Durante un instante, Ryan yació dolorido en el suelo pensando que todo había acabado. Fue el Theta Clint el que lo sacó de su ensoñación.
- Vamos jefe, esto aún no ha acabado.
El escándalo de la ventana había despertado a media manada, muchos de ellos ya sabían lo que había ocurrido, se escuchaban gritos y aullidos. Esto no debería haber pasado.
-Vamos jefe, levanta hay que cubrirse.
Ante la estupefacción de Ryan, Clint comenzó a arrastrarlo hacia una pickup que, hacía las veces de barricada improvisada. Justo cuando llegaron empezaron a silbar las balas. EL resto del equipo de choque estaba allí, incluido su beta. Entonces Ryan fue consciente de que había lobos moviéndose en la sombra. Y por primera vez en su vida sintió verdadero terror
-¡Nos rodean! Nos han rodeado, nos van a masacrar.
El Theta Clint en cambio parecía en su elemento.
-Que no se confíen tanto Alfa, aún tenemos un as en la manga.
Y cogiendo su intercomunicador, les dio órdenes a los francotiradores.
-Hemos entregado el paquete, repito, hemos entregado el paquete. Estamos atrapados ¡Fuego a discreción! Cambio y corto.
-¿Fuego a discreción?
El Theta Clint calló por un instante. Miró al Alfa buscando su aprobación y ante la impávida mirada de este confirmo su orden.
-Si… fuego a discreción.
Comenzaron a escucharse disparos de forma continuada. Al principio los miembros de la manada Claro de Luna no sabían de dónde venían los disparos. Pero al ver que sus compañeros iban cayendo abatidos uno a uno, se dieron cuenta de que les estaban acribillando desde una posición elevada. Poco a poco los disparos se fueron espaciando y las balas dejaron de sonar sobre la barricada. Un minuto después del último disparo, el comunicador del Theta volvió a sonar.
- Equipo de choque, todos los objetivos han sido abatidos o están a cubierto. Momento de escapar.
El Theta Clint sonrió satisfecho.
-Muy bien equipo de choque misión cumplida. Comenzamos fase de repliegue, seguiremos la estrategia “lupus”.
Después se acercó al Alfa y le preguntó en bajo.
-Señor, ¿está herido? ¿puede caminar?
-Si, si, plan “lupus”.
El Alfa sólo se sentía absolutamente desolado por lo que acababa de ocurrir. Lo que tenía que ser sólo una vendetta se había convertido en una masacre.
El plan lupus era sencillo. Los francotiradores dejaron uno de sus rifles con un dispositivo que lo disparaba cada cierto tiempo mientras ellos abandonaban su posición. Como el enemigo pensaba que seguía bajo ataque, esto dio cobertura al equipo de choque para abandonar su posición. Como usar los vehículos hubiera delatado su huida, lo hicieron en su forma lobuna mucho más ágil. Para terminar, activaron unas cargas explosivas en los vehículos para dejarlos inservibles. El plan estaba estudiado al detalle.
Cuando el Alfa tomo su forma de lobo, volvió a ser consciente de todo de un golpe. En su afanada huida contó por decenas los enemigos abatidos. Tuvo que convencerse a si mismo de que los cuerpos que parecían de civiles, en verdad no lo eran y contener su dolor cuando vio los pellejos sin vida de los lobos transformados. Se obligó a si mismo a no mirar atrás, pero cuando los vehículos explotaron y volvieron a oírse los gritos y los aullidos, no pudo más que darse la vuelta y ver la atrocidad que habían cometido.
Al menos su lobo interior intentaba calmarlo “Tu no querías esto… tú la amabas”, pero eso no aliviaba su culpa. Sólo gracias a que era el último en abandonar la posición pudo impedir que nadie viera como las lágrimas del Alfa de la manada Valle Maldito recorrían su hocico.
