Capítulo 3

 

En la mansión Georgiou, Augusto, el abuelo recibía a Gael con su traje para la boda, el viejo gozaba de su propia astucia porque de alguna manera obligaba a su nieto a tener familia.

Realmente el heredero era feliz siendo libre, no quería una esposa, pero para su abuelo era necesario, el rico heredero llevaba una vida desordenada entre mujeres y nada tomaba en serio, solo sus negocios,  sin embargo entendió perfectamente que su abuelo lo comprometió con el fin de tener a la nueva generación que calmaría sus desasosiego por verlo tan solo en la vida desde la muerte de sus padres.

El altivo Gael Georgiou, de momento pareció perderse entre la malicia de un pensamiento que le atrajo una inquietante fascinación por el recuerdo de Irina Williams, pero el abuelo lo sacó de contexto.

__Tu elección es perfecta, así como es  Anabella era tu madre, una digna y encantadora mujer, aprobé de inmediato la relación con tu padre y ve que eres el fruto de ese gran matrimonio.

__ ¿Mi padre estaba enamorado cuando se casó? – preguntó Gael mostrando seriedad - Creo que siempre podemos diseñar un plan de vida, así como se hace en los negocios. Dime abuelo, ¿mi padre amaba realmente a mi madre?

__ Sí Gael, la amaba…¿Por qué la pregunta?

__ Anabella está bien para mí abuelo, en tan solo horas seremos marido y mujer…__ Y nacerá mi sucesor…

__Tu heredero Gael, los Georgiou tendrán destinos, y lo que es mejor, unido a los Bianchi el poder será superior. Haz tomado sabias decisiones como todo un Georgiou.

El viejo le dió palmadas en la espalda sintiéndose orgulloso, y Gael Georgiou sonrió de manera altiva ante la aceptación de quién lo educó a su propia semejanza.

Sin embargo en soledad el heredero trajo nuevamente a su recuerdo la imagen de Irina Williams, y como si espantara su pensamiento espetó.

__El abuelo tiene razón…Anabella es la indicada para ser mi esposa y madre de mi heredero.

***

Irina Williams se mantenía en su habitación, cabizbaja e infeliz en un pensamiento profundo, ese día era de fiesta. Debía obedecer y permanecer alejada de los Bianchi.

Extrañaba horriblemente sus días en el colegio de señorita, realmente los añoraba, más aún sintiéndose en constante soledad.

__Tiempos que no volverán -se dijo así misma en una profunda melancolía - ¿Cuando pasará todo esto? - se preguntó y cerró sus ojos como si tratara de poner en blanco sus pensamientos.

La puerta se abrió repentinamente y al levantar la vista,tenía en su frente a la misma Amaranta;  su madre.

Ella volvió a cerrar sus ojos e inclinó su cabeza como si nada estaba pasando, quería evitar escucharla, nunca ha tenido un buen discurso que Irina ame.

__Irina, es bueno que te mantengas en obediencia -el silencio hacia notar un pequeño eco cerrado- Lorenzo ha sido noble en aceptarte en casa, la calle es un peligro para una jovencita como tú, solo quieres que...

__Que me oculte, lo sé. Eso hago...madre, la calle es menos peligrosa para mí que su esposo, pero usted lo amas a él, no a mí. Nunca he competido por ese cariño suyo que me mantiene en cautiverio.

__No es cautiverio, ¡Qué cosas dices Irina! - sonrió nerviosa y sorprendida al escucharla, había pasado el tiempo y la señora Bianchi no se esperaba sus respuestas-  Tienes todo para ser una chica feliz.

__En cautiverio madre nadie es feliz, madre,  los barrotes los puso usted y los grilletes en los pie ya me apretan, he crecido.

__Aquí lo tienes todo Irina, solo no salgas cuando está mi marido. Él no ve con buenos ojos tu presencia en esta casa.

__Madre...

__No digas nada más por favor...no entiendo tu actitud, no eres así... Irina, un día comprenderás... sé que tienes una vida y tal vez un día conozcas el amor y te casarás, tendrás hijo...

__Nunca tendré hijos, madre.

__Eres aún muy joven, no lo sabes aún - sonrió esquiva Amaranta- el tiempo lo dirá todo.

_No tendré hijos, madre. Temo sentir por alguien que Nazca de mí, lo que usted me haces sentir a mi, sin embargo tienes razón, soy muy joven y creo que te evitaré molestias con tu marido, su verdadera  hija hoy se casa, un sueño es esa boda para Anabella, ojalá sea feliz, ella sí que tiene fortuna, tiene dos madres, la del cielo, y usted. Sí de alguien  has sido madre es de ella.

__No te he desamparado Irina, nunca nada te ha faltado...

__Me ha faltado una madre...y un padre, pero estoy agradecida de Dios que no sea el señor Bianchi - rió en seco- no crea usted que es un buen hombre, es malo.

__¡Cállate! ¡No hables así...no lo conoces!

__¿Madre, puedes dejarme sola, por favor?

__ Irina...

__No quiero que usted esté cerca de mí, pero la única forma, es que sea usted que salga de acá, Yo estoy en cautiverio de la obediencia, es una cadena de circunstancia que ya casi se desgasta...vete ya madre.

La mujer la observó activa notando la dureza de sus mejillas y sus lágrimas correr, pero se mantuvo erguida como si no le doliera lo que sufría su propia hija.

Amaranta volteó buscando la salida e Irina soltó su abogado llanto, se sintió perdida, no amada y eso empezaba a sembrar un desconocido sentimiento en su alma.

...

Delia estaba impaciente entre los tantos quehaceres del momento, pero miró a Amaranta parada en su frente.

_Señora...

_Sígueme Delia.

Amaranta caminó hacia el jardín, se alejó hacia el jardín, y volteó a mirar a Delia con preocupación.

__¿Pasa algo señora?

__Pasa que Irina se me quiere revelar, jamás había sido tan atrevida...necesito que la vigiles, es una chica muy inteligente, habla como si tuviera más edad de la que tiene, pero no conoce el mundo real, la calle es un peligro para ella, tú lo sabes Delia. -el silencio de la mujer fue un detonante para la señora Bianchi- ¿No dices nada?

__ Estaré pendiente de la niña, señora.

__Delia, tú lo sabes todo. Sabes que es lo mejor para ella, Irina...no puede revelarse en mi contra, eso sería...algo terrible.

__ Es posible que sea una cuestión del momento, ella siempre es obediente, muy temerosa, estoy segura que todo se tornará normal, creo que es por la fiesta, bien sabe usted que a esa edad ellos quieren descubrir el mundo, ella no es la excepción.

__Eso espero -dijo la mujer aún manteniendo la preocupación- no la descuides, esté atenta, no quiero sorpresa de esa jovencita..

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