Capítulo 4
Punto de vista de Bill

Me encuentro mirando fijamente la puerta, esperando que Serena entre a nuestra habitación.

La verdad es que no necesitaba trabajar en la propuesta de Johnson y Haines. Solo buscaba una excusa para que Serena dejara de hablar del divorcio, así que acá estoy, golpeando las teclas de mi laptop, repitiendo las mismas palabras una y otra vez para fingir que estoy ocupado.

No entiendo por qué Serena está siendo tan irracional. Primero, montó tremendo espectáculo durante la cena, quedando en ridículo frente a todos. Luego, me acusó de ignorarla solo porque estaba charlando con Doris. Y ahora, para colmo, sale con que quiere divorciarse. Me parece que algo no cuadra.

Serena no era así antes de casarnos. Una de las cosas que siempre admiré de ella era su capacidad de mantener la calma y la cordura, incluso bajo presión. Sin embargo, es como si algo se le hubiera cruzado en la cabeza y de repente, se hubiera convertido en otra persona.

¿Será porque no le dedico suficiente tiempo? Desde que nos casamos, me he sumergido cada vez más en el trabajo. Pero es que le prometí cuidar de ella, y creo que lo he logrado. La empresa que construí ahora vale miles de millones, gracias a mi empeño y dedicación.

Es solo que no soporto la idea de que Serena vuelva a sentirse a la deriva, como cuando se derrumbó la empresa de su padre. No quiero que tenga que volver a luchar como lo hizo en aquellos días. A veces quisiera que dejara de verme como el villano, a pesar de que no soy de los que abren fácilmente su corazón, si hace falta acudir a terapia de pareja para aprender a comunicarnos mejor, estoy dispuesto a intentarlo por ella.

Pero no entiendo qué le pasa con Doris. Hace unas semanas, me di cuenta de que ella era mi amiga de la infancia al reconocer que llevaba la pulsera de conchas que le regalé después de que me defendió de aquellos bravucones en la playa.

A veces me encuentro divagando, imaginando cómo sería si Serena se pareciera más a Doris. Ella entiende que tengo mucho entre manos, jamás exige más de lo que puedo ofrecer y ha resultado invaluable, ayudándome con los asuntos relacionados con el negocio. Al contrario de Doris, Serena arma estos dramas de la nada. Supongo que quiere toda mi atención, pero con el trabajo hecho un desastre, lo que menos necesito es andar consolándola como si fuera su niñero.

Me quedo un rato más esperando que Serena aparezca, pues quizás si la complazco bien esta noche, dejará de insistir con el divorcio. Sin embargo, no aparece. Por lo tanto, parece que esta noche dormiré solo.

La agenda de mañana está repleta: tengo una reunión importante y además, debo visitar a mamá. Así que el asunto con Serena tendrá que esperar.

********************

Cada vez que llego a la casa de mamá, no dejo de maravillarme, pues la mansión, rodeada de jardines impecables, refleja la opulencia de nuestra familia. El sendero de entrada serpentea entre adoquines perfectamente alineados hasta el portal principal, mientras que los jardines lucen esculturas selectas y una fuente que parece extraída de una revista de decoración.

Cuando me dispongo a entrar, me encuentro con Calvin que va de salida.

"Tío Calvin", lo saludo, "¿Está mamá adentro?"

"Hola Bill", responde, esbozando una sonrisa forzada, "Sí, está. Disculpa, tengo que irme, es que surgió algo urgente del trabajo".

"¿Por qué tanta prisa? Quédate a desayunar con nosotros". Lo invito.

"No, ya estuve mucho rato acá", me mira fijamente antes de agregar, "Oye Bill, tu familia necesita un poco más de tu atención, de tu presencia".

'¿Mi familia? ¿De qué me perdí?' Pienso.

"Hablas como si no fueras de los nuestros, sabes que eres el hermano favorito de mamá, ¿verdad?" Le pregunto.

"Medio hermano, pero igual lo aprecio", suelta una risa breve y añade, "En fin, me voy".

"Nos vemos". Me despido, puesto que sé que es inútil insistir.

Después de todo, tiene su propio imperio que dirigir. Es el dueño de Deep Horizon Industries, un conglomerado europeo que cobija varias marcas prestigiosas. Mientras yo me desvivo por hacerme multimillonario, él ya ha llegado a esa meta. Por eso estoy convencido de que si mis empresas se tambalearan en algún momento, las de Calvin me respaldarían sin titubear, y es que así es él: inquebrantablemente leal a la familia.

Observo a Calvin mientras se aleja en su McLaren, sin dignarse a mirar hacia atrás. Por alguna razón, tengo la sensación de que me está evitando. Pero, ¿por qué?

Me viene a la mente la imagen de anoche, cuando los encontré Serena y a él compartiendo la cena. Ella se veía tan... despreocupada. De hecho, hace tiempo que no la veía sonreír de esa manera. No pude contener un gesto de extrañeza ante la escena. ¿Qué diablos le dijo Calvin para arrancarle una sonrisa así?

Cierro el puño con fuerza, con ganas de golpear algo. Sin embargo, siendo sincero, ni yo mismo logro entender el origen de esta rabia que me consume, tal vez tenga que ver con que Serena ande hablando de divorcio.

Aún me hierve la sangre al recordar cómo Serena me drogó para hacer que me casara con ella. Si bien es inteligente y linda, porque eso nadie lo niega, nunca tuve claro si realmente inspiraba algún sentimiento romántico, su trampa me hizo difícil confiar en ella. Por lo tanto, ni siquiera ahora, estoy seguro de sus verdaderas intenciones.

Fue entonces cuando caí en cuenta; a juzgar por su forma de actuar, lo que realmente busca es sacarme una fortuna con el divorcio. ¡Qué calculadora!

La verdad es que al hacer cuentas, noté que ella podría exprimirme entre 100 y 300 millones de dólares. Aunque mi madre no para de advertirme sobre Serena, siempre he salido en defensa de mi esposa, dándole el beneficio de la duda. Sin embargo, ahora que mis empresas están en su mejor momento, no puedo sacudirme la sensación de que está esperando el momento preciso para pedirme el divorcio.

Le seguiré el juego por el momento, aunque no le resultará tan fácil como cree. En caso de que quiera divorciarse, tendrá que bailar a mi ritmo. Además, quién sabe, tal vez termine dándose cuenta de que divorciarse de mí sería el peor error de su vida.

Esbozo una sonrisa maliciosa al imaginar la cara que pondrá Serena cuando venga suplicándome otra oportunidad, estuvo seguro de que volverá rogándome cuando empiece a tratarla con frialdad, esa táctica funciona cada vez.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP