conmigo, ahora hasta sonríes.__ Será porque corte esa parte molesta de mi vida. No sería para siempre. - las puertas se cerraron en lo que recalqué mi paz en mi actuar.Encargué a Lety, mi asistente llamar al cliente del caso del día anterior quedando de desocupar una hora en los próximos minutos para estar a tiempo en la cafetería de enfrente del bufete.Me limité a seguir con el trabajo hasta que Lety me indicó que había llamado diciendo que en diez minutos estaría llegando, por ello pasé frente al cubículo de Isabella para entregar el caso que podía interesar a Aiden, saliendo minutos después.Bajé del elevador en completa tranquilidad, hacía un sol reluciente, un buen clima para mi gusto. Por ello solo silencié el teléfono para no ser molestado durante la reunión. Crucé la calle, pasando a lado de un auto, miré la entrada de la cafetería a tiempo que la puerta del vehículo golpeó mi espalda al tirarla con fuerza.__ ¿Que carajos...No de nuevo. - pellizqué mi entrecejo intentando no perder mi calma, pero la mujer que tenía frente a mí no me daba eso en absoluto.__ Lo siento, no fue...__ No fue su intención. Ya lo sé. Lo que quiero saber es... No, no quiero saberlo. - me giré para darle la espalda.__ Señor Burton, espere. - me siguió mirando hacia atrás. - Espere un segundo, no quiero dejar a mi hijo ahí.__ No tengo que esperar nada. - seguí mi camino, entré a la cafetería y me senté en una mesa pidiendo una taza de café negro, sin azúcar, que quizá lo empeoraría todo, pero a este punto necesitaba un analgésico más que todo, esa mujer causaba dolores de cabeza todo el tiempo.No la quería cerca por nada del mundo.Miré mi reloj, faltaban tres minutos aún, si no llegaba en ese tiempo me iría. Flexible nunca era, odiaba la impuntualidad en todo aspecto de mi vida.Tomé un sorbo de café cuando me lo trajeron, observé la puerta viendo a mi cliente entrando. Salvado por la campana, me dije.__ Verá, mi esposa quiere darme el divorcio, más no cederme la custodia de mi hijo. - comunicó lo que no entendía en realidad. - Por ello quiero demandarla para que un juez la obligue a hacerlo.__ Maltrata al infante. - deduje. Negó.__ No creo. - simuló pensar. - Aunque se puede usar en una audiencia si no me equivoco.__ Las cosas no funcionan así. - decliné su propuesta. - Si no me dará algo verídico, no lo usaré como base para poner la demanda.__ Podría doblar el pago de...__ Señor Burton, no quiero interrumpir, pero quiero hablar de nuestro asunto. - dijo esa voz que hizo que apretara el puente de mi nariz.__ ¿Otra vez usted? - mascullé con desagrado. - ¿Acaso no ve que estoy ocupado?__ Sí, lo entiendo. Pero usted hizo un...__ ¿Irene? - observe al sujeto frente a mí en cuanto realizó la pregunta. - ¿Que haces aquí?__ Rubén. - pasó saliva y su semblante cambió. Ya no existía la seguridad de antes en la mujer que cargaba al bebé quien jugando con sus manos se entretuvo.Se veía asustada. Mas que eso, el terror cubrió su rostro pálido.__ ¿Cuando volvi...__ ¿Se conocen? - interrogué solo para confirmar.__ Es mi esposa. - manifestó con la mandíbula endurecida.__ Ex esposa. - corrigió ella.__ Te recuerdo que aún los papeles no se han firmado.__ Pero lo harán pronto. - contestó, retrocediendo cuando este se incorporó. - No te acerques.__ Solo quiero ver a mi hijo.__ No. - puso la mano al frente. - No quiero que te acerques a él tampoco.__ Es mi hijo.__ No pensaste en eso cuando...__ Son asuntos aue podemos tratar en la casa, no en público. - reiteró él.__ Esto no me compete. No voy a tomar el caso. - descarté de tajo.__ Firmamos un acuerdo.__ En el cual se especifica claramente que antes de la audiencia puede revocarse. Considérese notificado de la anulación. Con permiso.