—¡Mamá!
—¿Qué pasa cariño? ¿Por qué gritas así? ¿Y por qué lloras mi ángel hermoso?
Camino hasta llegar a su lado.
—Mira mami, Pececito tres no despierta.
Me acerco más a la pecera y compruebo que tiene razón, pero este por desgracia no duerme, sino que ha muerto. Sin embargo, como le explicas a una niña de cinco años, haciendo pucheros, sobre lo que significa irse al más allá y no volver a verlo. Aunque ha estado en el cementerio con nosotros a presentar respeto a sus abuelos, aún no sabe exactamente qué significa la muerte. Para mí, esta es una de las partes difíciles de la crianza, los por qué.
Justo en ese momento entra en casa mi héroe, supongo que mi cara le dice todo por qué sonríe. Él trae a Chris en sus brazos, los ojos del enano se abren y cie
Matthew Bajo las escaleras para ir en busca de la salida de la casa, hoy iré a divertirme con unos amigos y a conquistar algunas chicas. Voy muy animado, pero mis pasos se detienen al escuchar a mi padre hablar. —Matthew, porque no vienes conmigo hoy a ver los negocios y así continúas aprendiendo hijo. Me giro a verlo con cara de pocos amigos. —¿Pa, de nuevo? Ya me has tenido todos estos días allí, enseñándome todos tus trucos. Solo tengo diecinueve años los cuales acabo de cumplir, el mes pasado, por cierto. Tan solo déjame disfrutar de mis vacaciones. Me he esforzado bastante para sacar buenas notas por lo que creo que merezco un descanso. —Hijo, yo no necesito que tú obtengas buenas notas, lo importante es que aprendas de verdad. Tú eres mi heredero y si el día de mañana no estoy, tú te harás cargo de todo lo nuestro. Y sabes mejor que nadie, la familia que nos rodea, hienas sin corazón que no dudaran en destrozarte entre risas. —Pa, lo sé, pero por favor no digas que no vas
Cuando los síntomas se fueron agravando a un punto ya no justificado, decidí ir a ver al hijo de uno de los mejores amigos de mi padre, que era un gran doctor. De hecho, me atendió desde niño, era mi doctor de cabecera, siempre había contado con él. Llegué a su consulta a verlo, donde luego de saludarme y de algunos análisis me dijo que no le gustaba lo que veía. Por lo que me iba a remitir con otro médico que era muy amigo suyo. Hubo un momento en que sentí que algo estaba pasando y aunque traté de saber que era, no quiso decirme nada más, simplemente me envió a ver a Carl Sandoval.El día que fui a ver al otro doctor, Claudia fue junto conmigo, insistió en que debía estar a mi lado. Al llegar al hospital nos guiaron el camino hasta la consulta y al llegar nos dimos cuenta de que era el área de oncología, por lo que mi corazón se paralizó. Respiré varias veces y me dije que no podía adelantarme, todo tenía una explicación y no tenía por qué ser algo tan negativo. Mi novia apretó mi
MatthewEn el tiempo que comencé mi segundo bloque de quimio después de la remisión, Carl y yo desarrollamos una amistad bastante fuerte. Al punto de que a veces cenábamos juntos y nos hacíamos compañía algún extraño fin para ver un juego de básquetbol o cualquier otro deporte. Además, en el salón de las terapias conocí a una señora llamada Georgina, quien era sin lugar a duda un amor de persona. Al final éramos solo ella y yo en aquella salita, se sentía como si estuviéramos en otro sitio y no en el infierno. Ella tenía tanta voluntad de vivir por su hija, ya que su esposo las abandonó y las dejó a su suerte sin jamás volver a preocuparse ni por la nena. Había trabajado duro para salir adelante y ahora, aunque había reunido un buen dinero, le dolía ver que se iba en estos tratamientos tan costosos y dolorosos.—Sé que cuando salga de aquí lo recuperaré para que mi hija termine su carrera tranquila y no tenga que estar al tanto de sí, ya cené o tomé las medicinas.—Gina. —Así le decía
MatthewRecuerdo que me contó sobre una pelea que tuvo con su hija, aunque no lo parezca, Gina era la que le impedía muchas veces que la acompañara. Le decía que debía centrarse en sus estudios y cuando le dijo que dejaría la universidad, juro que pude sentir cómo se le derrumbaba el único pilar que la mantenía en pie. La verdad era que Carol lo estaba intentando, es duro mantener un hogar, un enfermo y estudios. Imagino que nunca se ha quejado frente a su madre y eso me hace pensar que ambas son fuertes sin lugar a duda, de tal palo tal astilla. Pero mi querida madera de calidad comenzaba a resquebrajarse, mi amiga se estaba marchitando.Aunque a veces teníamos consultas con psicólogos, igual no creo que hicieran mucho, porque cuando tu cuerpo comienza a pedirte parar, dudo que algo en este mundo pueda animarlo a seguir.—Matt… estoy cansada de pedir y no ver siquiera una señal, algo que me diga que saldremos adelante. Mi confianza está dañada cada día, siento vergüenza de pensarlo,
