Alanna.Había pasado un día y me desperté sobresaltada porque había soñado que seguía peleando con Umbra.Restregué mis ojos y miré el techo de la habitación, era el área médica del pueblo, que quedaba al lado de la cabaña de Krista.—Alanna, has despertado —La voz de mi padre me tranquilizó.Él estaba en la camilla de al lado, con una amplia sonrisa y renovado, aunque había un par de vendas en su pierna. En mi caso, yo tenía una férula.—Padre, ¿estás bien? Mamá debe de estar preocupada... —Me senté.—Créeme, estará feliz cuando regrese junto a Bryan —expresó.—¿Y cómo hará si encontró a su mate?—Me la llevaré conmigo —habló mi hermano, atravesando unas sábanas que hacían de pared—. ¿Por qué?Abrí los ojos con sorpresa.—¡¿Te vas a llevar a Sofía?? —cuestioné, impresionada.No pensaba que fuera a hacer eso. Creí que él iba a quedarse en la manada, pero me equivoqué. Significaba que tendríamos que separarnos, ¿no? Porque como Dorian era el alfa, yo debía quedarme con él.Mi mente esta
Bryan.Estaba caminando por los alrededores del pueblo. No conocía a muchas personas, ya que llevaba poco tiempo en ese lugar, pero me aseguraba se saludar a la mayoría.Mi intención era buscar a Sofía, necesitaba tener una conversación profunda con ella después de tanto ajetreo que nos impedía vernos.No imaginé que la diosa me diera la oportunidad de un segundo amor.Pateé una piedra, y ahí la vi a ella, aunque estaba hablando con otra mujer. Supuse que eran amigas.—No hiciste nada para salvar a los que murieron en vano, yo me lastimé y estuve a punto de morir, ¿por qué tienes que ser tan débil? —La mujer la veía con rabia.¿No eran amigas?Fruncí el ceño y me detuve para observar la escena y asegurarme de no cometer un error.—Lorena... Déjame en paz, ¡ya tienes a Jhon! ¿Qué más quieres? —exclamó, con una mano en su pecho—. Todo lo malo se acabó. Ya no tienes que preocuparte, ¿entiendes? ¡Vive tu vida y déjame vivir la mía! —defendió Sofía, con molestia.Era seguro que se llevaban
Alanna.Los días estaban pasando muy rápido, tanto que ya estaba en la mansión ShadowMoon y mi madre tenía una amplia sonrisa en el rostro en cuanto le di la noticia.—¿Significa que me harás abuela? —cuestionó, acercándose a mí.Estábamos en su habitación, y tenía que admitir que su aspecto era mucho mejor que cuando me fui.Dorian no pudo acompañarme, ya que tenía cosas que hacer en el pueblo. De todas formas, yo solo iba como una visita temporal, ya que decidí quedarme con los SilverMoon.—Deberías estar más contenta por volver a ver a Bryan, ¿no te emociona? —dije, sabiendo que el muchacho estaba detrás de la puerta, esperando mi señal.Mamá abrió los ojos de par en par.—¿B-Bryan está aquí? ¿Está bien? —interrogó, pasando por mi lado.No hizo falta que abriera la puerta, pues mi hermano y mi padre aparecieron juntos y dejaron a la mujer sin habla.Sus piernas flaquearon, logrando que se dejara caer en el duro suelo de cerámica. Cubrió su boca con ambas manos y las lágrimas salier
Dorian.—¿En verdad crees que le guste? —cuestioné, inseguro.Sofía rodó los ojos.—Dorian, no seas un pendejo y hazme caso. Conozco muy bien a Alanna —Me empujó—. Ella estará encantada de que le pidas matrimonio en la playa y en una puesta de sol.—No la he oído mencionar que la playa es su lugar favorito —murmuré, con la mano en el mentón.—Me ha dicho que solo fue dos veces, pero que si fuera por ella, iría una vez a la semana —Alzó el dedo—. ¡No seas aguafiestas! A ella le encantará con tal de que tú se lo propongas.Suspiré.Estaba planeando proponerle matrimonio a Alanna, ya que habían pasado unas semanas desde que derrotamos a Umbra y quería preparar algo bonito antes de que se le notara la panza.Sofía me acompañaba en la plaza del pueblo, sentada a mi lado en la banca.—Ella regresará hoy... Me aseguraré de llevármela —comenté.Yo había preparado todo, solo necesitaba ese pequeño empujón para armarme de valor y no echarme para atrás. La playa quedaba lejos, pero me aseguré de
