Trisha Banks es una joven asistente recién contratada por Darius Evans, un empresario atractivo y temperamental. Aunque su relación con él comienza con fricciones debido a las estrictas reglas de la empresa, la situación da un giro inesperado cuando Darius le hace una propuesta que parece sacada de un sueño… o una pesadilla: casarse con él para que él pueda mantener el control de su compañía. A cambio, le ofrece una suma de dinero y beneficios que la dejarían muy bien posicionada. Trisha, incrédula, debe decidir si está dispuesta a aceptar el trato y adentrarse en una relación falsa que pondrá a prueba no solo su profesionalismo, sino también sus emociones. ¿Podrá mantenerse alejada de los sentimientos que comienzan a despertar entre ellos o caerá en un juego peligroso del que ninguno saldrá ileso?
Leer más"Después de la tormenta, viene la calma."Eso es lo que siento en estos momentos, luego de pasar por dificultades y malos momentos. Ha llegado nuestra calma.Llega la hora en que nuestras vidas se llenen de tranquilidad y mucha felicidad.—¿Lista para uno de los momentos más importantes de tu vida? —dice el señor Evans, que se coloca a mi lado y tiende su brazo—. Tengo el placer de entregar a la novia más hermosa.Me sonríe tiernamente; asiento con una sonrisa y lágrimas que amenazan con salir en cualquier momento.—Muchas gracias, señor Evans.—Nada de "señor Evans"; eres mi nuera, la madre de mis nietos y la esposa de mi hijo. Sería un placer para mí que me llames "papá" o "suegro".—Muchas gracias, papá —enredo mi mano sobre su brazo—. Eso es lo que se ha convertido en este tiempo para mí.Él sonríe y asiente.Abbey se coloca detrás de mí, coloca mi velo de novia sobre la tiara, hace una pequeña señal con su mano y comienza a sonar la música de fondo. Los invitados se levantan de s
Semanas despuésEstas semanas han sido muy tranquilas y llenas de felicidad para todos, o bueno, no para todos.La relación de Abbey y Leo ya no es una realidad, ya que otra chica está robando su atención. No lo culpo; él trató de formalizar su relación con Abbey, pero ella prefirió dejarlo, sin saber que corría el riesgo de que otra mujer lo valorara como se lo merecía, y tuvo que aceptar las consecuencias.Hace unos días, Leo se mudó a su propio departamento, teniendo su propio espacio, tal y como lo anhelaba, mientras Alanys y Mike van viento en popa en su relación. Inclusive, este se mudó a vivir con ella.Darius se reincorporó a la oficina. Hemos estado trabajando juntos, regresamos a casa juntos y compartimos tiempo con los niños.Taisha empezó a asistir a clases de danza, mientras Dax toma clases de béisbol. El señor Evans y Darius están muy emocionados con la idea de que juegue béisbol, debido a que tiene un gran talento. Ambos asisten a las prácticas o juegos siempre que pued
¡Paz y felicidad!Es lo que estoy sintiendo en estos momentos. Después de muchos días, por fin Darius está de regreso en casa. Lo veo tranquilo y, al igual que él, estoy feliz de que toda esta pesadilla haya terminado.Nos encontramos todos reunidos en nuestro departamento. Las chicas y yo decidimos venir a la cocina para preparar algo ligero para cenar.—Trish, hay algo que deberías saber, pero no sé si deba contártelo o esperar a que mi hermano te lo cuente.—¿Qué pasa? —dejo de cortar los vegetales y observo a Abbey y Alanys, que se ven un poco nerviosas.—Es Catalina. Mañana en la tarde será llevada a un centro penitenciario, pero está pidiendo hablar con Darius y contigo antes.Catalina, la desgraciada que me atropelló y me robó uno de mis tesoros más preciados, la que secuestró a Darius y casi nos mata a ambos... Esa mujer que ahora está en una silla de ruedas quiere vernos a Darius y a mí.—¿Cómo lo sabes?—Escuché a Leo hablar con papá ayer. Piensan decírselo a Darius primero
"Hogar, dulce hogar"Luego de pasar una semana bajo cuidado médico en el hospital, debido a mi operación, al fin hoy me dan de alta y puedo salir de este lugar.Nunca me han gustado los hospitales, y pasar una semana entera acostado en una cama sin hacer nada me estaba volviendo loco.Debo agradecerle a mi bella Trish, que estuvo conmigo todo este tiempo y evitó que perdiera la cabeza. No sé qué haría sin ella y mis hijos; son mi luz, mi alegría, mi felicidad.—Cariño, ¿estás listo? Es hora de irnos —salgo del cuarto de baño y me encuentro a mi hermosa mujer terminando de arreglar mis maletas.—Sí, amor, ya nos podemos marchar de este manicomio. No soporto pasar una noche más en este lugar; necesito mi cama y a mi mujer.—No seas exagerado, Darius —rueda los ojos y sujeta su bolso—. Eres muy dramático.—¿Yo, dramático? —pongo mi mano sobre mi pecho y me hago el ofendido—. ¿Te parece dramático que extrañe dormir en mi cama cómodamente, junto a mi mujer?Sonríe, se acerca a mí y enrosca
