CAPÍTULO 55

—Para, por favor —suplicó la despeinada y desarreglada joven, que salía usando una bata sobre un vestido que no se había logrado quitar por lo ebria que había llegado a su casa horas atrás—. Me estás matando, hombre.

—Dijiste que si...

—Shhh —hizo la joven con los ojos entrecerrados por todo el dolor y sueño que tenía, interrumpiendo a Marcos y silenciándolo al poner su dedo sobre los labios del chico—. Son las cuatro de la mañana, y tengo resaca.

María dijo lo mismo que su hermana, porque era lo mismo lo que le molestaba a ella.

» Diles que se callen, por favor —suplicó la castaña a un joven empresario que se sentía feliz de sentirla cerca y de no ser rechazado.

Marcos negó con la cabeza, sonriendo. La chica que se aferraba a su chaqueta, y que escondía su desalineado rostro en su pecho, era su razón de estar ahí, y de alguna manera sentía que había hecho bien yendo a molestarla en ese que había prometido sería su último intento.

—Gracias por todo, chicos —dijo Marcos en voz muy alta
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP