Capítulo Cuarenta y ocho
Amelia sintió que se le estrujaba el corazón al oír las palabras de Alexander. Una mezcla de tristeza y conmoción la inundó de lágrimas. Se llevó las manos al vientre, como buscando la confirmación de aquella pérdida irreparable.

Benjamin se acercó y le puso suavemente una mano en el hombro en un gesto de consuelo. El dolor y el vacío parecían consumir a Amelia mientras intentaba asimilar la noticia.

- Lo siento mucho, Amelia. Ojalá pudiera hacer algo para cambiar esto, para evitar este dolor que sientes. Era nuestro bebé. - dijo Alexander con la voz entrecortada y le cogió la mano.

Amelia lo miró, con la mirada llena de tristeza e interrogantes. Sentía como si el mundo se hubiera derrumbado a su alrededor. La esperanza y la alegría que habían llenado sus días durante los últimos meses habían sido arrancadas cruel y bruscamente. Y lo que era peor, justo cuando pensaba que Barth ya no podía hacerle más daño, le arrancó lo único que quería, lo único puro que le había dado, ese bebé.

Natalie Jones

¡Hola Lectores! Estamos llegando al ecuador de nuestra historia y me gustaría saber qué os parece. ¿Os gusta? ¿Qué piensas de Amelia y Alexander? ¿Creéis que falta algo? Espero vuestra opinión. <3 Y seguid comentando, ¡me encanta leer vuestros comentarios en los capítulos! Un beso muy fuerte, Natalie Jones.

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