Capítulo 5

Irina Williams palideció al sentir la mano del heredero sostenerla, mientras éste parecía disfrutar a placer al  ver el miedo en su mirada y sentir que ella estaba a su merced.

__Volveré a casa -dijo temblando- prometo no salir más....es que mamá no sabe, ella se molestará conmigo...¿usted no le dirá, verdad?

__¿Por qué no estás en la fiesta? - preguntó el heredero, y ella hizo un profundo silencio- ¿Te ocultan, no es así?

__¡No, claro que no, no me gustan las fiestas...son aburridas...y ésta es horrible...- mintió aún escondiendo más su rostro.

__Sé que eres Irina Williams, la hija de Amaranta, hermanastra de mi esposa. ¿Algo más que saber?

__Debo volver...era dar un paseo, solo eso.... ¿No dirá usted nada, verdad? Al fin y al cabo ¿Qué le importa? No es problema suyo.

Gael Georgiou se acercó  haciéndola temblar aún más, ella volteó para huir y nuevamente fue prisionera por la mano.

__Le contaré al señor Bianchi y a su mujer que quieres escapar de casa, la calle es peligrosa para una chica, y sí, tienes razón, no es mi problema, pero igual le diré.

__¡No, no le diga -temió e hizo para soltarse, pero al ver que era inútil ella continuó planificando su defensa- solo déjeme ir, volveré a casa, está usted loco...si le dice, diré.... que me quería sacar información, que pregunta mucho y que... es un....abusivo.

Gael Georgiou reía sin parar ante los débiles argumentos de Irina.

_Eres una chica muy loca, y además tonta, deberías de hablarme, contarme eso que ocultas. -la soltó y ella lo miró  fijo.

_No diga nada al señor Bianchi, él no es bueno, yo solo quería dar un paseo por acá mismo.

_¡No es cierto lo del paseo, mientes! -continuó riendo el heredero y ella volvió adentro corriendo, pasó como un relámpago por la cocina y la señora Delia la vió, no pudo evitar preocuparse y la siguió.

__¿De dónde viene señorita? ¿Qué hacia afuera y con ese morral?

__Para qué le digo si lo sabe, quiero irme de acá, no volver nunca más a esta casa y....

__Señorita...por favor, no lo haga -interrumpió la buena mujer preocupada- Trate de entender que su madre solo quiere lo mejor para usted...

__No es cierto, en qué me favorece su abandono, cómo puede permitir que el señor Bianchi me maltrate, trato de comprenderla pero no puedo, un día voy a odiarla lo sé...un día terminaré odiando a Amaranta....

Las palabras de Irina Williams ya no se contenían, parecía ingenua, una niña aún, pero su alma no resistía, sabía que debía callar pero una rebeldía se adhería a su espíritu.

__Hable con la señora, dígale lo que siente...ella sabrá escucharla y quizás tenga una solución, es posible que...

__¿Qué...? No calles...¿Sabes quién es mi padre...? Si yo supiera, fuera por él...

__No, nooo, pero cómo se le ocurre...

__¿Cómo? ¿Lo conoces...o no?

__¡No señorita, no lo conozco, tu madre tendrá sus motivos...

__No sé ni por qué le digo, usted solo la quiere a ella, son iguales -dijo molesta y la mujer sintió su pesar.

__Señorita...

__Déjeme ya, yo no le importo a nadie, nunca ella iba por mí, siempre recogí migajas de cariño de las madres de mis compañeras, siempre fuí la pobre niña abandonada...hubiese preferido que alguien me adoptara...

__Pero...

__Vaya y dígale, igual qué importa...a usted tampoco la quiero, solo son ustedes.

Irina Williams se metió a su habitación tirando el bolso y sentándose cabizbaja con las manos en la cabeza recordando con temor al millonario Gael Georgiou.

__Ojala no diga que me iba a escapar...es extraño y guapo, no sé cómo se casó con Anabella, bueno esos dos son iguales...

...

Gael Georgiou regresó a la fiesta, vió a Amaranta disfrutando de la decoración mientras tomaba un hermoso lirio.

Se acercó procurando alcanzarla sin llamar su atención.

Ella lo miró y sonrió haciéndose familiar, pero el millonario no sonrió solo tomó una bebida y simulando le dijo.

