—¡Rosalba! Deben salir —grita a todo pulmón.Observa cómo un enorme árbol se desploma, aprisionando a la vivienda y amenazando con derrumbarla.Sin pensarlo, brinca con todas sus fuerzas, transformándose y dándole el control a Thor.Se interpone entre el pesado tronco y la casa, justo a tiempo para detener el desastre. Recibe el brutal golpe… la ferocidad del impacto destroza una de sus patas delanteras. El crujir de sus huesos no lo detendrá. Aunque aulle de dolor. No puede retroceder, debe asegurar el tronco.Su cabeza también tiene algunas astillas de madera clavadas, pero siente que no es momento de lamentarse. Con destreza lanza el árbol a lo lejos, despejando el peligro.El dolor es insoportable; sin embargo, su deber y responsabilidad priman. Se transforma en su forma humana. Sabe que su lobo pronto lo curará. Es el Alfa de Alfas.La diosa le ha brindado la habilidad de crear un atuendo para cubrir su desnudez.—¡Señora Rosalba! —exclama, golpeando con fuerza la puerta, consci
En otro lugar.El teléfono del Alfa suena de nuevo, su tono insistente corta el silencio sepulcral del despacho donde se encuentra reunido con el Beta y el Delta.Aprieta los dientes con fuerza, haciendo que rechinen; intenta ignorarlo. La información que sostiene entre sus manos hace hervir su sangre, inundando su cuerpo de una ira densa y una frustración desgarradora que apenas puede contener.Con el ceño fruncido y un suspiro cargado de exasperación, finalmente toma el móvil. Mira la pantalla: un número desconocido. Eso lo inquieta aún más, así que decide responder.—¿Señor Taylor? —pregunta la doctora, con el nerviosismo a flor de piel.El médico encargado del laboratorio prefirió renunciar antes que enfrentar a Arón.—Con él —responde de manera seca.Por la bocina del teléfono, su oído agudo logra captar la respiración agitada de la mujer.—Señorita, hable de una vez… antes de que mi paciencia se agote por completo.—Señor Taylor… hemos sufrido un robo en los laboratorios de fert
—¿Dónde están las otras cachorras? —es la pregunta firme y potente que realiza el Alfa Supremo.Los lobos se levantan de inmediato, obedeciendo la orden. El sufrimiento se refleja en sus rostros como sombras grabadas a fuego, profundas, antiguas, casi irreparables.Arón se sumerge en sus memorias, y a través de ellas, contempla las atrocidades que cometió Primo, el Alfa que los sometía con crueldad.Para Primo, ellos no eran más que escoria. Bestias deformes que no merecían dignidad ni compasión.Los obligaba a trabajar más de veinte horas al día y los azotaba ante el menor intento de sublevación, sin permitirles siquiera la posibilidad de autocuración, ya que los collares de plata lo impedían.En medio de sus recuerdos, aparece la figura borrosa de un hombre desconocido, una sombra sin rostro que parece ser la mente maestra detrás de toda esa manipulación y avaricia que sedujo a los ahora fallecidos líderes de la manada.El Alfa Supremo es el mejor rastreador de todas las manadas. So
EN EL CASTILLO…Son recibidos por doña Gertrudis, el ama de llaves, y Asdrúbal, el mayordomo. Son esposos.—Bienvenidos, sigan, por favor. En unos momentos les acomodo las habitaciones —dice la tierna anciana, antigua nana de Arón.—Los instalaremos en el ala sur, lejos de los aposentos del señor —le susurra Asdrúbal.—No, allí deben iniciar unos trabajos de reconstrucción la próxima semana. Entonces lo haremos en el ala norte —responde Gertrudis con amabilidad.—¿Trabajos de reconstrucción? —pregunta el mayordomo, sorprendido. Él es el encargado de ese sector y no lo sabía.—Sí, hay unas paredes que se han fisurado o perdido su color. Creo que te estás haciendo muy viejo para este trabajo, que ya ni te fijas —le recrimina la anciana.Asdrúbal la mira con el ceño fruncido. Sin decir nada más, se aleja; irá personalmente a verificar lo que dice su esposa. Es muy cuidadoso con todo y no puede creer que algo así se le haya escapado.—Rico y Javier, traigan las maletas y síganme —ordena d
