El Alfa y el Beta iban enfrentados, mirándose. Ambos iban en la parte de atrás de uno de los 4x4 tácticos de la manada. El terreno era escarpado y aún era de noche, así que el conductor avanzaba con cautela, como así lo hacían cada uno de los coches que llevaban en el convoy.
Las horas anteriores habían sido de máxima tensión. Tan sólo media hora después de que el Alfa volviera de cazar al asesino y mandara convocar a los Theta, el consejo ya estaba reunido discutiendo la respuesta.
El Theta Francis, fue lo bastante osado como para proponer que sólo se realizara un bloqueo comercial como represalia al ataque. Nada más sugerir eso, el Alfa le propinó un fuerte puñetazo en la cara.
El Alfa estaba decidido a arrasar con toda la manada, pero, los Thetas consiguieron que la respuesta se limitara a un ataque directo al Alfa de la manada Claro de Luna, eso mandaría un mensaje claro de lo que conlleva atacar a la manada Valle Maldito.
Entonces llegó el turno del Theta Clint, el encargado de la defensa. El Theta Clint era bastante belicoso y paranoico, pero nunca había fallado a la manda y mantenía un arsenal que haría las delicias de muchos países. En cuestión de minutos, el Theta Clint elaboró una estrategia de ataque y se la explicó al resto de sus compañeros.
La estrategia era en realidad bastante sencilla. Entrarían al territorio de la manada por una zona escarpada donde no había vallas, desde ahí se separarían en tres grupos. Dos grupos de francotiradores tomarían posiciones en dos colinas cercanas a la casa del Alfa, desde allí darían cobertura al grupo de choque que entraría en la casa del Alfa de la manada Claro de Luna, cumplirían con su objetivo y se marcharían.
Todo avanzaba según lo previsto, entraron en el territorio de la manada por la zona escarpada, los grupos se separaron y el grupo de choque se acercó con sigilo mientras los francotiradores se preparaban. Aunque en otras circunstancias nadie se lo hubiera permitido, Alfa Ryan iba en el grupo de choque, Beta Richard y Theta Clint le acompañaban. Todos iban muy tensos, sabían que la batalla podía comenzar en cualquier momento.
Afortunadamente, consiguieron eludir a los guardias hasta la casa del Alfa. Una vez allí, Clint hizo una señal a uno de sus chicos y este se acerco a la puerta, levantó una tapadera de plástico y empezó a trastear con cables. Estaba desactivando la alarma.
Una vez la alarma estuvo desactivada, saco unas ganzúas de su cinturón y comenzó a hurgar en la cerradura de la puerta, sólo le llevo unos minutos hasta que la puerta cedió con un clic. Entonces el soldado le hizo una señal con la cabeza a Clint.
Clint saco media docena de granadas de gas de su mochila y una a una las fue lanzando dentro de la casa. Mientras tanto todo el equipo se fue poniendo sus máscaras de gas para entrar. Cuando el Theta Clint lo indicó fueron entrando uno a uno con sus fusiles apuntando. Todo estaba saliendo de acuerdo con el plan, si nada se torcía, cumplirían su propósito y se volverían por donde habían venido.
Pero nada más habían entrado en la casa, comenzó a sonar una alarma. El Theta Clint, reaccionó rápidamente.
-Muy bien señores, tenían una segunda alarma escondida, esto se va a poner feo. Soldados, tomad posiciones en la entrada, nadie puede entrar. Alfa… haz lo que tengas que hacer y salgamos de aquí cagando leches.
El Alfa Ryan asintió y se dirigió hacia el dormitorio del Alfa de la manada Claro de Luna, el Alfa Jason.
Al menos parecía que el gas somnífero había hecho su efecto y todos los guardias a su paso estaban noqueados. Llegó hasta el recibidor y comenzó a subir por la escalera. Estaba muy cerca, pero al llegar al primer rellano, le sorprendió un poderoso puñetazo que le hizo tambalearse y que su fusil cayera por el hueco de la escalera.
Era el Alfa Jason. Por algún motivo el Alfa se había despertado y aunque claramente no había tenido mucho tiempo, pues llevaba tan sólo un pantalón de pijama puesto, había podido colocarse una máscara de gas. El Alfa Jason era un lobo ya entrado en años, pero su torso desnudo dejaba apreciar que se mantenía en forma y su melena plateada alborotada le daba un aspecto temible.
-¿Pero que tenemos aquí? Los cachorritos del Valle Maldito vienen a vengar a su putita.
-¡Hemos venido a hacer justicia!.
El Alfa Jason soltó una heladora carcajada y se crujió los nudillos.
-Tú no sales vivo de esta.