__Su hija Irina quiere escapar de casa, por suerte la devolví. No sé cuál sea el problema, pero es una chica y la calle es conflictiva.

__¡Qué pena señor Georgiou...gracias, no comente con mi esposo por favor...

__¿Pena y no comentar? ¿Solo eso...? ¿No teme a lo que  le pueda ocurrir a su hija?

La mujer calló al ver venir a su esposo, el señor Bianchi tenia un descontento en su rostro.

__Veo que conversan y mi hija está alejada y sola.

__Le preguntaba a su esposa por el tipo de flores que le gustan a mi esposa, mañana será un excelente día...

__Me imagino que le dijo, que a mi hija le gustan las rosas rojas, tan rojas como Carmesí -el señor Bianchi rió, no pudo disimular su encantamiento.

__ Sí, las mujeres adoramos las flores señor Georgiou, Anabella ama las rosas rojas...mi esposo trae siempre para las dos.

El hombre sonrió y enseguida su esposa lo alcanzó con una gran sonrisa de chica mimada que lo tiene todo.

__Vamos a retirarnos, tenemos tarea por hacer -dijo Gael Georgiou sin ninguna simpatía- Creo que pronto complaceremos al abuelo, vamos Anabella.

Ella accedió pero antes recibió todo el cariño de sus padres.

...

Ante la retirada de los nuevos esposos, el señor Bianchi fue con sus invitados y mientras mantenía una alegre y amena comunicación, Amaranta abrió la puerta de la habitación de Irina.

__¿Irina, cómo es eso de que saliste de la casa? -preguntó viéndola parada en la pequeña ventana- Pudo verte mi esposo,  que no sé qué es peor, eso de que el señor Georgiou te haya visto. -la chica no se movió e hizo caso omiso, parecía aislada ante su madre- No puedes actuar así, siempre has sido una niña obediente. Dí algo Irina...no crees que es una actitud inmadura de tu parte ser desobediente ante  lo que te he pedido...

_No me entiendes, no me quieres y no te importo, por eso siempre he estado sola, siempre me he preguntado porqué no me distes en adopción, al menos alguien me hubiese querido...

_Yo te quiero Irina, hija...a veces la vida nos pone en situaciones difíciles...

_¿Cuales mami? -preguntó secándose las lágrimas- Yo te veo abrazar y querer a Anabella, la amas...no me molesta, ella necesita una mamá como yo necesito un papá, ¿Por qué tú esposo me odia? 

El silencio de Amaranta fue notorio, lo pensó antes de responder.

_Los hombres son distintos a las mujeres, nosotras somos más dadas...cariñosas.

_Conmigo no lo eres, yo quiero continuar estudiando, déjame ir a la universidad...prometo seguir obediente  como antes, si lo haces seré buena, no como ahora.

_Lo pensaré, estaré pendiente....

Irina se despegó de la ventana y fue y se acostó en la cama ocultando su rostro. 

Amaranta se acercó con su mano queriendo tocarla, pero se detuvo y la cerró. Salió de inmediato de la habitación.

***

Gael Georgiou salió enfurecido de la cama, Anabella trató de detenerlo, pero su fuerza la hizo caer en la cama.

_¡No puedes ponerte así mi amor! -dijo su esposa llorando- No te ofendas...por favor -rogó y suplicó-  Hoy en día es normal...

_¡No es normal para mí, Anabella...tu padre, ese maldito dice que desde niña he sido el amor de tu vida y resulta que yo me caso contigo por el heredero, pero también porque según eras virgen, y no...tu padre es un idiota e infeliz, me han engañado!

_Mi padre no lo sabe, por favor, no me trates así...son cosas que pasan, yooooo....

_¡Es un engaño, detesto el engaño! ¡Tu  mentira te costará! ¡Anabella...jamás me hubiese casado contigo de haberlo sabido, y todavía hiciste el ridículo con ese horrendo vestido blanco, en su momento, lo creí exagerado para una boda civil, pero por creer que en verdad eras inocente, hice caso omiso...

El hombre abandonó la habitación, Anabella lloraba con desconsuelo, no entendía el porqué de su molestia cuando en pleno siglo veintiuno, no hay ese tipo de discriminación hacia la mujer...

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