Durante las dos semanas después del ataque, nadie vio al Alfa Ryan.Los rumores sobre lo acontecido en la manda Claro de Luna empezaban a ser algo más que rumores. Al parecer, los supervivientes habían abandonado el asentamiento y se habían refugiado con otras mandas hermanas. La afrenta había sido grande y los guardias de Valle Maldito se preparaban para una respuesta, pero no parecía que eso fuera a ocurrir a corto plazo.El Alfa Ryan se fustigaba día y noche con las imágenes de la masacre. Se culpaba de haber permitido lo sucedido y le avergonzaba mirar a su gente a la cara.Finalmente, el Beta Ryan decidió que era momento de tomar cartas en el asunto. Una mañana entró sin permiso en la alcoba del Alfa y destapó sus cortinas.-Señor, es momento de volver a la vida.-Déjame en paz con mis pensamientos Beta insolenteRichard intento aproximarse
Ryan tenía delante de sí mismo uno de los mayores misterios que había presenciado nunca. La cueva que se habría delante de el exhalaba un extraño humo verde, pero no verdoso. Verde brillante, casi fosforescente. Esa era la cueva.Temiendo que el humo pudiera envenenarle, cogió aire y se interno por el pasadizo. A los pocos segundos se dio cuenta de que tenía que respirar, el camino era más largo de lo que pensaba.Con la primera bocanada esperaba sentir un olor fétido, pero resultó ser agradable y embriagador. Ryan no sabía exactamente a que olía, pero era como comida recién hecha, como flores de primavera y como el aroma que trae la brisa del mar.Después de lo que a Ryan le parecieron doscientos metros, comenzó a vislumbrar una figura iluminada a lo lejos. Creyó que lo más educado era presentarse.-Hola, soy el Alfa Ryan, hijo del Alfa
Antes de despertarse, Alfa Ryan sabía exactamente donde iba a estar. Afortunadamente, porque estaba encaramado en el alféizar de una ventana. No una ventana cualquiera, la ventana de la habitación de Cleo.El Alfa había aparecido ahí de repente tras desvanecerse en la cueva de Tiberius. Él sabía que había viajado al pasado, pero se veía real, se sentía real.Sabía dónde estaba, era la ventana de Cleo. La semana antes de la boda habían acordado no verse, como mandaba la tradición en su manada. Pero Ryan no había podido contenerse y a los cuatro días se había colado por la ventana de su cuarto. Ahora, estaba reviviendo esa noche.Tal y como ya había hecho tocó tres veces en el cristal y a la pobre Cleo casi le da un infarto. Pero se acercó a la ventana y lo dejó pasar divertida.-¿No se supone que un Alfa no debe ver a su Luna la semana antes de su rito de apareamiento?-Necesitaba verte.Alfa Ryan tomó un momento para mirar bien a Cleo, era ella, no había duda, el viejo chiflado lo hab
Una vez el Alfa volvió en sí, Tiberius comenzó a explicarle los riesgos de modificar el pasado. En su opinión, cambiar el pasado no resuelve nada y puede provocar más problemas que solucionar ninguno. El Alfa Ryan, por su parte, le replicó que es necesario volver atrás en las decisiones tomadas en el pasado para mejorar el futuro de su clan.-Mira chico, cambiar el pasado va contra toda regla ancestral, si sigues con ese camino, vamos a tener problemas.-No creí que tú precisamente fueras el mayor defensor de las reglas ancestrales.Tiberius titubeó un instante.-Yo soy un adalid del conocimiento, pero sé donde están los límites.-Entonces explícameloTIberius miró un instante al Alfa, valorando si merece la pena el esfuerzo, finalmente claudica.-Está bien, tú sabes tan bien como yo que lo que hago es peligroso. Mezclarte en el tejido del tiempo tiene consecuencias inesperadas, por eso los cabezas huecas de tu manada lo temen.-Entonces, ¿por qué lo haces?-Hay muchos motivos para vi