Alanna.La pasé de maravilla con Dorian cuando me llevó a la playa. Nos quedamos en un hotel y aprendimos mucho sobre la cultura local.Una vez estando de regreso, me reuní con Sofía porque tenía algo importante que decirme en cuanto a su decisión, justo como Dorian me había comentado.—No entiendo por qué le das tantas vueltas al asunto —Negué, riendo—. Si quieres a Bryan, pues ve con él y disfruta de una nueva etapa.—¿No estarás enojada? No podremos vernos seguido como antes... —Arrugó la boca.—De hecho, Dorian me contó que Krista nos acercará a la mansión ShadowMoon para cuando elimine la puerta mágica, no estaremos lejos —recordé.—¿En serio? ¿Significa que podremos vernos como antes? —interrogó, emocionada.—En teoría.—¡Ah! Aunque... No es tanto por eso —Se rascó el cuello con nervios—. Todavía me da un poco de pánico estar cerca de tu hermano... Es increíble, ¿no? En el pasado, no me costaba acercarme y hacerlo con un chico, pero ahora... Parezco una primeriza.Ella sonrió co
Alanna.El día de la boda había llegado, y mi corazón latía con una mezcla de nervios y emoción. Mientras me preparaba, podía escuchar el murmullo de los invitados y el suave susurro del viento entre los árboles.El vestido blanco que llevaba puesto se sentía como una segunda piel.—¿Estás lista, mi niña? —preguntó mi padre, esperándome en la puerta de la cabaña.—¿Alguna vez te viste llevándome al altar? —reí, agarrando su brazo.—Pues, digamos que sí. Sabía que este momento algún día llegaría.—Ay, papá. Muchas gracias por estar siempre presente.—Para eso soy tu padre. Y me tendrás más presente una vez que nazcan los niños, porque su abuelo se encargará de darles diversión —comentó, con orgullo.—Estaré encantada de verlo, papá.—¡Pareces una princesa! —chilló Sofía, ella entró a la cabaña acompañada de Marta y Bryan.Ambas chicas estaban vestidas iguales, ya que eran mis damas de honor ese día. Ayudaron bastante en cuanto a la decoración del lugar.—De verdad eres toda una princes
*Un tiempo después*—¡Dorian! El niño se está babeando, ¿puedes limpiarlo? Son los protagonistas de la fiesta —pidió Alanna, pasando un pañal de tela por su boca.Su esposo estaba cargando a uno de los niños, y ella al otro. Ambos habían llegado a la mansión porque Caleb había decidido hacerle una fiesta de cumpleaños a sus dos nietos: Dylan y Lucas.—Oh, el pequeño Dylan siempre se ensucia con todo —resopló el hombre, agotado.Tenía muchas ojeras porque él era el que se despertaba en la madrugada a atender a los pequeños para que Alanna pudiera descansar, ya que en el día ella tenía que cuidarlos la mayor parte del tiempo.—¡Alanna! —La voz de Marta se coló en sus oídos.Ella ya había cumplido sus dieciocho y conseguido su transformación, pero su mate aún no aparecía. Corrió para saludar a los pequeños y a su amiga.—¿Cómo has estado? ¿Y tus padres? —le preguntó Alanna.—Están ayudando a Caleb con los últimos detalles, pero ya varios invitados están en la sala.—¿Y qué tal está Sofía?
Laia.Siempre pensé que yo había nacido como una simple humana, sin ningún tipo de poder en mi interior. Era parte de una manada de hombres y mujeres lobos, pero mi madre era una humana completa.Mi padre creyó, y me hizo creer que existía la posibilidad de que mi loba interior nunca saliera a la luz y yo así me mentalicé para no ilusionarme. Por desgracia, mamá había muerto cuando yo nací, así que no la conocí.A mis veintidós años, bajo el cielo nocturno y la brillante luna llena, se manifestó.—¿Q-qué me sucede? —balbuceé, sintiendo hormigueos en mi cuerpo.—No puede estar pasando —soltó mi padre, con intriga en sus ojos.Era muy normal que la transformación se presentara entre los diesiséis a los dieciocho años, no después.Ese día estaban haciendo el típico procedimiento para los jóvenes de la manada, el cual salió con éxito. Pero no se esperaban que yo también estuviera incluida en el proceso.Sentí un poderoso tirón en mi interior, como si algo quisiera salir de mi cuerpo, o mo