Capítulo Sesenta y cuatro

Minutos después, Alex y Amelia estaban sentados semidesnudos en el suelo de la cocina, jadeando después del sexo.

Ella miraba pensativa al techo mientras él la llamaba un par de veces. Amelia tardó unos minutos en darse cuenta y miró a Alex.

- Estás demasiado distraída. - dijo él. - ¿Ha pasado algo? No es que me importe ser tu juguete sexual. - Contestó divertido.

- Hoy he recibido una invitación para un acto en la universidad. Una velada poética. - Empezó a decirle ella. - Pero no sé si debería ir.

- ¿No deberías o no quieres? - preguntó con curiosidad.

Amelia se quedó callada, pensando.

Finalmente, Alexander se levantó y le tendió la mano, que se levantó con su ayuda.

- ¿Qué te parece si nos damos una ducha y luego me cuentas qué pasa? - sugirió.

Ella aceptó, recogiendo las bragas rotas del suelo y la americana de él.

En cuanto llegaron al cuarto de baño, se quitaron el resto de la ropa y se metieron en la bañera. Tumbada sobre el pecho de Alex, le habló de la velada, de la invita
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