La vida de Ryan había cambiado mucho en los últimos meses. Nunca antes había hecho algo parecido, ni siquiera tenía en mente hacerlo. Pero la Luna se había ido, y ahora tenía que hacer algo. Instintivamente sabía que no podía confiar en nadie más, ni siquiera en un amigo.La visita a Tiberius le dejó marcado durante algunos días, sabía que el chamán chiflado estaba esperando a que volviera, pero en parte no se atrevía.Era como si el mundo se estuviera rompiendo en pedazos, y él solo fuese capaz de mirarse a sí mismo mientras eso pasaba. En muchas ocasiones se preguntaba si había sido lo correcto, si estaba haciendo lo correcto al intentar traer a Cleo de vuelta. Pero estaba seguro de que no podía volver atrás, y que el destino tenía que dejar que esto sucediera.Una mañana estaba en su despacho, admirando el viejo escritorio de su padre cuando su beta entró y lo arrancó de su ensimismamiento.-Señor, el chamán Tiberius está aquí. Se ha presentado hace un minuto. Le he dejado una nota
Cuando Alfa Ryan llegó a la guarida de Tiberius, este ya estaba preparando sus útiles con un ritmo frenético. Cargando cazuelas de un lado para otro.-Ya era hora, Alfa. Pasa y ponte cómodo.Ryan se fijó que en esta ocasión Tiberius había preparado dos futones junto a la hoguera. Tal vez pensara hacer una sesión más larga que la última y hubiera previsto un sitio para descansar, pensó Ryan. Sobre el fuego, había también dos brebajes crepitando, estos no se parecían en nada a la primera poción que había tomado Ryan en su primera visita, eran más refinados, más elaborados.El ambiente estaba cargado de un humo más denso de lo habitual, tanto era así que Ryan no se percató cuando Tiberius apareció a su lado.-Ya está.- Dijo Tiberius mientras Ryan daba un brinco. -Esta vez todo va a ser un poco diferente. Esta poción es un poco más potente, nos debería permitir mantenernos en el pasado aunque cambien algunas cosas.-¿Nos?¿A los dos?-Así es, esta vez iré contigo. Bueno no es exactamente,
Alfa Ryan despierta en su habitación de la casa de la manada, pero no es exactamente su habitación, tarda unos segundos en darse cuenta de que es su habitación de hace tres años. De pronto recordó que había viajado al pasado con Tiberius, pero no podía verle por ninguna parte. Ryan vislumbro por la ventana como el sol comenzaba a ponerse. Esa noche era la fiesta de la manada en la que había conocido a Cleo, a esa hora los invitados deberían estar llegando.-Alfa ¿dónde estás?- Resonó la voz de Tiberius en su cabeza.-Eh… estoy en mi habitación- Respondió mentalmente Ryan.-Baja, haz el favor, tus invitados ya están aquí. Te veo en el recibidor.Ryan se asomó al espejo de su cuarto para darse cuenta con asombro de que ya estaba vestido para la ocasión con unos pantalones chinos, una camisa y un blazer de sport. Sin más espera, salió corriendo de su habitación, lanzándose escalera abajo hasta el recibidor.Cuando llegó al recibidor, se quedó completamente anonadado. Sólo había una doce
Cleo le repitió a Ryan. -Bueno Ryan, no vas a mostrarme tus dominios.-Claro, pero son extensos, tendremos que transformarnos.Cleo se sorprendió inicialmente del atrevimiento de Ryan, pero su asombro pronto se transformó en una sonrisa pícara. -Por supuesto.Cleo se alejó un poco de donde estaba Ryan, ligeramente cubierta por los arbustos cercanos para que Ryan no la viera completamente desnuda, pero lo justo para que él pudiera apreciar que estaba desnuda. Ryan se dió cuenta de que estaba mirando más de lo que era educado, así que se apresuró en desnudarse él mismo y en completar la transformación. Le cuesta un poco más de lo que está acostumbrado, cuando era tan joven, no tenía tanto control sobre su lobo interior. Pero no le importa, sabe la fantástica noche que tiene por delante y está deseando saborear cada minuto.Poco después de completar la metamorfosis, aparece una delicada loba plateada, Cleo se había apresurado. Ryan le señala en una dirección y ambos comienzan a correr ad