Subimos las escaleras de la majestuosa casa, con Victoria guiándome hasta la habitación que había sido preparada para nosotros. Mi corazón latía rápidamente, y aunque trataba de aparentar calma, no podía evitar sentirme abrumada por la situación. Victoria abre una puerta doble y me invita a entrar. El cuarto es amplio, decorado con un estilo elegante y moderno, con una gran cama en el centro.

—Aquí podrán descansar cómodamente. Si necesitan algo, no duden en llamar a los empleados —me dice Victoria con una sonrisa cálida—. Buenas noches, querida.

—Gracias, Victoria. Buenas noches —respondo, tratando de sonar lo más tranquila posible.

Después de que Victoria se va, me quedo sola en la habitación por un momento. Camino hacia la cama, tocando las suaves sábanas mientras trato de procesar todo lo que ha sucedido hoy. Justo cuando me siento en la orilla de la cama, escucho que la puerta se abre de nuevo.

La puerta se abre. Darius entra despacio, se sacude la chaqueta mojada por la lluvia y