Albert llegó a una ciudad enorme con una mochila, dentro de esta estaban todos los papeles que necesitaba, con ellos acreditaba que había conseguido una beca en una universidad, estaba feliz por tener la oportunidad de estudiar, sin duda alguna sus abuelos, con quienes creció, estarían orgullosos del muchacho, imaginó y planeó su futuro ideal, pocos en su pueblo podían darse el lujo de estudiar en una universidad, por eso muchos optaban por casarse y formar una familia. Las oportunidades de ser letrado eran mínimas, pero Albert había conseguido incluso una beca lo cual era increíble y al mismo tiempo casi imposible para sus coterraneos, lo consideraban un joven con suerte. Estaba pensando e imaginando tanto que se perdió en ellos sin fijarse en su entorno. Un hombre le dijo"Llegamos a la universidad que indicó, joven"Albert perdido aún en sus pensamientos no le prestó atención a lo que él señor levantó la voz para que él joven le prestará atención, confundido y a
Aquél hombre vestido elegantemente, se dirijió hacia Albert mientras la enfermera se apartaba haciendo reverencia y mostrando respeto al hombre imponente"Buenos días Rector ¡me alegra verlo aquí! En este día tan hermoso""Buenos días enfermera Rodríguez"Albert quedó impactado al escuchar que esa persona era el rector, la visita era de la persona más importante de la universidad, ¿Cómo era posible? se preguntaba Albert para si mismo. Notó que el rector era un hombre sereno y no se inmutaba al ver el estado de Albert, el cual no era el mejor, tenía una voz que transmitía serenidad y parecía estar compadecido del paciente."Señorita Rodríguez, informe el estado en el que se encuentra este muchacho, dele la atención que requiera mientras este se encuentre aquí, también necesito la declaración del muchacho para tomar acciones en contra de los implicados, no tolero la violencia dentro de mis instalaciones, todo acto violento en esta ciudad universitaria es comple
Albert y la enfermera Rodríguez hablaban a diario mientras él estaba postrado en cama, ella sonreía mientras la miraba perdido, lograron establecer una gran amistad después de todo. Un par de días después, Albert estaba mejor de lo esperado, sabía que debía ir hasta el despacho del rector, le pidió a la enfermera Rodríguez que lo acompañará, ella accedió de inmediato, Albert al oír su respuesta se alegró, para poder salir debía cambiarse ya que todo este tiempo la clínica le brindó vestimenta propia de un paciente, debido a las heridas y la sangre habían quitado sus prendas, ahora estaban todas limpias, al salir de la habitación vio que la enfermera lo esperaba con ansias pero al verlo su expresión facial cambió rápida y drásticamente por una de desprecio, asco y cólera, ella se dirigió a su escritorio molesta, cogió un bolígrafo y papel, apuntó la ruta por la que Albert debía ir"Lo siento, tengo mucho trabajo por hacer, no podré acompañarte"Le dijo de manera edu
Albert, enojado, fue corriendo hasta el lugar que el rector le había indicado, a medida que corría olvidó su cólera al ver las instalaciones de la universidad, habían pocas personas caminando debido a que estaban en horario de clases quizá, el pensó que era normal que todos lo vieran mal mientras corría, talvez tenía alguna herida cicatrizada en el rostro después de esa golpiza, mientras no lo miraran como los guardias, la enfermera o el rector, se sentía cómodo de alguna forma, las miradas eran de extrañeza, no lo evitaban, pero lo veían con extrañeza y confusión, porque nunca lo habían visto, o cosas así. Pero a pesar de todo, dentro de si estaba completamente feliz porque lo iban a admitir como universitario, llegó sin contratiempos a la oficina, claramente aún no había ingresado, inhalo cómo si algo lo preocupara, sintió miedo, vio a través de la ventana que habían muchas personas en una fila, algunos venían con sus padres y otros tantos acompañados con sus padres, su cuerpo se
