Durante las dos semanas después del ataque, nadie vio al Alfa Ryan.
Los rumores sobre lo acontecido en la manda Claro de Luna empezaban a ser algo más que rumores. Al parecer, los supervivientes habían abandonado el asentamiento y se habían refugiado con otras mandas hermanas. La afrenta había sido grande y los guardias de Valle Maldito se preparaban para una respuesta, pero no parecía que eso fuera a ocurrir a corto plazo.
El Alfa Ryan se fustigaba día y noche con las imágenes de la masacre. Se culpaba de haber permitido lo sucedido y le avergonzaba mirar a su gente a la cara.
Finalmente, el Beta Ryan decidió que era momento de tomar cartas en el asunto. Una mañana entró sin permiso en la alcoba del Alfa y destapó sus cortinas.
-Señor, es momento de volver a la vida.
-Déjame en paz con mis pensamientos Beta insolente
Richard intento aproximarse con más tacto.
-Ryan, no puedes seguir así, el consejo está desatendido, la gente está empieza a hablar…
-¿Y qué dicen Richard? Dicen que su Alfa es un asesino, que ordenó matar a la mitad de la manada enemiga a sangre fría ¿Eso es lo que dicen?
-No, nadie se atrevería a decir tales mentiras. La respuesta solo estuvo a la altura de la afrenta.
-Sabes muy bien que eso no es así, ni siquiera puedes mirarme a la cara. Solo deseo deshacer lo que ocurrió…
De pronto el Alfa recordó algo. Era una idea alocada, probablemente estúpida, pero si podía remediar el mal que había hecho valía la pena intentarlo.
-Richard, tienes razón, tengo que afrontar mis demonios.
El Beta le miró confundido y satisfecho al mismo tiempo.
-Claro señor.
-Manda venir al hermano Teodosio, es muy importante.
-Por supuesto
Richard se marchó sonriente, probablemente pensaba que su señor quería que el chamán de la manada expiase sus faltas. Nada más lejos de la realidad, el Alfa tenía en mente algo muy diferente.
Mientras llegaba el chamán, el Alfa se vistió con ropa cómoda y preparó una mochila para viajar un par de días. Si el chamán respondía a su petición, tendría que salir inmediatamente.
Al cabo de unos minutos el chamán toco a la puerta.
-Se puede.
-Adelante hermano.
-El Beta Richard me ha hecho llamar, ha de saber que puede contarme lo que quiera, no le juzgaré, le ayudaré a llevar la carga.
-Eso espero, ¿qué puedes contarme de Tiberius el chamán?
Teodosio le miró extrañado, sin duda el Beta Richard le habría adelantado que el Alfa quería contarle sus pesares. Cuando se decidió a contestar, lo hizo con titubeos.
-Tiberius el loco ya no es un chamán, lo expulsaron… lo expulsamos de la orden.
-Si, pero, ¿qué sabes de él?
-No puedo contártelo, no puede darte lo que anhelas. Solo es un chiflado, el y todos los que dan pábulo a sus ensoñaciones.
Alfa Ryan se estaba cansando de esa conversación asique elevó más el tono y se dirigió severo al chamán.
-¡¿Acaso reniegas de mi autoridad sucio hechicero?! Sabes muy bien cual es la pena por ese pecado.
En ese momento Teodosio renunció a todas sus preocupaciones y comenzó a hablar.
- Vive en una cueva en lo más profundo del Valle Maldito, a diez kilómetros de la verja de protección. Es muy reconocible por el humo verde que sale siempre de allí.
Por fin Ryan sonrió satisfecho, mientras a Teodosio le reconcomía lo que había hecho en un momento de debilidad.
En un último intento desesperado de evitar lo que iba a suceder, Teodosio se echó al suelo.
-Por favor, mi Alfa, no vayáis. Nada bueno puede salir de ese encuentro, os lo ruego, no vayáis.
El Alfa, que sólo quería que el viejo chamán lo dejara en paz, decidió que contarle una mentira era lo más sabio.
-Por favor, viejo amigo. No se cuales creéis que son mis intenciones, pero yo sólo quiero hablar con el para reprenderle. Al parecer ha estado molestando a algunos de nuestros granjeros.
A Teodosio por algún extraño motivo, esa historia le resultaba creíble, asique se sereno, asintió y antes de salir por la puerta se volvió hacia el Alfa y le dio un último consejo.
