Haciendo caso a la petición de Bastián subo hasta su habitación. Al entrar pude darme cuenta de que el lugar se encuentra totalmente impregnado con su aroma, a pesar de que no visita el lugar con frecuencia, el olor de su loción se conserva.Tomo asiento en la orilla de la cama mirando el celular sopesando lo que le voy a decir a mis padres referente a mi ausencia esta noche. No puedo evitar sentirme un poco nerviosa, no sé cómo se vayan a tomar eso de que me quedé a solas con un hombre que ni siquiera es nada mío.Doy un gran suspiro cerrando los ojos para llenarme de valor y hacer esa llamada. Marco el número para luego llevar el móvil a mi oreja a la espera de que la llamada sea atendida. Unos tres repiques y al otro lado puedo escuchar la hermosa voz de mi madre.—¡Aló!—Hola mami. —hablo sintiendo un escalofrío recorrer toda mi columna vertebral.—¡Oh cariño! Me tenías preocupada, ¿Estás bien? —interroga con preocupación.—Tranquila madre, todo está bien. —los latidos de mi coraz
Chantal —¿Estás segura de lo que estás a punto de hacer? —pregunta mi amiga Daleska suplicando con sus ojos para que recapacite—. Luego no habrá marcha atrás y sabes que… No dejo que termine de hablar, sé perfectamente las consecuencias que va a traer mi decisión. —Aunque no lo esté, sabes que es lo mejor en este momento. —poso mi mano sobre su hombro para tranquilizarla. —Está bien, sabes que puedes contar conmigo en todo momento. —resopla antes de hacerme entrega del bolso—. Te estaré esperando en el parque, puedes tomarte todo el tiempo que necesites. Asiento con un ligero movimiento de cabeza. Giro tomando con fuerza el pequeño bolso y sin nada más que pensar toco el timbre. Al poco rato se abre la puerta y me recibe una señora un poco mayor. Al ver que soy yo inmediatamente se hace a un lado para darme paso. —Creía que te habías arrepentido. —espeta mientras cierra la puerta—, sabes que aún te puedes retractar de lo que estás a punto de hacer cariño. «¿Será que podrían pon
Chantal Despertar por los rayos solares que se cuelan a través de la ventana y el sonido insistente de la alarma no es nada gratificante. Muchas veces he querido tomarme unas vacaciones, pero todos esos pensamientos quedan a un lado cuando recuerdo mi triste realidad. Debo trabajar durante el día en la panadería familiar y en las tardes en el restaurante. Este último fue una medida extrema que tuve que implementar para ganar dinero extra y poder costear los medicamentos de mi madre. Entre mi padre y yo nos dedicamos a trabajar fuertemente para poder salir adelante y mantener a flote la panadería. Muchos de mis amigos no estuvieron de acuerdo en que desaprovechara la gran oportunidad de trabajar en una de las empresas más reconocidas del país. No es que quiera ser presumida, pero siempre fui la mejor de mi clase y me gradué con honores. El motivo de su enfado fue que rechace esa gran oportunidad para poder trabajar hombro a hombro con mi padre, ya que mi madre no podía por su estad
Las horas pasan y al fin hemos terminado de asistir a todas las citas que mi madre tenía programada para hoy. —Cariño, me siento un poco cansada. —espeta mi madre con cansancio—, vamos a sentarnos un momento para reponer un poco de fuerzas. La tomo de la mano para dirigirnos a una cafetería que se encuentra a escasos metros de nosotras. —Está bien mami, vamos a comer algo. —la tomo del brazo para cruzar la calle—. Aprovechemos ya que tenemos cerca una cafetería. Ella asiente y caminamos los pasos que nos llevaran hasta el lugar. Una vez entramos al establecimiento tomamos asiento en la mesa más cercana. Al poco rato se acerca a nuestra mesa una joven para tomar nuestros pedidos, por el hecho de que mi madre no puede consumir tantas harinas solo pide un sandwich, pero este es con pan integral junto a un jugo de mora. Por mi parte pido sandwich de pollo y un vaso de jugo de mora igual que mi madre, según palabras textuales de ella eso ayuda a subir la hemoglobina. Mientras esperamo
Bastian No voy a negar que soy un hombre arrogante y prepotente. Siempre obtengo todo lo que quiero a como dé lugar. Desde que vi a esa chica en el hospital, no he podido sacarla de mi cabeza o mejor dicho de ninguna de las dos. Puede parecer absurdo, pero es la primera vez que siento esta extraña sensación al estar cerca de una mujer como ella. No es nada diferente a otras, es solo que tiene un, no sé qué difícil de explicar. Desde hace años he tenido contacto con todo tipo de mujeres, solteras, casadas, viudas, millonarias, meseras, en fin no tengo ningún tipo de prejuicio. Las mujeres son una maravillosa e irresistible tentación. Con todas solamente han sido encuentros de una noche. Algo que les dejo claro desde la primera vez y tengo por regla no repetir. Sé que estarán pensando que soy un puto, pero tengo que aprovechar las oportunidades y placeres que presenta la vida. También soy un hombre muy responsable, me cuido para prevenir una enfermedad y embarazos no deseados. Es po
Chantal Dos semanas han pasado y con ello ha habido una serie de cambios, pero el más importante de todos ha sido la recuperación de mi madre. El Dr. Bracamonte se comunicó con nosotros hace una semana para informarnos sobre un nuevo proyecto que se está dando en el hospital. Según palabras textales del médico, mi madre se encuentra en la lista de las personas que serán beneficiadas. El principal objetivo de este proyecto es poder suministrar los medicamentos que el paciente necesite, lo mejor de todo es que no tendrá ningún costo. Haberme enterado de esta maravillosa noticia, me alivio en gran parte, por lo menos sé que no voy a tener que estar devanando los sesos cada vez que el medicamento de mi madre este a punto de terminarse, no estar pegando carreras de un lado a para otro y buscar quien pueda prestar el dinero para poder comprarlo. Pero como todo no es de color de rosas, también se encuentra la actitud que mi padre ha tenido últimamente. Lo noto muy preocupado y sé que no
Al llegar a casa lo primero que hago es ir a la habitación de mis padres. Es algo que se me ha hecho costumbre cada vez que regreso a la comodidad de mi hogar. Subo las escaleras en puntillas tratando de no hacer ruido. No quisiera que se fueran a despertar. Al abrir la puerta veo a mi madre plácidamente dormida, pero al buscar a mi padre no logro ubicarlo en los alrededores de la habitación, Cosa que se me hace extraña, ya que siempre a esta hora se encuentra profundamente dormido. Miro la hora en mi reloj de pulsera y este marca la 1:15 de la mañana. Me adentro a la habitación caminando hasta el baño, pero tampoco lo encuentro. Salgo a grandes zancadas de la habitación para buscarlo por el resto de la casa. Me quito los zapatos y los dejo a un lado de la puerta de mi cuarto y bajo para buscarlo en la planta baja. —Cariño… ¿Qué buscas? —pregunta mi padre haciendo que de un salto por el susto que me acaba de dar. —¡Papi! —respondo asombrada tratando de normalizar la respiraci
El día transcurrió como todos los demás, la única diferencia en ello fue haber estado pensando todo el tiempo en lo ocurrido con mi padre. En realidad eso es algo que ha estado atormentándome, hasta el punto de no estar concentrada al cien por ciento. Agradezco que el jefe no se encuentre en el restaurante, de lo contrario ya me habría llamado la atención en más de una ocasión. Necesito que el día termine para poder regresar a casa y tratar de mantener una conversación calmada con mi padre. Me conozco a la perfección y sé que al no querer decirme nada, voy a terminar estallando y eso es lo que menos quiero. Salgo de mis pensamientos cuando la voz de mi amiga me regresa a la realidad. —¿Por qué estás tan distraída? —pregunta con preocupación. —Es sobre la organización del catering para el evento. —miento porque no quiero revelar el verdadero motivo de mi preocupación. —Sabes que todo está perfecto, lo único que hace falta es que las horas pasen y finalmente cumplir con todo lo sol