__ ¿Cuál es la razón por la que no quiere tomar el caso? - cuestionó Rubén Alcázar. - Debe haber una para ese cambio tan repentino. - nos miró a ambos con sospecha. - ¿Tiene que ver con ella? ¿Que hiciste ahora?Me fijé en la gestualidad de Irene, quien se vió realmente nerviosa. Dió dos pasos atrás estando a la defensiva.__ No hizo nada. - capté su interés. - Solo recordé que ya tengo uno que absorberá mi tiempo y no podré darle la atención adecuada a su caso, señor Alcázar.Pasé enmedio de ambos.__ No trabajo jamás en algo que no podré cubrir a cabalidad. - me despedí cruzando la puerta que abrí indicando a Irene que saliera primero.__ Necesito hablar con mi esposa. - recalcó Alcázar con la mirada fija en ella.__ Si no escuché mal, sería ex esposa. Ella vino porque tenemos asuntos que tratar y tengo prisa. Así que si quiere que resolvamos todo antes que mi tiempo se termine, sígame.Alcázar me vió con clara molestia, me estaba metiendo en cosas que no me competían, pero un impulso actuó por mí.Ignoré su reacción, dejando notar mi falta de interés en como le caía mi intromisión.Seguí a Irene a su paso, sintiendo los ojos del padre de su hijo siempre sobre mí. Separándome de ella, cuando llegamos a su auto.__ Señor Burton, siguiendo con el tema de...__ No quiero hablar de eso. - decliné de inmediato. - No me interesa en lo mas mínimo retomar esa situación. Si le dije eso fue porque detesto la violencia y el temor que crean en sus víctimas.__ Yo no...__ Deje de mostrarle temor y haga la denuncia. - aconsejé. - Entre mas miedo le muestre a su ex pareja, mas poder tendrá sobre usted.__ Es el padre de mi hijo. - tantas veces había escuchado esa excusa antes que no me sorprendió saber que era la suya.__ El cual no está planeando quedarse sin su hijo.- le hice saber, perdiendo la ética que mantuve por años. - Si no toma cartas en el asunto, perderá mucho más que solo su seguridad económica.Me di la vuelta para cruzar la calle.__ Por eso, pido una nueva oportunidad para que su llegada a nuestra compañía se de su agrado. - aprovechó, evadiendo el tema. Sucedía siempre en estos casos. Nosotros le decíamos metodo de autodefensa. No aceptarlo. - Prometo que no se va a arrepentir.Negué solamente.__ Hagamos un trato. - propuso.__ ¿Que trato? - me interesé.__ Si no le consigo pareja o alguien que se ajuste a sus gustos en dos semanas, lavaré y limpiaré su coche cuando lo traigan del taller, cada día por un mes a cambio de una reseña muy favorable. - ofreció.__ ¿Porqué haría tal cosa? - me extrañé.__ ¿Que dirá cuando le pregunten por nuestra compañía?__ Siempre soy sincero. No comentaré lo que pasó, pero tampoco diré que es tan bueno como dicen. - fui directo.__ Si le consigo pareja en el tiempo estipulado, cuando su relación se oficialice usted dirá a los medios que se conocieron por medio de nosotros, eso nos servirá como publicidad y ganaremos los clientes que hemos perdido y muchos más.- explicó y entendí a qué quería llegar.__ ¿Porqué es tan importante? No soy el unico cliente que puede hacer eso. - refuté.__ Pero si el que cuenta con suficiente influencia en muchos de sus seguidores y conocidos. - declaró. Pasó a su hijo de un brazo al otro y extendió du mano libre. - ¿Trato?Miré su mano con dudas. No era gran ganancia la que obtendría, pero si por tantos incidentes con ella de los cuales aun no me curaba, la vería pagando por ellas, valía la pena. Además, me ahorraría pagar por ello.__ Trato.