Luna dejó el libro y se acercó. El guardaespaldas abrió la lonchera y en su interior se encontraban tres cajitas.En la primera había pastel de castañas, en la segunda varias piezas de filete de pescado y en la tercera, sopa de arroz con verduras.Aquel día después de enterarse de su terrible enfermedad, Luna pasó una noche entera llorando en un banco debajo del edificio del hospital.De repente, escuchó una voz divertida y un poco imponente:—¿Por qué siempre te veo llorar cuando nos encontramos?Luna levantó la cabeza con lágrimas en forma de pequeñas bolitas de cristal en sus pestañas. Cuando lo miró, se dio cuenta de la angustia en sus ojos.Gabriel se acercó a ella y con gran delicadeza secó ligeramente las lágrimas en sus mejillas. Él era la persona más amable y suave que ella había conocido, aunque en realidad no supiera quién era en verdad. Nunca había imaginado, que la persona que le brindaba esa cálida sensación fuera un "desconocido" en cierta medida…Después de aquella terr
Después de que Isabel se lastimó; se mudó del dormitorio de la preparatoria a la casa en donde descansó durante un largo tiempo.Hoy era un día libre para Andrés, así que Isabel le pidió que salieran juntos y visitaran a Luna en el hospital. Estaba volviéndose loca de estar tanto tiempo encerrada en casa.En realidad, rara vez visitaban a Luna. La mayoría del tiempo era Liora quien iba al hospital para cuidarla. Hoy le pidieron a Liora que cocinara gran variedad platos y los trajera al hospital. Con el cuidado de Liora, la cara delgada de Isabel se había llenado un poco más. Antes de salir, Isabel se arregló un poco. Con su apariencia natural y sin nada de maquillaje, llevaba una falda corta hasta las rodillas de color claro. Su largo cabello estaba trenzado hasta los hombros. Cuando caminaba al lado de Andrés, no parecían una pareja, sino más bien como un tío y su sobrina…Pronto llegaron los dos a la puerta y vieron a una figura desconocida en el pabellón. Si Isabel no hubiera recon
Si ni siquiera tenía derecho de leer los libros que quisiera, ¿entonces, qué más podía hacer? ¡Ya habían decidido todo su futuro!Un sentimiento indigno se acumulaba en el pecho de Luna, pero no sabía cómo deshacerse de él. Simplemente apretó el puño con gran fuerza, a con la cabeza agachada, sin decir una palabra.Isabel percibió la incómoda atmósfera que Andrés emanaba. Así que trató de aliviar la tensión y dijo sonriendo:—Andrés, compramos boletos para el cine, ¿vamos? Ya es hora, tenemos que irnos. De lo contrario, llegaremos tarde.Mientras hablaba, hizo una señal con la cabeza a Andrés para que no dijera nada más. Ella no sabía qué había ocurrido realmente entre ellos dos. En el pasado, Luna siempre había sido muy amable con Andrés porque le gustaba. Sin embargo, su actitud se tornó fría y a veces incluso le hablaba con palabras muy hirientes... Pero, bajo estas circunstancias, incluso ella también temía el estado enfadado de Andrés.Andrés rompió su dibujo con indignación y la
En estos días, Gabriel estaba tomando el control del grupo Sánchez y comenzó a aparecer en los medios de comunicación. El regreso del heredero del grupo Sánchez después de tantos años había causado un gran revuelo en Internet.Con su primera experiencia en la cocina, Gabriel se interesó repentinamente por esta fascinante actividad. A su izquierda estaban las deliciosas galletas hechas por Luna, y a su derecha, las recetas preparadas por Adolfo.Gabriel estaba concentrado leyendo mientras comía las deliciosas galletas. Cuando extendió la mano para tomar una más, Adolfo le recordó amablemente:—Señor, las galletas ya se acabaron.Gabriel echó un vistazo al plato y se dio cuenta de que solo quedaban migajas ahí.—Señor, ¿le gustaría aprender a cocinar?—¿O qué? Estoy leyendo detenidamente las recetas.En realidad, Adolfo se sorprendió un poco por lo que Gabriel estaba haciendo.—¿Para cocinarle a la señorita García? —preguntó.Gabriel no le respondió directamente, pero parecía que esa era
Un destello de esperanza brilló en lo más profundo de los ojos de Luna. Preguntó:—¿Puedo saber cuál será la sorpresa?La persona respondió:—Señorita, lo descubrirá en su debido momento. Puede invitar a uno de sus amigos para que asistan juntos a la exhibición.Luna sostenía las dos entradas regaladas y un valioso álbum con la firma de Edward, sin embargo, no tenía amigos muy cercanos, ni sabía a quién podría regalarle esta fabulosa entrada.De repente, se le ocurrió una excelente idea. Pero, no estaba segura sí le gustaría acompañarla…En el quinceavo piso del edificio del hospital, Gabriel se encontraba en una reunión de video con la puerta abierta. Por casualidad escuchó la conversación afuera de la puerta:—Señorita García, por favor, espere un momento. El señor está en una reunión y pronto terminará, y la podrá atender —dijo Adolfo.—Si está ocupado, señor, ¿podría entregarle esta entrada? —preguntó Luna.Al ver la entrada, Adolfo se sorprendió un poco y sonrió amablemente.En re
Dos días después, Luna completó los trámites de salida del hospital. El chofer la llevó de regreso a la mansión de la familia García.Cuando ingresó, como lo había pensado anteriormente, Liora aún no había regresado, pero había una cara desconocida en la casa. Era una mujer de unos cincuenta años llamada Emma Alonso, quien sería su nueva empleada.—Señorita —saludó la mujer.Luna solo respondió al saludo muy brevemente y, escuchó algunos sonidos provenientes del piso de arriba.—¡Qué malo eres...!—Por lo que estoy dispuesto a acompañarte a hacer compras, para recompensarte, mi cariño…Era Carolina, quien bajaba las escaleras del brazo de Miguel con una bolsa de edición limitada en su mano. Al ver a Luna, frenó su expresión exagerada y apartó de inmediato la mano inquieta de su pecho, luego saludó muy avergonzada:—Lu… Luna, ¿ya saliste del hospital? Voy a salir de compras con tu papá. ¿Necesitas alguna cosa?—No —respondió Luna con gran indiferencia, luego saludó a Miguel—: Padre.Mig
Era efectivamente la inconfundible voz de Isabel.Era comprensible. Isabel había sido acosada en la Preparatoria Pública Astraluna, Andrés no podía permitir que siguiera sufriendo en un lugar así.Emma se dio media vuelta y al ver a Luna. La saludó:—Señorita.Al escuchar la voz, Isabel también se levantó y la saludó:—¡Luna!Mientras hablaba, mostró una sonrisa dulce y continuó:—¿Por qué no llevas el uniforme escolar? Supe que te dieron de alta del hospital y vine a buscarte para irnos juntas a la escuela. A partir de ahora, estudiaremos en la misma preparatoria. Tú ayuda será muy valiosa para mí en el futuro…¿Acaso era su destino? En la vida pasada, Isabel también estudió en la Preparatoria Privada Aurora. Ella creyó que esta diferencia, significaría un cambio en su destino y esto afectaría en gran manera el desarrollo de su vida. Sin embargo, parecía que todo seguía igual que en su vida anterior…Entonces, ¿Isabel también moriría? ¿Así como ella lo haría? O sea, ¿el destino de to
Su mirada también era muy expresiva.El premio, era una hermosa estatuilla dorada de un caballero en su caballo con su respectiva lanza y escudo. Era bastante pesada. Emma la colocó en la mesa.—Quién sabe si es auténtico. Con su gran inteligencia, sé muy bien que solo le interesan los hombres —dijo Miguel y dejó su boleta de calificaciones muy descuidadamente.Luna apretó fuertemente el tenedor en su mano. La boleta cayó justo a los pies de Andrés. En ese momento, él la recogió y le echó un vistazo, se dio cuenta de que Luna tenía calificaciones perfectas en casi todas las asignaturas. Si mal no recordaba, en el pasado, ella solo pudo obtener la mitad de las notas. Si las calificaciones eran verdaderas, podría seleccionar con gran libertad cualquier universidad en el país. Pero ¿las obtuvo por sí misma o utilizó algunos trucos ocultos? Solo ella lo sabía con claridad. Isabel también le echó un vistazo y se sorprendió, porque las calificaciones de Luna eran mucho más altas que las s