Ariadna sostenía entre sus manos temblorosas un vaso con agua, hipeando narraba los hechos al investigador en la delegación. Una terrible sensación se había apoderado de todo su ser al imaginar a su pequeño en peligro, ella creía que de un momento a otro iba a enloquecer.
Los investigadores miraban atentos el video que las cámaras del 911 habían filmado, pero ninguno decía nada. Ese silencio abrumador tenía a Ary al borde de la angustia.
Entre tanto Nick bajó a zancadas de su auto, había dejado a la abuela a cargo de su tío, no podía abandonar a Ary en esas circunstancias. El hombre se mecía los rizos de su oscuro cabello con desespero, caminaba buscando entre las personas a su esposa, mientras un agobio perturbador se instauraba en su pecho. Frenó su andar y miró cómo su mujer limpiaba con su pañuelo a cada in
Al mes de la desaparición de Stefano, recibió una llamada.—Señora Ariadna Grimaldi, tenemos información sobre su hijo, si quiere dar con él, necesitamos veinte mil dólares.—¿Cómo sé que dicen la verdad? —cuestionó—. Necesito pruebas, fotos de que ustedes tienen a mi bebé.—Enviaremos las pruebas —aseguraron esos hombres.Ariadna casi no hablaba con su esposo, lo ignoraba no sólo a él sino a todas las personas a su alrededor.Nick por su parte contrató agentes privados para dar con su hijo y aunque él trataba de demostrar fortaleza por dentro estaba igual o peor que Ariadna. Llegaba a su oficina, observa la foto de su pequeño y las lágrimas caían sobre su rostro, lloraba por su niño, por Ariadna, por él mi
«Si nos quedara poco tiempo by Chayanne» sonaba en el bar donde Nick se encontraba sentado en la barra.«Si nos quedara poco tiempo, si mañana acaban nuestros días, si no te he dicho suficiente que te adoro con la vida». Retumbaba en la cabeza de Nick, se alzó la copa de whisky canceló la cuenta y salió decidido a hablar con Ariadna y hacerle entrar en razón.El tráfico lo tenía atascado en una de las grandes avenidas, una sensación de vacío se instaló en su pecho, como si un mal presagio se apoderara de él, la desesperación empezó a recorrer sus sentidos.Después de unos minutos llegó a casa, la escena que se encontró fue muy dolorosa. Ariadna desmayada en el piso, a su lado el frasco de pastillas. Nick, corrió a tomarle el pulso.&md
Llegó al hospital con mucho dolor, casi no podía caminar, las enfermeras le ayudaron. Ariadna pidió que llamaran a su amiga, quien de inmediato salió a su encuentro.—¿Qué tienes?—¡Mi bebé! —jadeó presionando los dientes—. Ana Cristina ayúdame... ¡Estoy sangrando!La doctora de inmediato pidió llevar a Ariadna a emergencias, llamó a Nick, quien salió corriendo para el hospital.La doctora empezó a examinar a su amiga, le hizo una ecografía para revisar el estado de su placenta y del bebé, y tal como Ana Cristina pensó, Ary presentaba un problema.—¿Qué pasa con mi hijo? —inquirió nerviosa.—Tranquila Ariadna, tienes placenta previa, te voy a administrar medicamentos para red
Meses después Una noche de incesante lluvia, Nick no llegaba a casa. Ariadna, bañó y le dio de comer a su pequeña Tefa, se acostó a su lado y se quedó dormida. En horas de la madrugada se despertó fue a su habitación y su cama estaba intacta. Nick, no había llegado. Ariadna preocupada marcó el celular de su esposo, no recibió respuesta estaba apagado. —Si se consiguió otra mujer está en su derecho. ¿Qué esperabas Ariadna? Tienes a tu esposo abandonado —hablaba consigo mismo, aunque trataba de ser razonable, pensar en esa posibilidad le dolía mucho, ella amaba a Nick. De tanto esperar se quedó dormida, despertó al escuchar el llanto de Tefa en horas de la mañana, fue por su niña preocupada al ver que su esposo no aparecía. —¿Y si las personas que se robaron a Stefano, le hicieron daño a tu papá? — se preguntaba mientras cambiaba a su pequeña de pañal, entonces escu
