Albert llegó a una ciudad enorme con una mochila, dentro de esta estaban todos los papeles que necesitaba, con ellos acreditaba que había conseguido una beca en una universidad, estaba feliz por tener la oportunidad de estudiar, sin duda alguna sus abuelos, con quienes creció, estarían orgullosos del muchacho, imaginó y planeó su futuro ideal, pocos en su pueblo podían darse el lujo de estudiar en una universidad, por eso muchos optaban por casarse y formar una familia. Las oportunidades de ser letrado eran mínimas, pero Albert había conseguido incluso una beca lo cual era increíble y al mismo tiempo casi imposible para sus coterraneos, lo consideraban un joven con suerte. Estaba pensando e imaginando tanto que se perdió en ellos sin fijarse en su entorno. Un hombre le dijo

 "Llegamos a la universidad que indicó, joven"

Albert perdido aún en sus pensamientos no le prestó atención a lo que él señor levantó la voz para que él joven le prestará atención, confundido y asustado por la situación no dijo ni una palabra, descendió de aquél vehículo, resultaba confuso para él porque no recordaba haber tomado un taxi para llegar hasta la que sería su próxima casa de estudios, en la puerta estaban parados unos hombres morenos, altos y musculosos que intimidaban a cualquiera que quisiera entrar a la gran ciudad universitaria. Estaban allí para retener a cualquiera que osara incumplir alguna disposición universitaria. Albert con temor trató de evitar a estos hombres pero le fue imposible, ellos lo vieron como un sospechoso y pretendían llevarlo fuera para que no molestara a nadie dentro de la Universidad, sin permitirle decir nada obstruyeron su camino y lo tomaron por ambos brazos, uno en cada lado, para llevarlo fuera y así cumplir con su trabajo, Albert estaba confundido hasta el límite pero sabía que debía decir algo y en su desesperación solo pudo exclamar

"!Soy un estudiante de esta universidad!"

"¡Los pordioseros y mentirosos no tienen lugar aquí!"

Sin permitirle decir más lo sometieron en un santiamén, Albert molesto y triste por lo que uno de ellos había dicho, asumía que él era un pordiosero y mentiroso sin permitirle expresarse para aclarar el mal entendido, su primer día en la universidad fue sido arruinada en un abrir y cerrar de ojos, lamentándose por no haberlos confrontado y tratar de explicarles tranquilamente que venía a inscribirse en la universidad talvez aquello no hubiera sucedido, pero de nada sirvió pensar porque ya le habían propinado varios golpes mientras otros estudiantes estupefactos presenciaban aquello, sólo se limitaban a tomar fotos sin llamar la atención y al mismo tiempo otros que perdidos en sus asuntos sólo ignoraban el acto sin prestarle atención, Albert cayó desmayado después de los incontables golpes que los guardias le propinaron, procedieron a revisar las pertenencias del joven, pero al revisar la mochila se dieron cuenta del error que habían cometido, uno de ellos sudó frío y empezó a temblar al ver un documento que estaba firmado por el mismo rector y las principales autoridades de la institución y no sólo eso ¡¡también estaban las firmas de los principales accionistas y colaboradores de la universidad!! Era una locura total, al ver todas esas firmas tuvieron miedo al ver lo que habían hecho con el chico, porque si este muchacho era alguien importante era seguro que su posición se vería afectada gravemente, al notar que Albert estaba inconsciente inmediatamente lo llevaron a la clínica universitaria para que fuera atendido con urgencia, definitivamente hoy no era un día de suerte para el joven y mucho menos para los guardias, metieron la pata de forma magistral, Albert al despertar sintió unos agudos dolores que venían de diferentes partes de su cuerpo, recordó que había sido brutalmente golpeado sin una aparente razón convincente, mientras tanto en la universidad todo el mundo hablaba sobre aquel estudiante que había sido brutalmente golpeado en la puerta principal de la universidad, muchos se quejaban y expresaron su molestia por lo que venía ocurriendo recientemente, se armó un escándalo, el tema de conversación llegó a estar en boca de todos a través de un grupo en una red social que la la institución creó con el fin de que todos pudieran pronunciarse y comunicarse mediante esa red social, sin necesidad de hacer todo un proceso de papeleo. Muchos de ellos enviaban fotos tomadas de la golpiza que recibió aquél joven desconocido, todos se preguntaban quién era, nadie lo conocía y nunca lo habían visto en la universidad, es lo que decían, asumieron que era un estudiante de intercambio, o un estudiante que fue confundido con alguien más, en un abrir y cerrar de ojos se crearon muchas teorías en torno al joven, por ese motivo le decían, si tenían que hablar de él, "El estudiante desconocido". 

Albert despertó de un sueño profundo y al abrir los ojos vio a una enfermera hermosa curando sus heridas, la miró y se perdió en sus ojos color café, ella sonreía mientras veía al pobre muchacho encantado por ella, no pudo evitar sonreír alimentando su ego y vanidad. Saliendo del trance el joven se percató que estaba haciendo algo inapropiado.

"Vamos muchacho ¿piensas seguir mirándome así?"

Balbuceaba sin poder decir nada o al menos nada entendíble, 'pobre muchacho fue golpeado seriamente, está tan mal que ni hablar consigue' pensó la enfermera, no pudo evitar sentir pena por él, esto se vio reflejado en la expresión de su rostro que cambió, ella llegó a ver las fotos y videos de la brutal golpiza que recibió, por eso entendió y se apiadó del muchacho, incluso pensó que la estaba mirando de esa forma porque era difícil moverse por los golpes que recibió.

Él se sintió tan avergonzado por lo que estaba sucediendo, olvidando incluso que fue golpeado, quería disculparse con ella para que no pensará que era un acosador o un tipo de pervertido con fetiches molestos, se disponía a pedir disculpas cuando la puerta de la habitación se abrió e ingresó un señor vestido elegantemente, su sola presencia hacía que todo el ambiente se volviera tenso y hostil para todos.