Alanna.

—¿Y bien? ¿Qué has aprendido de lo que te he dicho? —interrogó Dorian.

Él estaba sentado frente a mí en una mesa con sombrilla que tenía en su patio. Encima, habían varios libros abiertos suyos que explicaban de la existencia de algunas criaturas sobrenaturales.

Me mordí el labio inferior.

—Hay vampiros que fueron expulsados de sus clanes, goblins, demonios como los que me encontré y brujas que se especializan en la magia negra —Conté con mis dedos.

—Perfecto —alegó—. La única manera de defenderse es peleando, aunque también existen talismanes para evitar que ellos se interesen en nosotros.

—Ya me has dicho que se te agotaron —intervine.

—Tranquila, es posible que me lleguen más en unos días... Lo traerá alguien de mi manada, pero recuerda, ni se te ocurra preguntarle nada —Llevó su dedo índice a su boca.

—Te recuerdo que mi prioridad es saber el paradero de mi hermano —Me encogí de hombros.

Por mucho que me diera curiosidad saber por qué ocultaba tanto a su manada, eso solo i