La noche había caído, cubriendo la pradera y el campamento de la manada Claro de Luna con un manto de estrellas brillantes. Ryan y Tiberius siguieron a Lyanna hasta un gran claro rodeado de árboles, donde el fuego crepitante de una hoguera central proyectaba sombras danzantes sobre los rostros de los lobos reunidos.Los lobos de Claro de Luna se sentaban en círculo alrededor del fuego, conversando en voz baja, algunos riendo mientras compartían comida. El ambiente era acogedor, pero a pesar del calor de las llamas y las voces familiares, Ryan no podía quitarse de la cabeza la visión de los lobos que pronto vería caer bajo su mando, en un futuro marcado por la tragedia.Tomaron asiento junto a Lyanna, y los demás lobos los miraban con curiosidad, evaluando a los dos extraños con ojos calculadores, pero no hostiles. Ryan intentó mantenerse relajado, aunque la sensación de familiaridad con varios de ellos le provocaba un nudo en el estómago. La carne asada se servía en grandes bandejas d
Alfa Ryan se mira al espejo, está nervioso, pero tiene buen aspecto. No obstante, a Alfa Ryan no le gusta dejar las cosas al azar. Mucho menos en su noche de apareamiento. Los invitados ya estaban todos abajo y su Luna estará lista muy pronto, así que ha de darse prisa. Alfa Ryan era probablemente el lobo más envidiado de toda la región. Tras la esperada retirada de su padre, el Alfa William, hacía tan sólo dos años, él se había hecho cargo de la manada del Valle Maldito. Y las cosas no podían haber ido mejor. Pese a que tenía mucho respeto por el legado de su padre, Alfa Ryan tenía su propia forma de hacer las cosas. Así que cuando llegó al poder, no dudó en tomar importantes decisiones, aunque algunas fueron impopulares. En primer lugar, le dio un impulso sin precedentes a las finanzas de la manada. La manada producía una gran cantidad de productos agrícolas de gran calidad como vinos, miel y especias, pero su condición de lobos y la vida apartada les dificultaba mucho su venta. R
Cualquier hombre normal, no hubiera sabido reaccionar en esta situación. Pero Ryan no es un hombre corriente, ni siquiera es un lobo corriente. La voz de su lobo en la parte de atrás de su cabeza siempre sabe guiarlo. “No dejes que escape, ruido de cristales”. Efectivamente el asesino había saltado por una de las ventanas del salón. Ryan sale tras el y salta por la ventana. Haciendo gala de su enorme poder se transforma el lobo en pleno salto. Su presa le lleva algo de ventaja y ya se ha transformado en lobo también. Pero el Alfa Ryan no es un lobo cualquiera. En un interminable minuto de sprint consigue darle caza al asesino, cuando llega a su altura le muerde por el cogote y con su extraordinaria fuerza lo lanza contra una roca. El shock del golpe devuelve al asesino a su forma humana, Ryan también se transforma y se acerca. Su presa se retuerce, pero parece que el golpe le ha partido la columna asique no se va a ir muy lejos. -¿Quién eres?
El Alfa y el Beta iban enfrentados, mirándose. Ambos iban en la parte de atrás de uno de los 4x4 tácticos de la manada. El terreno era escarpado y aún era de noche, así que el conductor avanzaba con cautela, como así lo hacían cada uno de los coches que llevaban en el convoy.Las horas anteriores habían sido de máxima tensión. Tan sólo media hora después de que el Alfa volviera de cazar al asesino y mandara convocar a los Theta, el consejo ya estaba reunido discutiendo la respuesta.El Theta Francis, fue lo bastante osado como para proponer que sólo se realizara un bloqueo comercial como represalia al ataque. Nada más sugerir eso, el Alfa le propinó un fuerte puñetazo en la cara.El Alfa estaba decidido a arrasar con toda la manada, pero, los Thetas consiguieron que la respuesta se limitara a un ataque directo al Alfa de la manada Claro de Luna, eso ma
Durante un instante, Ryan yació dolorido en el suelo pensando que todo había acabado. Fue el Theta Clint el que lo sacó de su ensoñación.- Vamos jefe, esto aún no ha acabado.El escándalo de la ventana había despertado a media manada, muchos de ellos ya sabían lo que había ocurrido, se escuchaban gritos y aullidos. Esto no debería haber pasado.-Vamos jefe, levanta hay que cubrirse.Ante la estupefacción de Ryan, Clint comenzó a arrastrarlo hacia una pickup que, hacía las veces de barricada improvisada. Justo cuando llegaron empezaron a silbar las balas. EL resto del equipo de choque estaba allí, incluido su beta. Entonces Ryan fue consciente de que había lobos moviéndose en la sombra. Y por primera vez en su vida sintió verdadero terror-¡Nos rodean! Nos han rodeado, nos van a masacrar.El Theta Clint en cambi
Durante las dos semanas después del ataque, nadie vio al Alfa Ryan.Los rumores sobre lo acontecido en la manda Claro de Luna empezaban a ser algo más que rumores. Al parecer, los supervivientes habían abandonado el asentamiento y se habían refugiado con otras mandas hermanas. La afrenta había sido grande y los guardias de Valle Maldito se preparaban para una respuesta, pero no parecía que eso fuera a ocurrir a corto plazo.El Alfa Ryan se fustigaba día y noche con las imágenes de la masacre. Se culpaba de haber permitido lo sucedido y le avergonzaba mirar a su gente a la cara.Finalmente, el Beta Ryan decidió que era momento de tomar cartas en el asunto. Una mañana entró sin permiso en la alcoba del Alfa y destapó sus cortinas.-Señor, es momento de volver a la vida.-Déjame en paz con mis pensamientos Beta insolenteRichard intento aproximarse
Ryan tenía delante de sí mismo uno de los mayores misterios que había presenciado nunca. La cueva que se habría delante de el exhalaba un extraño humo verde, pero no verdoso. Verde brillante, casi fosforescente. Esa era la cueva.Temiendo que el humo pudiera envenenarle, cogió aire y se interno por el pasadizo. A los pocos segundos se dio cuenta de que tenía que respirar, el camino era más largo de lo que pensaba.Con la primera bocanada esperaba sentir un olor fétido, pero resultó ser agradable y embriagador. Ryan no sabía exactamente a que olía, pero era como comida recién hecha, como flores de primavera y como el aroma que trae la brisa del mar.Después de lo que a Ryan le parecieron doscientos metros, comenzó a vislumbrar una figura iluminada a lo lejos. Creyó que lo más educado era presentarse.-Hola, soy el Alfa Ryan, hijo del Alfa
Antes de despertarse, Alfa Ryan sabía exactamente donde iba a estar. Afortunadamente, porque estaba encaramado en el alféizar de una ventana. No una ventana cualquiera, la ventana de la habitación de Cleo.El Alfa había aparecido ahí de repente tras desvanecerse en la cueva de Tiberius. Él sabía que había viajado al pasado, pero se veía real, se sentía real.Sabía dónde estaba, era la ventana de Cleo. La semana antes de la boda habían acordado no verse, como mandaba la tradición en su manada. Pero Ryan no había podido contenerse y a los cuatro días se había colado por la ventana de su cuarto. Ahora, estaba reviviendo esa noche.Tal y como ya había hecho tocó tres veces en el cristal y a la pobre Cleo casi le da un infarto. Pero se acercó a la ventana y lo dejó pasar divertida.-¿No se supone que un Alfa no debe ver a su Luna la semana antes de su rito de apareamiento?-Necesitaba verte.Alfa Ryan tomó un momento para mirar bien a Cleo, era ella, no había duda, el viejo chiflado lo hab