-Ten paciencia. Es un testarudo, pero no es un mal lobo. Cualquiera estaríamos mucho peor que el si hubiéramos visto lo que él ha visto.
El Alfa no pudo evitar una sonrisa, tenía lo que quería, lo iba a recuperar todo.
Ryan tenía delante de sí mismo uno de los mayores misterios que había presenciado nunca. La cueva que se habría delante de el exhalaba un extraño humo verde, pero no verdoso. Verde brillante, casi fosforescente. Esa era la cueva.Temiendo que el humo pudiera envenenarle, cogió aire y se interno por el pasadizo. A los pocos segundos se dio cuenta de que tenía que respirar, el camino era más largo de lo que pensaba.Con la primera bocanada esperaba sentir un olor fétido, pero resultó ser agradable y embriagador. Ryan no sabía exactamente a que olía, pero era como comida recién hecha, como flores de primavera y como el aroma que trae la brisa del mar.Después de lo que a Ryan le parecieron doscientos metros, comenzó a vislumbrar una figura iluminada a lo lejos. Creyó que lo más educado era presentarse.-Hola, soy el Alfa Ryan, hijo del Alfa
Antes de despertarse, Alfa Ryan sabía exactamente donde iba a estar. Afortunadamente, porque estaba encaramado en el alféizar de una ventana. No una ventana cualquiera, la ventana de la habitación de Cleo.El Alfa había aparecido ahí de repente tras desvanecerse en la cueva de Tiberius. Él sabía que había viajado al pasado, pero se veía real, se sentía real.Sabía dónde estaba, era la ventana de Cleo. La semana antes de la boda habían acordado no verse, como mandaba la tradición en su manada. Pero Ryan no había podido contenerse y a los cuatro días se había colado por la ventana de su cuarto. Ahora, estaba reviviendo esa noche.Tal y como ya había hecho tocó tres veces en el cristal y a la pobre Cleo casi le da un infarto. Pero se acercó a la ventana y lo dejó pasar divertida.-¿No se supone que un Alfa no debe ver a su Luna la semana antes de su rito de apareamiento?-Necesitaba verte.Alfa Ryan tomó un momento para mirar bien a Cleo, era ella, no había duda, el viejo chiflado lo hab
Una vez el Alfa volvió en sí, Tiberius comenzó a explicarle los riesgos de modificar el pasado. En su opinión, cambiar el pasado no resuelve nada y puede provocar más problemas que solucionar ninguno. El Alfa Ryan, por su parte, le replicó que es necesario volver atrás en las decisiones tomadas en el pasado para mejorar el futuro de su clan.-Mira chico, cambiar el pasado va contra toda regla ancestral, si sigues con ese camino, vamos a tener problemas.-No creí que tú precisamente fueras el mayor defensor de las reglas ancestrales.Tiberius titubeó un instante.-Yo soy un adalid del conocimiento, pero sé donde están los límites.-Entonces explícameloTIberius miró un instante al Alfa, valorando si merece la pena el esfuerzo, finalmente claudica.-Está bien, tú sabes tan bien como yo que lo que hago es peligroso. Mezclarte en el tejido del tiempo tiene consecuencias inesperadas, por eso los cabezas huecas de tu manada lo temen.-Entonces, ¿por qué lo haces?-Hay muchos motivos para vi
La vida de Ryan había cambiado mucho en los últimos meses. Nunca antes había hecho algo parecido, ni siquiera tenía en mente hacerlo. Pero la Luna se había ido, y ahora tenía que hacer algo. Instintivamente sabía que no podía confiar en nadie más, ni siquiera en un amigo.La visita a Tiberius le dejó marcado durante algunos días, sabía que el chamán chiflado estaba esperando a que volviera, pero en parte no se atrevía.Era como si el mundo se estuviera rompiendo en pedazos, y él solo fuese capaz de mirarse a sí mismo mientras eso pasaba. En muchas ocasiones se preguntaba si había sido lo correcto, si estaba haciendo lo correcto al intentar traer a Cleo de vuelta. Pero estaba seguro de que no podía volver atrás, y que el destino tenía que dejar que esto sucediera.Una mañana estaba en su despacho, admirando el viejo escritorio de su padre cuando su beta entró y lo arrancó de su ensimismamiento.-Señor, el chamán Tiberius está aquí. Se ha presentado hace un minuto. Le he dejado una nota