- tomé su mano, cosquilleó con solo su toque, se lo atribuí a la emoción por saber que le pondria trabas y hacerle pagar por sus atropellos.Irene Me di a la tarea de crear los escenarios mas hermosos, tomando como base los gustos de cada uno para así comenzar con las citas.La primera era una amante de las flores de color rosas, por ello me encargué de conseguir de todo tipo siempre de ese color para colocar en las mesas y todo el espacio donde la cita se daría. Mi cliente llegó y por ello me retiré para darles el espacio en el sitio que los retendría por un buen rato o eso creí, pero me equivoqué ya que diez minutos después la mujer salió enojada. La escuché hablar por teléfono alegando que no encontraría al amor de su vida jamás ,ya que el hombre de su cita era homosexual. No pude ocultar mi sorpresa. Eso no era verdad. Me constaba que no era cierto, porque...Había razones para creer que no lo era. No sabía cuales, pero estaba segura que le gustaban las mujeres. Hice otra búsqueda entre las cuatro que eligió. La contacté y arreglé la cita. __ ¿Nuevo intento? - Tej Burton se acercó con una bolsa de maní en las mano
Tej.__ Dicen que has ido a citas estos últimos días. - dijo Marina con curiosidad en lo que cargaba a mi sobrina. ¿Ya encontraste a tu alma gemela? __ No soy tan soñador. - refuté.__ ¿Entonces a qué vas? - indagó con su otro hijo en brazos. __ A cenar con...Dejé a medias mis palabras ante la respuesta que en automático había salido.__ ¿Con quién? - quiso saber Marina.No podía ser verdad. No tenía que caerme bien Irene. Me golpeó con todo lo que pudo y encontró en el camino. No podía pensar que me caía bien. __ Con nadie. - sentí sus ojos sobre mí todo el tiempo. Como si mi respuesta no la haya creído, pero yo tampoco podía creer que eso hubiera salido de mi boca.No iba a cenar con ella. Mi principal motivación era tenerla como la persona que lavara mi auto y así poder verla más tiempo del...¿Que demonios estaba pensando? Detuve el auto para cuestionar mis propios pensamientos. ¿Que le ocurría a mi consciencia?__ El estrés te tiene muy mal, Tej. - me dije aflojando mi corb
Irene.Un hormigueo cubrió mi boca, mi sangre fluyó con una lentitud que sentí miedo, pero no me alejé del hombre que me miró como si estuviera deseando la más deliciosa fruta de la vida. Así me sentí al oler la loción de Tej sobre mí, como si quisiera comerme la fruta del pecado. Este inclinó un poco su cabeza, rozó sus labios con los míos y no supe si moverme o alejarme. Se sintió tan bien que quería hacerlo de nuevo, pero este solo siguió oliendo, para luego atrapar mi labio inferior con los suyos, no retrocedí cuando mis piernas se sintieron de gelatina.El beso fue fugaz, dejándolo así antes de alejarse. __ Sabes a lo que creí. - dijo y no pude hablar. ¿A que sabía? ¿Café y tarta de manzana? Porqué eso era lo que había pedido en la cafetería. En el camino me vio con picardía, la lengua se me había adormecido de pronto. No podía hablar y cuando se fue, luego de dejarme, solo dije un "gracias" sin sentido, solo un susurro que este correspondió con un asentimiento de cabeza. ¿Qu
IreneMirada fría, mordaz y templaria. Eso era lo que definía a Rubén en el momento en que se acercó a mí. El hombre de hielo era de quien huia, a quien con solo ver tenía la determinación de huirle. Quería correr sin embargo mis piernas no me lo permitieron, convirtiéndose en plomo, plantándose frente a aquel hombre que me daba terror hablar con alguien más. Por mucho tiempo justifiqué con que era el estrés de su trabajo lo que lo hacía ser violento conmigo, estando embarazada lo ratificó diciéndolo en voz alta cada vez que su palma se estrellaba en mi cara.__ Te lo pido, por favor. - terminé suplicándole. - Vete. No merezco que me sigas así. Ya no, Rubén. __ Yo decido cuando esto se va a detener. - refirió con sus dedos cerrados en mi mandíbula. __ Yo decidí cuando se iba a detener. - le hice frente, no podia dejar que el miedo por él se adueñara de mi cuerpo. Eso era lo que disfrutaba y me negué a darle mas gusto en ver como destruía mis sueños a base de sus abusos.Lo mejor er
