Albert paso los siguientes dias entre idas y venidas, entre ajetreos constantes y con tiempo apenas para completar con su rutina habitual, los moretones poco a poco iban desapareciendo siendo reemplazadas por el color caracteristico de su piel, las cosas habian cambiado en la universidad, el nuevo director general era despreocupado, la mayor parte del tiempo las decisiones eran delegadas al consejo estudiantil, la universidad parecia un sitio experimental para los herederos de las grandes fortunas de aquel pais, casi todos los estudiantes pertencian a la "alta sociedad" excepto Albert, quien seria el unico que no encajaba en todo el sistema, sin embargo al ser solo una persona poco o nada importaba en realidad, pese a que los ultimos incidentes habian mermado la imagen institucional, les bastaba con que las familias mas grandes fueran los principales colaboradores, por lo que debian crear y construir lo que fuera necesario para que los estudiantes de esta institucion tuvieran un fut
Un día Albert sumido entre el aluvión de tareas, el pensar en que muchos de sus compañeros no hablaban con el, el sentir que todos en cuanto podían le evitaban se sintió solo, de hecho en la universidad aprendió que no todo se puede hacer solo y que dependían de un trabajo conjunto entre todos los que fueran posibles para desarrollar proyectos o actividades similares.Él se dio cuenta que no contaba con los amigos que el abuelo describía en algún momento mientras camina por el bosque sosteniendo la mano de su nieto, consciente ahora de que no era pudiente y que en la ciudad se necesitaba tener dinero, también era evidente que en la universidad en la que estaba importaba aún más y en base a eso se establecían jerarquías que el notaba.Pensó y pensó durante largos días en soluciones para cambiar esto, deseaba tener ingresos aparte de los que le asignaban, poco a poco empezaba a desarrollar un trastorno, lógicamente habían pasado meses desde la última vez que se había puesto a pensar que
Albert llegó a una ciudad enorme con una mochila, dentro de esta estaban todos los papeles que necesitaba, con ellos acreditaba que había conseguido una beca en una universidad, estaba feliz por tener la oportunidad de estudiar, sin duda alguna sus abuelos, con quienes creció, estarían orgullosos del muchacho, imaginó y planeó su futuro ideal, pocos en su pueblo podían darse el lujo de estudiar en una universidad, por eso muchos optaban por casarse y formar una familia. Las oportunidades de ser letrado eran mínimas, pero Albert había conseguido incluso una beca lo cual era increíble y al mismo tiempo casi imposible para sus coterraneos, lo consideraban un joven con suerte. Estaba pensando e imaginando tanto que se perdió en ellos sin fijarse en su entorno. Un hombre le dijo"Llegamos a la universidad que indicó, joven"Albert perdido aún en sus pensamientos no le prestó atención a lo que él señor levantó la voz para que él joven le prestará atención, confundido y a
Aquél hombre vestido elegantemente, se dirijió hacia Albert mientras la enfermera se apartaba haciendo reverencia y mostrando respeto al hombre imponente"Buenos días Rector ¡me alegra verlo aquí! En este día tan hermoso""Buenos días enfermera Rodríguez"Albert quedó impactado al escuchar que esa persona era el rector, la visita era de la persona más importante de la universidad, ¿Cómo era posible? se preguntaba Albert para si mismo. Notó que el rector era un hombre sereno y no se inmutaba al ver el estado de Albert, el cual no era el mejor, tenía una voz que transmitía serenidad y parecía estar compadecido del paciente."Señorita Rodríguez, informe el estado en el que se encuentra este muchacho, dele la atención que requiera mientras este se encuentre aquí, también necesito la declaración del muchacho para tomar acciones en contra de los implicados, no tolero la violencia dentro de mis instalaciones, todo acto violento en esta ciudad universitaria es comple