Cuando Alfa Ryan llegó a la guarida de Tiberius, este ya estaba preparando sus útiles con un ritmo frenético. Cargando cazuelas de un lado para otro.-Ya era hora, Alfa. Pasa y ponte cómodo.Ryan se fijó que en esta ocasión Tiberius había preparado dos futones junto a la hoguera. Tal vez pensara hacer una sesión más larga que la última y hubiera previsto un sitio para descansar, pensó Ryan. Sobre el fuego, había también dos brebajes crepitando, estos no se parecían en nada a la primera poción que había tomado Ryan en su primera visita, eran más refinados, más elaborados.El ambiente estaba cargado de un humo más denso de lo habitual, tanto era así que Ryan no se percató cuando Tiberius apareció a su lado.-Ya está.- Dijo Tiberius mientras Ryan daba un brinco. -Esta vez todo va a ser un poco diferente. Esta poción es un poco más potente, nos debería permitir mantenernos en el pasado aunque cambien algunas cosas.-¿Nos?¿A los dos?-Así es, esta vez iré contigo. Bueno no es exactamente,
Alfa Ryan despierta en su habitación de la casa de la manada, pero no es exactamente su habitación, tarda unos segundos en darse cuenta de que es su habitación de hace tres años. De pronto recordó que había viajado al pasado con Tiberius, pero no podía verle por ninguna parte. Ryan vislumbro por la ventana como el sol comenzaba a ponerse. Esa noche era la fiesta de la manada en la que había conocido a Cleo, a esa hora los invitados deberían estar llegando.-Alfa ¿dónde estás?- Resonó la voz de Tiberius en su cabeza.-Eh… estoy en mi habitación- Respondió mentalmente Ryan.-Baja, haz el favor, tus invitados ya están aquí. Te veo en el recibidor.Ryan se asomó al espejo de su cuarto para darse cuenta con asombro de que ya estaba vestido para la ocasión con unos pantalones chinos, una camisa y un blazer de sport. Sin más espera, salió corriendo de su habitación, lanzándose escalera abajo hasta el recibidor.Cuando llegó al recibidor, se quedó completamente anonadado. Sólo había una doce
Cleo le repitió a Ryan. -Bueno Ryan, no vas a mostrarme tus dominios.-Claro, pero son extensos, tendremos que transformarnos.Cleo se sorprendió inicialmente del atrevimiento de Ryan, pero su asombro pronto se transformó en una sonrisa pícara. -Por supuesto.Cleo se alejó un poco de donde estaba Ryan, ligeramente cubierta por los arbustos cercanos para que Ryan no la viera completamente desnuda, pero lo justo para que él pudiera apreciar que estaba desnuda. Ryan se dió cuenta de que estaba mirando más de lo que era educado, así que se apresuró en desnudarse él mismo y en completar la transformación. Le cuesta un poco más de lo que está acostumbrado, cuando era tan joven, no tenía tanto control sobre su lobo interior. Pero no le importa, sabe la fantástica noche que tiene por delante y está deseando saborear cada minuto.Poco después de completar la metamorfosis, aparece una delicada loba plateada, Cleo se había apresurado. Ryan le señala en una dirección y ambos comienzan a correr ad
Tras volverse del jardín, Tiberius guía a su nutrido grupo de compañeros dentro de la casa de la manada. Aunque, no le gustaba reconocerlo, no era la primera vez que se inmiscuye en el pasado y sabe que esa clase de situaciones son las más propicias para llevar a cabo su propósito. Reuniones con mucha gente, algo de alcohol… Probablemente ninguno de los asistentes le recuerde la semana siguiente. Eso le permite hacer preguntas sin alterar excesivamente los flujos del tiempo. Así que una vez llegan a la casa y todos han cogido una copa y algo para picar, se pone manos a la obra con su cometido.En primer lugar aborda a una de las chicas que iba con Cleo, su nombre es Isis y parece la más cercana a ella así que debería ser capaz de darle algo más de información, algo que se nos haya pasado. Para ser un huraño, a Tiberius se le da tremendamente bien socializar, tiene un encanto natural que le permite encandilar a cualquiera, así que simplemente se acerca a ella para charlar.-Hola guapís