Unas manos acarician mi cabello. Abro los ojos lentamente, pero no veo a nadie frente a mí. Aun así, mi cuerpo reconoce perfectamente a quién pertenecen esas manos que tanto amo.—Buenos días, mi amor —escucho su voz y me levanto rápidamente. Lo veo sentado en la cama, con una pequeña sonrisa en su rostro.—¡Cariño! —sin poder contenerme, me lanzo a sus brazos como una niña pequeña—. Tuve tanto miedo de perderte.Darius envuelve sus brazos alrededor de mi cintura y me da un beso en la frente.—Jamás dejaría a la mujer de mi vida y a mis hijos solos. Ustedes me necesitan a mi lado, y yo a ustedes, nena —dice, dándome un suave beso en los labios. No puedo evitar sonreír.—¿Hace cuánto despertaste? —pregunto, notando las vendas nuevas en su herida.—No hace mucho. La enfermera vino a cambiarme las vendas y a darme mi medicamento —me responde, divertido.Levanto una ceja y lo miro con fingida desaprobación, mientras él se ríe.—Debiste despertarme —le digo, cruzándome de brazos—. Tengo qu
¿Será que algún día podremos vivir en paz?No nos merecemos todo esto. No es justo que, después de tantos años separados, ahora que finalmente somos una familia, tengamos que enfrentar todo este sufrimiento.Llevo más de una hora en la sala de espera, junto a Leo, esperando noticias de Darius. Nadie nos dice nada. Según una enfermera, su condición es crítica, y es demasiado pronto para dar un diagnóstico.¿Qué ocurrió con Catalina y Lucía? Aún no lo sé, y, francamente, no me importa en este momento. Mi prioridad es el hombre que está luchando por su vida allá dentro.—Tranquila, hermosa. Todo va a salir bien. Darius es un hombre muy fuerte —dice Leo, acercándose y envolviéndome en un abrazo.—Tengo tanto miedo de perderlo... No podría seguir sin él —susurro mientras me aferro a su pecho, dejando salir todo el dolor que me consume por dentro.Darius es mi todo, mi otra mitad. No puedo imaginarme despertar sin él cada mañana. Después de tantos errores y tiempo perdido, ahora que solo qu
Llegamos a nuestro departamento. Le pedí a Mike que fuera por los niños a casa de los padres de Darius. Después de muchas objeciones por su parte, logré que aceptara, con la condición de que uno de los guardaespaldas se quedara en el departamento cuidándome.Subo a la habitación que compartimos Darius y yo, voy al armario y busco algo ligero para ponerme. Justo cuando estoy a punto de entrar al baño, el teléfono suena y me apresuro a contestar con la esperanza de que sean buenas noticias.—¿Bueno?—Dime, ¿te gustó la foto que te envié?Mi cuerpo hierve de rabia, mientras la risa de ella resuena en mis oídos, burlona y cruel.—¿Dónde tienes a Darius y qué quieres para dejarnos en paz de una vez por todas?—Te dije que pagarías caro por haberte metido conmigo, estúpida. Ahora dime, ¿qué estarías dispuesta a hacer para salvar la vida de Darius?—No te atreverás a hacerle daño.—Oh, estúpida, no me retes. Ya no me importa nada.—Dime qué quieres para dejarnos en paz de una buena vez, Cata
Sentía mi cuerpo pesado, agotado, mientras un dolor punzante me atravesaba la cabeza. La sangre bajaba lentamente por mi cuello, empapando cada vez más mi camisa. Traté de recordar lo que había pasado en casa de mi abuela, pero todo estaba borroso, como una niebla espesa que no me dejaba pensar con claridad. Solo tenía en mente el golpe brutal en la parte trasera de mi cabeza.¿Qué diablos había pasado?Al abrir los ojos, me di cuenta de que estaba amarrado a una silla. El lugar parecía un sótano oscuro y húmedo, apenas iluminado por una luz tenue. La habitación estaba vacía, fría, casi como una prisión olvidada. No tenía idea de cuánto tiempo llevaba allí, pero sabía una cosa con certeza: Trisha debía de estar completamente desesperada por mí.El sonido de unos pasos me sacó de mis pensamientos. Inmediatamente incliné la cabeza, cerré los ojos y me mantuve quieto, fingiendo inconsciencia. Los pasos se acercaron cada vez más, y cuando la puerta se abrió, sentí la presencia de alguien
Mike me sostiene mientras estoy sentada en el sofá, a mi lado. Alanys pasa un algodón con alcohol por mi nariz, tratando de calmarme.—Tenemos que calmarnos y pensar con cabeza fría —dice el señor Evans, abrazando a su esposa con un gesto preocupado.—Buenas noches —Leo entra a la sala y, al ver cómo me encuentro, se apresura a acercarse—. Hasta ahora pude ver los mensajes de Abbey. ¿Me pueden decir qué pasó?Vuelvo a romper en llanto, y Leo me abraza con fuerza.—Creemos que Darius está secuestrado —Alanys le pasa el teléfono a Leo, quien observa las imágenes y el mensaje con una expresión de incredulidad—. No sabemos cómo ocurrió todo esto.—Yo creo saber quién está detrás de esto —dice Leo, separándose de mí con una expresión sombría—. Lamento no haberlo dicho antes, pero Darius me pidió discreción.—¡Habla ya, Leo! ¿Quién tiene que ver en todo esto? —exijo, aunque en el fondo una idea empieza a tomar forma en mi mente.—Adelia, su abuela —revela Leo. Todos lo miran sorprendidos, e