El Alfa Jason comenzó a lanzar puñetazos sobre el Alfa Ryan, Ryan apenas podía cubrirse bien, no esperaba encontrarse a un rival tan formidable. Tras una docena de envites que le habían colocado frente a la pared, por fin recayó en que su oponente estaba descalzo y en un movimiento del que nunca se sentiría orgulloso, le dio una patada en los pies de su contrincante con sus botas militares. Esta jugarreta le permitió ganar terreno y por fin pudo devolver algunos golpes. Pero Jason no se rendía, no parecía que fuera a hacerlo nunca.
-O sea que quieres jugar, pues juguemos.
Con un movimiento muy extraño el Alfa Jason agarró al Alfa Ryan y lo arrastro atravesando el ventanal de la escalera. Cuando Jason pudo volver en sí, se encontraba en una plaza rodeada de casas. Las luces anunciaban que habían sido escuchados y las luces del alba permitían ver lo que estaba sucediendo. El Alfa Jason no había perdido el tiempo y avanzaba hacia Ryan medio transformado, su aspecto era absolutamente temible, su lobo hacía que estuviera hinchado, media más de dos metros y medio.
-Hora de morir.
Agarró a Ryan por el cuello y comenzó a estrangularlo mientras lo sostenía en el aire. Ryan pensaba que había llegado su hora, pero entonces recordó que aún llevaba encima el puñal que había acabado con su prometida. Entonces, haciendo fuerzas de flaqueza, lo sacó y se lo clavó al Alfa Jason en el pecho. El efecto fue inmediato. Ningún lobo puede resistir a un corte con una hoja de plata. El Alfa Jason pudo lanzar una última mirada furiosa antes de dejar caer a Ryan.
Durante un instante, Ryan yació dolorido en el suelo pensando que todo había acabado. Fue el Theta Clint el que lo sacó de su ensoñación.- Vamos jefe, esto aún no ha acabado.El escándalo de la ventana había despertado a media manada, muchos de ellos ya sabían lo que había ocurrido, se escuchaban gritos y aullidos. Esto no debería haber pasado.-Vamos jefe, levanta hay que cubrirse.Ante la estupefacción de Ryan, Clint comenzó a arrastrarlo hacia una pickup que, hacía las veces de barricada improvisada. Justo cuando llegaron empezaron a silbar las balas. EL resto del equipo de choque estaba allí, incluido su beta. Entonces Ryan fue consciente de que había lobos moviéndose en la sombra. Y por primera vez en su vida sintió verdadero terror-¡Nos rodean! Nos han rodeado, nos van a masacrar.El Theta Clint en cambi
Durante las dos semanas después del ataque, nadie vio al Alfa Ryan.Los rumores sobre lo acontecido en la manda Claro de Luna empezaban a ser algo más que rumores. Al parecer, los supervivientes habían abandonado el asentamiento y se habían refugiado con otras mandas hermanas. La afrenta había sido grande y los guardias de Valle Maldito se preparaban para una respuesta, pero no parecía que eso fuera a ocurrir a corto plazo.El Alfa Ryan se fustigaba día y noche con las imágenes de la masacre. Se culpaba de haber permitido lo sucedido y le avergonzaba mirar a su gente a la cara.Finalmente, el Beta Ryan decidió que era momento de tomar cartas en el asunto. Una mañana entró sin permiso en la alcoba del Alfa y destapó sus cortinas.-Señor, es momento de volver a la vida.-Déjame en paz con mis pensamientos Beta insolenteRichard intento aproximarse
Ryan tenía delante de sí mismo uno de los mayores misterios que había presenciado nunca. La cueva que se habría delante de el exhalaba un extraño humo verde, pero no verdoso. Verde brillante, casi fosforescente. Esa era la cueva.Temiendo que el humo pudiera envenenarle, cogió aire y se interno por el pasadizo. A los pocos segundos se dio cuenta de que tenía que respirar, el camino era más largo de lo que pensaba.Con la primera bocanada esperaba sentir un olor fétido, pero resultó ser agradable y embriagador. Ryan no sabía exactamente a que olía, pero era como comida recién hecha, como flores de primavera y como el aroma que trae la brisa del mar.Después de lo que a Ryan le parecieron doscientos metros, comenzó a vislumbrar una figura iluminada a lo lejos. Creyó que lo más educado era presentarse.-Hola, soy el Alfa Ryan, hijo del Alfa