Irene.Llegando al lugar miré que la mesa tuviera lo que había pedido. Las copas con detalles que a la chica le gustaban, una vista increíble y velas alrededor para darle más intimidad al momento.Llegarían pronto así que arreglé mi imagen, no debía verme mal. Dejé a mi hijo en el auto, profundamente dormido me aseguré que el aire natural lo recibiera. __ Si nos hubiera dicho, estaría aquí alguien que cuide a su hijo mientras usted disfruta de su cita, señorita. - mencionó el mesero ayudándome a quitarme el abrigo. __ No, no soy yo la de la cita. __ Disculpe la confusión. - sonrió con amabilidad. - Pero al verla creí que sí.No quise ponerme a discutir eso con nadie, así que solo le di las indicaciones que debía seguir. Cuando el auto de el abogado apareció suspiré, solo faltaba la chica, me dije. Se quitó los lentes con tranquilidad, observó el sitio y le dió un visto bueno, al tiempo que su pulgar se elevó. Eso era bueno, supuse. Si le había gustado al "defíneme tú" a ella iba
Tej.__ ¿Donde quedó el "yo no dejo que nadie me caiga encima"? - consultó Aiden. - Si mal no recuerdo hasta hace unos días decías que eso jamás pasaría. __ No olvides el "no me pareció bonita, ni la quiero cerca de nuevo" - le siguió George. __ Sigue en pie. No la quiero cerca. - manifesté con simpleza. __ Tus citas saboteadas no dicen lo mismo. - se burló el arquitecto. - Siempre terminas cenando con ella. Sales y la encuentras. Si la ves a la salida de aquí es algo que no debería extrañarte. Parecen imanes. Es hora de hacer apuestas.__ ¿Cuánto tardará en caer en mi cama? ¡Que maduros! - irónico solté. __ Eso no. Me refiero a apostar sobre cuánto tardarás en cambiar tu respuesta cuando te preguntan ¿que está pasando con la casamentera? - se burló con una risa que quería borrar. __ Le pongo tres meses Miré de mala forma a Aiden. __ Se supone que son mis amigos.__ Es exactamente lo que estamos haciendo. - se defendió George. - Porque no sé tú, pero esos encuentros hasta parec
Irene__ Más flores para la mujer más difícil de complacer en la vida. - dijo Rosy llegando con un florero, solo que esta vez no eran petunias, sino margaritas. - Cambió de estrategia. Eso le da un punto.__ Puede enviar de oro y seguirán el mismo camino que las demás. - manifesté tomando las flores para llevarlas al basurero donde las lancé. - No quiero que vuelvas a recibir un solo ramo. Que las dejen en la calle, las revenda o quédate con ella, pero no las quiero de nuevo en mi escritorio. - gruñí con enojo. - O mejor vierte gasolina en ellas y lanza un cerillo.__ Hey, hey. Bájale un poco a tu tren, chica. - exclamó con las manos al frente. - Estás más irritada hoy. ¿Quien te hizo enojar? Creí haber escuchado que la cita salió tal y como querías, no entiendo tu enojo. Solté una bocanada de aire. Volví a llenar mis pulmones y solté el plumón que tenía entre las manos. En verdad estaba molesta, aunque ni yo entendía porqué. Solo sentí esos retorcijones en el estómago que quemaron
Irene__ ¿Lo disfrutas, no es así? - hablé más de cerca. Tej se sorprendió al ver mi actitud, siendo quien se acercó más a él. - Te gusta ver nervios en tus objetivos, ser quien los causa. - rocé sus labios. - Te gusta descontrolar, causar desbalances y verlos de cerca.Sonrió con descaro. __ ¿No es el caso? - negué. __ No me causas ni cosquillas, Tej Burton. - descarté su idea de ser el perfecto conquistador al que no se le iba ninguna. Si el podía mover su piezas, yo sabía como abrirme paso en el tablero. Siendo más lista si lo quería, siendo la pesadilla que él quería evitar. __ Eso no es lo que dice tu cuerpo.__ ¿En serio te agarras de una simple reacción fisiológica para asegurar algo? ¡Que buen casanova! Te aplaudiría, pero no quiero. - su rostro se descompuso. Vi sus labios, tan apetecibles y a la vez queriéndolos lejos, tanto como se pudiera. - Nos vemos en tu cita. De seguro ya la tienes ¿no? ¿La chica del restaurante tal vez? __ Podría ser. Pasé una velada muy tranquil