Al día siguiente despertó temprano, estaba realmente emocionado, su estómago se revolvía, el hormigueo era inevitable, recordó que el día anterior entró a un lugar lujoso a sus ojos, su cama era realmente cómoda, se aburrió y empezó a explorar, salió del dormitorio, notó que tenía un escritorio, un baño y una bañera solo para él, jamás pensó que algo así sucedería, "¿Qué tipo de Universidad es esta?" sus habitaciones estaban completas, y lo mejor era que no tenía que pagar por eso. Empezó con ejercicio matinal así se preparaba para un nuevo día, Albert era bueno con los estudios y el deporte, su cuerpo estaba muy bien desarrollado, después del ejercicio seguía un gran baño, generalmente estudiaba después de eso. Su abuelo era muy exigente con ello, se lo exigía a diario, no importaba si llovía, si hacía frío o si hacía mucho calor, todos los días su abuelo se lo exigía, por eso desarrolló esa costumbre, a pesar de ser fuerte nunca hizo uso de ella para dañar a alguien, se puso el so
No pasó mucho tiempo desde que se acostó para dormir, pero había algo que lo inquietaba, no conciliaba el sueño y en su cabeza repetía la misma voz que le había dicho cómo era la Universidad hacía eco en él, por alguna razón el rostro del oficinista era como si le diera asco ver a Albert, muy aparte de que las palabras eran extremadamente sencillas casi como si hubiera tratado de terminar de hablar lo más rápido posible, pensó y pensó en ello, la beca iba cubrir todas sus necesidades ¿Cómo no iba ser así? Hasta ahora sólo le han dado muchas cosas que para él son lujos, pero para estar seguro tenía que ver todo ese asunto con el consejo estudiantil, recordó que en su mochila llevaba prendas de vestir, talvez cambiarse ayudaría con su imagen positivamente tomando la recomendación del oficinista, no sabía cómo lavar ropa allí, generalmente en el lugar que vivía anteriormente lo hacía a mano, pero aquí era diferente, no había nada que hacer por el momento ya que no contaba con los
Llegó hasta el pie de un edificio moderno no tan alto como en las que él dormía, sus puertas eran de vidrio, era una cosa increíble, donde vivía él, en el pueblo, las ventanas no ocupaban ni un metro cuadrado, pero aquí todo era enorme, era una cosa increíble, asombrado entró allí, al entrar una señorita que era una recepcionista se mantenía ocupada haciendo sus deberes, era extraño ya que allí no habían personas circulando, afuera mucha gente lo miraba con desdén, lo cual ya no le parecía gracioso y mucho menos extraño, era común que la gente lo viera así, de alguna forma estaba decepcionado porque se vistió con las mejores prendas que tenía pero las personas aun lo miraban con desprecio, poco a poco esto mermaba su autoestima, con miedo fue directo a la recepcionista, a la que preguntó"Buenos días, ¿El Consejo Estudiantil?""Buen día a la izquierda, tercer piso""Gracias"Ella ni lo miraba, estaba profundamente concentrada en sus labores, sin d
Afuera estaban tantas personas como pudiera imaginar, muchos jóvenes se mudaban a las instalaciones de la universidad, vehículos y hombres vestidos elegantemente adornaban las calles de un modo singular, caminó observando su alrededor, no sabía por dónde ir además tenía que elegir una carrera ya que no lo había hecho, el oficinista con lo poco que había conseguido decir en una de esas dijo"Los estudiantes deben elegir la carrera profesional que prefieran durante la semana de integración, eso también aplica para ti"'Vaya, casi olvido que estamos en la semana de integración' pensó, en su caminar errante encontró una guía que indicaba donde se encontraba y todas las facultades que tenía la Universidad, notó que todos lo evitaban, pero le restó importancia, aunque en el fondo lo afectaba mucho, se dirigió a la facultad de ingeniería. Allí encontró un nuevo mapa guía que detallaba la facultad de ingeniería, al estar cerca se percató que allí estaban muchos muchachos con pan