Antes de despertarse, Alfa Ryan sabía exactamente donde iba a estar. Afortunadamente, porque estaba encaramado en el alféizar de una ventana. No una ventana cualquiera, la ventana de la habitación de Cleo.El Alfa había aparecido ahí de repente tras desvanecerse en la cueva de Tiberius. Él sabía que había viajado al pasado, pero se veía real, se sentía real.Sabía dónde estaba, era la ventana de Cleo. La semana antes de la boda habían acordado no verse, como mandaba la tradición en su manada. Pero Ryan no había podido contenerse y a los cuatro días se había colado por la ventana de su cuarto. Ahora, estaba reviviendo esa noche.Tal y como ya había hecho tocó tres veces en el cristal y a la pobre Cleo casi le da un infarto. Pero se acercó a la ventana y lo dejó pasar divertida.-¿No se supone que un Alfa no debe ver a su Luna la semana antes de su rito de apareamiento?-Necesitaba verte.Alfa Ryan tomó un momento para mirar bien a Cleo, era ella, no había duda, el viejo chiflado lo hab
Una vez el Alfa volvió en sí, Tiberius comenzó a explicarle los riesgos de modificar el pasado. En su opinión, cambiar el pasado no resuelve nada y puede provocar más problemas que solucionar ninguno. El Alfa Ryan, por su parte, le replicó que es necesario volver atrás en las decisiones tomadas en el pasado para mejorar el futuro de su clan.-Mira chico, cambiar el pasado va contra toda regla ancestral, si sigues con ese camino, vamos a tener problemas.-No creí que tú precisamente fueras el mayor defensor de las reglas ancestrales.Tiberius titubeó un instante.-Yo soy un adalid del conocimiento, pero sé donde están los límites.-Entonces explícameloTIberius miró un instante al Alfa, valorando si merece la pena el esfuerzo, finalmente claudica.-Está bien, tú sabes tan bien como yo que lo que hago es peligroso. Mezclarte en el tejido del tiempo tiene consecuencias inesperadas, por eso los cabezas huecas de tu manada lo temen.-Entonces, ¿por qué lo haces?-Hay muchos motivos para vi
La vida de Ryan había cambiado mucho en los últimos meses. Nunca antes había hecho algo parecido, ni siquiera tenía en mente hacerlo. Pero la Luna se había ido, y ahora tenía que hacer algo. Instintivamente sabía que no podía confiar en nadie más, ni siquiera en un amigo.La visita a Tiberius le dejó marcado durante algunos días, sabía que el chamán chiflado estaba esperando a que volviera, pero en parte no se atrevía.Era como si el mundo se estuviera rompiendo en pedazos, y él solo fuese capaz de mirarse a sí mismo mientras eso pasaba. En muchas ocasiones se preguntaba si había sido lo correcto, si estaba haciendo lo correcto al intentar traer a Cleo de vuelta. Pero estaba seguro de que no podía volver atrás, y que el destino tenía que dejar que esto sucediera.Una mañana estaba en su despacho, admirando el viejo escritorio de su padre cuando su beta entró y lo arrancó de su ensimismamiento.-Señor, el chamán Tiberius está aquí. Se ha presentado hace un minuto. Le he dejado una nota
Cuando Alfa Ryan llegó a la guarida de Tiberius, este ya estaba preparando sus útiles con un ritmo frenético. Cargando cazuelas de un lado para otro.-Ya era hora, Alfa. Pasa y ponte cómodo.Ryan se fijó que en esta ocasión Tiberius había preparado dos futones junto a la hoguera. Tal vez pensara hacer una sesión más larga que la última y hubiera previsto un sitio para descansar, pensó Ryan. Sobre el fuego, había también dos brebajes crepitando, estos no se parecían en nada a la primera poción que había tomado Ryan en su primera visita, eran más refinados, más elaborados.El ambiente estaba cargado de un humo más denso de lo habitual, tanto era así que Ryan no se percató cuando Tiberius apareció a su lado.-Ya está.- Dijo Tiberius mientras Ryan daba un brinco. -Esta vez todo va a ser un poco diferente. Esta poción es un poco más potente, nos debería permitir mantenernos en el pasado aunque cambien algunas cosas.-¿Nos?¿A los dos?-Así es, esta vez iré contigo. Bueno no es exactamente,
Alfa Ryan despierta en su habitación de la casa de la manada, pero no es exactamente su habitación, tarda unos segundos en darse cuenta de que es su habitación de hace tres años. De pronto recordó que había viajado al pasado con Tiberius, pero no podía verle por ninguna parte. Ryan vislumbro por la ventana como el sol comenzaba a ponerse. Esa noche era la fiesta de la manada en la que había conocido a Cleo, a esa hora los invitados deberían estar llegando.-Alfa ¿dónde estás?- Resonó la voz de Tiberius en su cabeza.-Eh… estoy en mi habitación- Respondió mentalmente Ryan.-Baja, haz el favor, tus invitados ya están aquí. Te veo en el recibidor.Ryan se asomó al espejo de su cuarto para darse cuenta con asombro de que ya estaba vestido para la ocasión con unos pantalones chinos, una camisa y un blazer de sport. Sin más espera, salió corriendo de su habitación, lanzándose escalera abajo hasta el recibidor.Cuando llegó al recibidor, se quedó completamente anonadado. Sólo había una doce