P.O.V. Arón Taylor Llegué hace un par de días a Canadá. He visitado algunas de las manadas. Me encanta llegar de improviso, merodear por sus alrededores y observar su funcionamiento. Así no pueden ocultar lo que sucede dentro de ellas. Destino bastante presupuesto para que todos estén bien. Como Alfa debo ejercer mi liderazgo en todos los campos, llevando a mi pueblo de la mano. Para mí, no existen los rangos por tradición. He luchado para que eso cambie. Que sean los méritos y talentos los que primen, pero como siempre, el puto concejo mete sus narices. Las manadas necesitan líderes de mente abierta, dispuestos a jugársela por su pueblo, que no discriminen y brinden oportunidades. Sin embargo, hay algunas que siguen considerando a los Omegas inferiores y a los humanos débiles, despreciándolos y negándose a aceptarlos. La diosa Luna es implacable ante los rechazos de sus destinados. Si tengo que reemplazar a los líderes completos de una manada, lo hago sin dudar. El c
P.O.V. ANNIE BECKERMi mente es un completo caos. Un laberinto de pensamientos confusos donde sobresale una imagen: la sonrisa serena y la mirada profunda de unos ojos azules que me atraviesan el alma.Sé que estuve casada… lo sé porque en mi dedo aún llevo una argolla de matrimonio. Con el nombre de Jarek Ferguson. Y si eso no bastara, el registro civil lo confirma…Además, como si la vida no se cansara de recordármelo, la maldita de mi exsuegra y su hermana siguen siendo un grano en el trasero.Pero no tengo recuerdos claros. Solo momentos fugaces. No sé si fuimos felices, si nos amamos, si alguna vez me sentí segura entre sus brazos.Solo me llegan destellos: él jugando con mis amados perros, acariciándolos con ternura, hablándoles como si fueran parte de su alma.Yo, observándolo desde la distancia, sintiendo que quizá… solo quizá, alguien como él no podría hacerme daño.En mi mente está la imagen de esa maldita mujer, ella es una bruja completa, golpeando sin piedad a mis cachorr
Narrador Omnipresente: —¡Thor, malditø lobo! Sé que tuviste que ver ahí. Deja de jugar conmigo y responde —gruñe el Alfa, siendo ignorado por completo. ***Hace los negocios que tenía planeados, audita las manadas y realiza algunas recomendaciones, aunque hay una que lo tiene inquieto, cosas que no le cuadran, así que eso le llevará más días de los que tenía pensados. Debe investigar.Lennon le ha confirmado que Annie aceptó el cargo.Quisiera tenerla lejos, pero sí, en realidad desea neutralizar a su madrastra y evitar que Raiza y Reina se enfrenten con su madre, ya que ellas quieren arrancarle los ojos y lanzársela a los tiburones. Debe crear una alianza con la humana.Por su parte, Annie se realizó los exámenes y ahora debe seguir las indicaciones del médico para preparar su vientre para el futuro embarazo. Por ello, ha pospuesto su viaje mientras le realizan la inseminación.Arón está de un genio que se lo llevan los mil demonios.Su lobo es un bandido que, desde que vio a esa h
Narrador Omnipresente.—Oh… me pareció ver un lindo lobito —escucha esa voz tan femenina, tan endemoniadamente provocadora, que hace que Thor gruña de deseo. Oye pasos acercarse. El colchón se hunde apenas. —Dime, lindo lobito, ¿deseas que te ayude con tu problemita?Siente su mano acariciando su entrepierna. Un toque leve… pero devastador.Antes de que pueda decir algo más, Arón se incorpora, con los ojos llenos de deseo. Su naturaleza salvaje lo domina. Se lanza a besarla, con una necesidad primitiva, cruda. Sus labios se apoderan de los de ella con fuerza, sin delicadeza, sin freno. Es un beso cargado de necesida y desesperación.Arón recorre con sus manos sus curvas, explorando con urgencia. El fuego lo consume, y sin paciencia ni la más mínima sutileza, le arranca las prendas, dejándola solo con una pequeña tanga negra que apenas cubre lo esencial. Su mirada recorre esa piel azulada, brillante como la noche, esos ojos púrpura que lo han atormentado en sueños.—Uy… el lindo l