Nick miraba a través de las ventanas los nubarrones negros que cubrían el cielo aquella fría noche. La tristeza que reflejaba su alma se notaba también en su semblante abatido. Su amada esposa tuvo que quedarse aislada del mundo exterior, él con un hondo vacío en su pecho, aceptó, decidido a hacer hasta lo imposible porque Ary recuperara la razón. Nick en medio de su agobio tuvo que contratar una niñera que se hiciera cargo de su pequeña hija, su madre debido a que cada vez el cáncer avanzaba, sufría de dolores terribles. Consuelo a veces pasaba solo acostada, ya ni los medicamentos calmaban sus males. Se escuchaba en esa casa los constantes quejidos de la pobre mujer. Nick, sentía que de un momento a otro iba a enloquecer al igual que Ariadna. El Padre Fausto gran amigo de la familia, acudía a conversar con Consuelo, la mujer que tanto odiaba a Ariadna, empezó a cambiar su manera de pensar, sabía que estaba a punto de morir y se quería
Dos meses después. Ariadna presentaba una gran mejoría en su estado mental, recibía las visitas de Nick y de su pequeña Tefa. Ella estaba asimilando la pérdida de Stefano de mejor manera gracias a la ayuda psicológica ya no se sentía culpable, ella misma por su cuenta sacaba fuerzas para resurgir de entre las cenizas y recuperarse, y de esa forma retomar la búsqueda de su niño. Nick al ver a Ariadna mejorando sentía mucha alegría, por su parte tampoco dejaba de buscar a su pequeño. Semanas después Ariadna salió del hospital psiquiátrico, renovada con fuerzas para proseguir con su lucha de recuperar a su niño. El Padre Fausto, la familia de Nick, Ana Cristina, Conny le brindaron una cordial bienvenida. —¡No lo puedo creer! —exclamó Ariadna al ver a todos reunidos, abrazó a sus amigas, a la abuela Fiorella, a Francesco, al Padre Fausto, le besó en la mano. —¡Bienvenida! —
La ambulancia llegó y los paramédicos brindaron los primeros auxilios a Nick, le colocaron oxígeno, mientras Ariadna y Conny angustiadas no paraban de llorar.—Me pidió estas pastillas —indicó Ary con voz endeble mostrando el frasco a los paramédicos. —¿Para qué son?—Sirven para tratar enfermedades cardíacas. ¿Usted es familiar del señor?—Soy su esposa —respondió sintiendo un nudo en el estomagó, inclinó su cabeza avergonzada al observar la mirada inquisidora de una de los paramédicos.—Ella estuvo enferma un tiempo —comentó en defensa de Ary su amiga Constanza.Enseguida subieron al joven Grimaldi a la ambulancia.—Te encargo a Tefa —pidió Ary, se fue junto con su esposo al hospit
Enseguida se sirvieron la cena. Ariadna trataba de mantener la calma, pero su corazón atormentado no le dejaba en paz, las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas, tomó una servilleta y se las limpiaba tratando que Nick no se diera cuenta, pero eso fue imposible. —¿Qué pasa, amor? —Ariadna retiró el plato de comida inclinó su cabeza, no podía ni hablar—. ¿Qué tienes? Ella se puso de pie y abrazó a Nick con todas sus fuerzas. —¡P-perdóname p-por favor! —suplicó Ariadna ahogada en llanto. —¿Perdonarte qué? —Mi abandono, mi incomprensión. —Gimoteó—, el dolor de perder a Stefano me enloqueció Nicholas, yo no sabía qué hacer con mi vida...Te descuide a ti a mi pequeña... —Ariadna mírame —ordenó Nick. Ella obedeció, lo observó con sus hermosos ojos negros entristecidos. —Yo te comprendo mi amor, entiendo tu dolor, es el mismo