Albert y la enfermera Rodríguez hablaban a diario mientras él estaba postrado en cama, ella sonreía mientras la miraba perdido, lograron establecer una gran amistad después de todo. Un par de días después, Albert estaba mejor de lo esperado, sabía que debía ir hasta el despacho del rector, le pidió a la enfermera Rodríguez que lo acompañará, ella accedió de inmediato, Albert al oír su respuesta se alegró, para poder salir debía cambiarse ya que todo este tiempo la clínica le brindó vestimenta propia de un paciente, debido a las heridas y la sangre habían quitado sus prendas, ahora estaban todas limpias, al salir de la habitación vio que la enfermera lo esperaba con ansias pero al verlo su expresión facial cambió rápida y drásticamente por una de desprecio, asco y cólera, ella se dirigió a su escritorio molesta, cogió un bolígrafo y papel, apuntó la ruta por la que Albert debía ir"Lo siento, tengo mucho trabajo por hacer, no podré acompañarte"Le dijo de manera edu
Albert, enojado, fue corriendo hasta el lugar que el rector le había indicado, a medida que corría olvidó su cólera al ver las instalaciones de la universidad, habían pocas personas caminando debido a que estaban en horario de clases quizá, el pensó que era normal que todos lo vieran mal mientras corría, talvez tenía alguna herida cicatrizada en el rostro después de esa golpiza, mientras no lo miraran como los guardias, la enfermera o el rector, se sentía cómodo de alguna forma, las miradas eran de extrañeza, no lo evitaban, pero lo veían con extrañeza y confusión, porque nunca lo habían visto, o cosas así. Pero a pesar de todo, dentro de si estaba completamente feliz porque lo iban a admitir como universitario, llegó sin contratiempos a la oficina, claramente aún no había ingresado, inhalo cómo si algo lo preocupara, sintió miedo, vio a través de la ventana que habían muchas personas en una fila, algunos venían con sus padres y otros tantos acompañados con sus padres, su cuerpo se
Al día siguiente despertó temprano, estaba realmente emocionado, su estómago se revolvía, el hormigueo era inevitable, recordó que el día anterior entró a un lugar lujoso a sus ojos, su cama era realmente cómoda, se aburrió y empezó a explorar, salió del dormitorio, notó que tenía un escritorio, un baño y una bañera solo para él, jamás pensó que algo así sucedería, "¿Qué tipo de Universidad es esta?" sus habitaciones estaban completas, y lo mejor era que no tenía que pagar por eso. Empezó con ejercicio matinal así se preparaba para un nuevo día, Albert era bueno con los estudios y el deporte, su cuerpo estaba muy bien desarrollado, después del ejercicio seguía un gran baño, generalmente estudiaba después de eso. Su abuelo era muy exigente con ello, se lo exigía a diario, no importaba si llovía, si hacía frío o si hacía mucho calor, todos los días su abuelo se lo exigía, por eso desarrolló esa costumbre, a pesar de ser fuerte nunca hizo uso de ella para dañar a alguien, se puso el so
No pasó mucho tiempo desde que se acostó para dormir, pero había algo que lo inquietaba, no conciliaba el sueño y en su cabeza repetía la misma voz que le había dicho cómo era la Universidad hacía eco en él, por alguna razón el rostro del oficinista era como si le diera asco ver a Albert, muy aparte de que las palabras eran extremadamente sencillas casi como si hubiera tratado de terminar de hablar lo más rápido posible, pensó y pensó en ello, la beca iba cubrir todas sus necesidades ¿Cómo no iba ser así? Hasta ahora sólo le han dado muchas cosas que para él son lujos, pero para estar seguro tenía que ver todo ese asunto con el consejo estudiantil, recordó que en su mochila llevaba prendas de vestir, talvez cambiarse ayudaría con su imagen positivamente tomando la recomendación del oficinista, no sabía cómo lavar ropa allí, generalmente en el lugar que vivía anteriormente lo hacía a mano, pero aquí era diferente, no había nada que hacer por el momento ya que no contaba con los
Llegó hasta el pie de un edificio moderno no tan alto como en las que él dormía, sus puertas eran de vidrio, era una cosa increíble, donde vivía él, en el pueblo, las ventanas no ocupaban ni un metro cuadrado, pero aquí todo era enorme, era una cosa increíble, asombrado entró allí, al entrar una señorita que era una recepcionista se mantenía ocupada haciendo sus deberes, era extraño ya que allí no habían personas circulando, afuera mucha gente lo miraba con desdén, lo cual ya no le parecía gracioso y mucho menos extraño, era común que la gente lo viera así, de alguna forma estaba decepcionado porque se vistió con las mejores prendas que tenía pero las personas aun lo miraban con desprecio, poco a poco esto mermaba su autoestima, con miedo fue directo a la recepcionista, a la que preguntó"Buenos días, ¿El Consejo Estudiantil?""Buen día a la izquierda, tercer piso""Gracias"Ella ni lo miraba, estaba profundamente concentrada en sus labores, sin d