MatthewLe hago compañía mientras libera su dolor y no soy el único, la muerte nunca es fácil de manejar para nadie. El personal médico también está afectado porque Georgina era alguien que se ganaba tu corazón sin reparo. Tenía bromas y palabras de ánimo para todo lo que te acongojara, era capaz de hacerte ver la vida desde otro punto de vista. Así era ella, sencilla y fuerte a pesar de haber pasado, por tanto. Y hoy a esa maravillosa persona, le he hecho una promesa antes de partir y pienso cumplirla sin lugar a duda. Ya que ahora tengo algo nuevo por lo que vivir, por lo que sentir, algo que me ha dejado una mujer sin igual.Al final creo que mi amiga y madre adoptiva tenía razón cuando me repetía hasta el cansancio que la ayuda venía en camino. Ella que me entendía y aconsejaba ha vuelto a hacerlo, otra vez me ha dado un nuevo ángulo para observar la vida. Tengo un nuevo soporte para sobrevivir y así cuidar de su tesoro más preciado, algo que me da agarre para seguir y eso se llam
MatthewLuego de que aceptara mi petición la llevé directamente hasta su casa y la acompañé hasta la puerta. Busco las llaves y cuando entró la vi llenarse por completo de tristeza, de seguro se sentiría tan sola aquí. Este ha sido su hogar desde siempre, ha de estar lleno de recuerdos, de momentos, de peleas y de amor. Cuando mis padres se fueron yo no pude vivir en nuestra misión, se sentía tan mal recordar a cada paso lo que vivimos que tuve que abandonar todo. Estoy seguro de que ella se sentirá igual, aunque es fuerte como su madre, en la soledad y rodeada de imágenes de su ser querido se marchitara. Entonces hablé sin pensar, algo que no hago nunca, pero con ella se me afloja la lengua.—¿Carol?—¿Matthew?—Dime solo Matt como tu mamá me llamaba.—Oh, okey, Matt.—Sé que puede parecer una locura, pero tú estás sola, esta casa te va a matar rodeada de tanta tristeza. La mía es grande y también estoy solo así que por qué… porque no te mudas conmigo y así estaremos el uno para el o
MatthewDesperté y ella ya no estaba sobre mi pecho, me asusté, será que también me abandonó. Rápido me levanté y al abrir la puerta, un delicioso olor a crepas me despertó por completo. Ella se movía en su pequeño pijama de una forma increíblemente ágil a través de aquella enorme cocina. La isla estaba servida con un bol sobre ella y un pomo de agua. Cuando volví a mirarla, ella estaba mirándome bien sería.—¿Buenos días?—Matt, buenos días. ¿Ya cepillaste tus dientes? Sabes lo importante que es eso para ti, ¿verdad? Así que ve ahora mismo sin detenerte por nada.Uy la que me lie, esta chica se cree mi madre o enfermera. No dije nada más y me fui directo al baño, para hacer mi rutina de belleza. Cuando regresé, ya ella estaba sentada esperándome, al verme me sonrió.—Um, hiciste desayuno, ¿cierto? Sentí que olía a crepas.—Sí, olía justo a eso, pero no para ti.—No, en serio, no vas a hacerme eso. Estás cometiendo un crimen mujer.En serio tenía ganas de llorar, hace tanto que no las
MatthewAsí pasamos el tiempo de la aplicación del suero, la verdad, olvide donde estaba, era como volver a estar en el colegio. Esperando que te devuelvan la respuesta del papel que le lanzaste a la chica que te gustaba. Con terror de que la profesora lo intercepte, haciéndote pasar vergüenza y leyéndolo frente a todos tu confesión.Con todo este juego hasta las enfermeras e incluso los otros pacientes estaban animados, viendo el drama ante sus ojos como si fuera una telenovela. La sala se sentía encantada, con un aire de misterio y alegría. En el que todos nos incluimos, sin saber en realidad, que solo era una amiga, tratando de levantarle el ánimo a un amigo.Cuando todo se terminó, que llegué afuera, ella me sonreía de oreja a oreja como si fuera una niña pequeña. El personal del hospital nada más nos miraba, yo negué con la cabeza y la bajé mirando hacia el suelo. Sentí que me ponía colorado y boté el aire fuertemente. Vi sus pies a mi lado y sentí que besó mi rostro, enseguida l